El Banco Basa fue destacado por la Agencia Financiera de Desarrollo (AFD), por su valiosa contribución al desarrollo de Paraguay, en un acto realizado en el marco del Informe de Gestión de la AFD. Durante el evento, se reconoció a las Instituciones Financieras Intermediarias (IFIs) que colaboran con la banca pública de segundo piso en áreas claves como vivienda, Mipymes, agroganadería, sostenibilidad, capital humano y empoderamiento de la mujer.
Dentro de la categoría Impulso al Capital Humano, Basa fue galardonado con dos premios:
- “Impulso a la Mujer Emprendedora”, por su destacada gestión en la promoción de créditos para mujeres emprendedoras a través del Fondo de Garantía para la Mujer (Fogamu), reafirmando su compromiso con la igualdad de género y la innovación en productos financieros.
- “Impulso a la Educación”, por su labor en la facilitación de créditos para estudios de grado y posgrado mediante el programa ProEduc, que contribuye al desarrollo profesional y académico de los paraguayos, ampliando sus oportunidades en el mercado laboral.
Este reconocimiento reafirma el compromiso de Basa con el desarrollo económico y social del país, a través de iniciativas que promueven la inclusión financiera y el crecimiento sostenible.
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AFD se consolida como pionera en finanzas sostenibles
La Agencia Financiera de Desarrollo (AFD) dio un paso significativo en las finanzas sostenibles con la emisión de bonos Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Estos instrumentos financieros están destinados a financiar proyectos que promuevan un impacto positivo tanto en el medio ambiente como en la sociedad, alineándose con los estándares internacionales de sostenibilidad.
Al respecto, el gerente interino de Finanzas de la AFD, Hugo Villalba, dijo que la AFD adoptó la herramienta de bonos sostenibles como una estrategia clave para ampliar el acceso a financiamiento de proyectos con beneficios sociales y ambientales, ya que atraen a inversionistas responsables y fortalecen el financiamiento de iniciativas verdes y sociales, tales como eficiencia energética, reforestación, vivienda, educación y apoyo a micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes).
Recordó que las emisiones de bonos ODS de la AFD alcanzan los G. 670.000 millones, distribuidos en cinco emisiones, de las cuales tres son bonos sostenibles y dos bonos sociales. “La AFD realizó su primera emisión de bonos sostenibles en diciembre de 2023 a través de la Bolsa de Valores de Asunción, por un monto de G. 100.000 millones, marcando un hito en el mercado financiero paraguayo, al ser la primera entidad pública y financiera en emitir un bono etiquetado a nivel local”, manifestó.
También expresó que esperan que los proyectos financiados contribuyan a reducir el déficit habitacional, mitiguen las brechas ambientales y disminuyan las emisiones de gases de efecto invernadero en Paraguay, además de fomentar la creación de empleos y mejorar el acceso a la educación.
Respecto a la quinta emisión de bonos ODS, realizada en febrero de 2025, precisó que alcanzó un valor de G. 120.000 millones. “Esta emisión, de categoría social busca generar un impacto positivo significativo en la sociedad paraguaya. Los fondos se utilizarán para mejorar el acceso a viviendas dignas, fomentar la educación y apoyar el desarrollo de pequeñas y medianas empresas, contribuyendo así al crecimiento económico y al bienestar de las comunidades”, indicó.
TRANSPARENCIA
Para asegurar la transparencia y la rendición de cuentas, la AFD publica anualmente un reporte de bonos sostenibles. Este informe incluye un informe de impacto, que presenta los resultados y beneficios ambientales y sociales de los proyectos financiados.
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AFD se consolida como pionera en finanzas sostenibles
La Agencia Financiera de Desarrollo (AFD) dio un paso significativo en las finanzas sostenibles con la emisión de bonos Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Estos instrumentos financieros están destinados a financiar proyectos que promuevan un impacto positivo tanto en el medio ambiente como en la sociedad, alineándose con los estándares internacionales de sostenibilidad.
Al respecto, el gerente interino de Finanzas de la AFD, Hugo Villalba, dijo que la AFD adoptó la herramienta de bonos sostenibles como una estrategia clave para ampliar el acceso a financiamiento de proyectos con beneficios sociales y ambientales, ya que atraen a inversionistas responsables y fortalecen el financiamiento de iniciativas verdes y sociales, tales como eficiencia energética, reforestación, vivienda, educación y apoyo a micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes).
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Recordó que las emisiones de bonos ODS de la AFD alcanzan los G. 670.000 millones, distribuidos en cinco emisiones, de las cuales tres son bonos sostenibles y dos bonos sociales. “La AFD realizó su primera emisión de bonos sostenibles en diciembre de 2023 a través de la Bolsa de Valores de Asunción, por un monto de G. 100.000 millones, marcando un hito en el mercado financiero paraguayo, al ser la primera entidad pública y financiera en emitir un bono etiquetado a nivel local”, manifestó.
También expresó que esperan que los proyectos financiados contribuyan a reducir el déficit habitacional, mitiguen las brechas ambientales y disminuyan las emisiones de gases de efecto invernadero en Paraguay, además de fomentar la creación de empleos y mejorar el acceso a la educación.
Respecto a la quinta emisión de bonos ODS, realizada en febrero de 2025, precisó que alcanzó un valor de G. 120.000 millones. “Esta emisión, de categoría social busca generar un impacto positivo significativo en la sociedad paraguaya. Los fondos se utilizarán para mejorar el acceso a viviendas dignas, fomentar la educación y apoyar el desarrollo de pequeñas y medianas empresas, contribuyendo así al crecimiento económico y al bienestar de las comunidades”, indicó.
Transparencia
Para asegurar la transparencia y la rendición de cuentas, la AFD publica anualmente un reporte de bonos sostenibles. Este informe incluye un informe de impacto, que presenta los resultados y beneficios ambientales y sociales de los proyectos financiados.
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El Elegido renueva su experiencia gastronómica
El Elegido, un referente de alta cocina en la ciudad de Asunción, ubicado en el eje corporativo del Paraguay, sobre Denis Roa esquina Austria, celebra más de un año y medio de éxitos con una emocionante renovación. Este restaurante, conocido por sus exquisitos platos, cócteles clásicos y de autor, así como sus postres, presenta una nueva carta que refleja la evolución de su propuesta gastronómica y el fuerte compromiso continuo con sus clientes.
Además de la renovación de su menú, el restaurante agrega un nuevo concepto, El Elegido All Day, que se centra en ofrecer una experiencia gastronómica que fusiona el almuerzo, la merienda y la cena en una propuesta sin interrupciones, adaptándose a las necesidades de cada momento.
Con este enfoque, el restaurante ofrece un menú especial de Bistro y cafetería, ideal para quienes buscan disfrutar de un ambiente relajado, ya sea para una reunión o simplemente para pasar un buen rato. Además, El Elegido All Day incorpora opciones sin gluten, keto y saludables, disponibles durante el horario de cafetería, pensadas para quienes requieren alternativas nutricionales específicas sin sacrificar sabor ni calidad.
La particularidad de esta renovación es que María José Orué, una de las propietarias de El Elegido y encargada de la creación del nuevo menú, ha estado involucrada directamente en cada etapa del proceso. Su visión como diseñadora ejecutora y su cercanía con el día a día del restaurante le han permitido desarrollar una propuesta que responde de manera innovadora a las expectativas de los clientes, sin perder la esencia que caracteriza a El Elegido.
Con esta nueva carta, El Elegido busca ofrecer una experiencia renovada y aún más completa para sus clientes, con platos y bebidas que reflejan lo mejor de la alta cocina y un enfoque atento a las tendencias gastronómicas actuales. El Elegido invita a redescubrir la renovada propuesta, donde la innovación y la tradición se fusionan para ofrecer una experiencia gastronómica única.
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El ñai’upo, en busca de ser reconocido como patrimonio de la humanidad
- por Jorge Zárate
- jorge.zarate@nacionmedia.com
- Fotos: Gentileza
Preservado por un puñado de artesanas, esta práctica ancestral y tradicional de hacer cerámica está en un momento en el que “requiere de salvaguarda”. La idea es que el reconocimiento internacional ayude a multiplicar la práctica de este tipo de alfarería manual apuntalando su difusión y valoración como hecho artístico y comunitario.
“Nuestra candidatura ha pasado un filtro importante, por lo que somos optimistas de que será aprobado en la reunión venidera”, dice Sergio Ríos, de la Dirección de Estudios, Antropología, Arqueología y Paleontología de la Secretaría Nacional de Cultura (SNC).
Lo hace explicando que en diciembre de este año, en Nueva Delhi, India, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) podría dar un paso importante para darle estatus protectivo a la tradicional técnica alfarera nacional.
De superar este paso, en la próxima reunión general del organismo se podría dar el reconocimiento. En este sentido, Ríos apunta que “con esta declaración será posible ejecutar acciones específicas que contribuyan a su salvaguarda y que permitan que la elaboración artesanal del ñai’ũpo pueda continuar en las próximas generaciones. Por otra parte, será también una prueba más de la enorme riqueza cultural que tenemos en Paraguay y de que debemos incentivar la preservación de nuestras prácticas del patrimonio inmaterial, como parte de nuestro acervo nacional”.
Lo cierto es que son pocas ya las artesanas que vienen custodiando esta práctica. Alrededor de cinco en Itá y otras ocho en Tobatí, según el registro de la SNC. “Recientemente falleció Rosalina Robles de Yaguarón, distinguida como tesoro nacional vivo y existen también otras mujeres, además de sus familias, que contribuyen activamente al proceso de elaboración del ñai’upo”, dice Ríos describiendo el cuadro.
“El taller de alfarería Ña Rosalina Robles en Peguahó, Yaguarón, administrado por la familia de nuestra artesana en su honor, también es un espacio que contribuye a la visibilización de estas prácticas y a que las mismas se mantengan vivas”, destaca.
KAMBUCHI APO
Vicenta Rodríguez es la lideresa del colectivo de mujeres alfareras Kambuchi Apo y espera que la eventual declaración “pueda incentivar a los jóvenes, a los niños, para que puedan aprender y para que siga adelante nuestra tradición, nuestra cultura, el oficio que nos dejaron nuestras abuelas, nuestras mamás”, expone.
La idea es que el reconocimiento las ayude en la valorización del trabajo “para que podamos vender en los precios justos y para que los ceramistas tengamos una vida estable también”.
Vicenta, verdadera maestra de ceramistas, recuerda que el ñai’ũpo se destaca por ser un trabajo hecho a mano: “No se usa moldes ni torno”. Por ello, asume que un destaque internacional de su técnica puede ayudar a multiplicar los talleres que vienen haciendo para enseñar este particular contacto con el barro a las nuevas generaciones
LABOR PEDAGÓGICA
“En Itá, más o menos 25 familias son las que se dedican y en nuestra asociación trabajamos ocho mamás juntas buscando que sea taller, escuela de cerámica y que los niños, los jóvenes y todas las personas que quieran aprender puedan tener acceso a ello. Ese es nuestro objetivo”, resalta.
Kambuchi Apo tiene un local de exposición y venta que trabaja de lunes a lunes en la avenida General Marcial Samaniego de Itauguá, donde puede verse la exquisita producción de este tesonero grupo de ceramistas.
Vicenta recuerda que mucha de la tarea la hicieron con el apoyo del Instituto Paraguayo de Artesanía (IPA), la SNC y el Fondo Nacional de la Cultura y las Artes (Fondec). “Nosotras preparamos proyectos y conseguimos fondos para hacer nuestros libros (‘Ñai’ũpo rape’ y ‘Kuña okambuchi apo’), nuestra feria, nuestro festival anual que solemos hacer en el mes de setiembre”, cuenta. También se brindaron talleres en escuelas, en la comunidad y en las plazas de Itá.
TRADICIÓN Y FUTURO
Memorando la tradición surge el nombre de Gumercinda Irala, mujer que preservó la técnica por 60 años, cuenta Elena Dielma, ceramista joven que sueña con poder seguir transmitiendo el conocimiento. “¡No queremos que se pierda, queremos que siga de generación en generación el trabajo hecho a mano!”, exclama.
Cuenta que en el trabajo de difusión del arte ceramista “llegamos a muchas comunidades, incluso indígenas, que están queriendo volver al ñai’ũpo, a esta tradición guaraní”, comenta.
Añade que, a pesar de las dificultades, decenas de familias en Itá y Tobatí siguen adelante con la difícil tarea. Destaca para ello los apoyos oficiales y recuerda que las ceramistas pudieron viajar y mostrar lo suyo en el país, con lo que se fueron dando acciones para “revalorizar” el ñai’ũpo, que espera que la declaración de la Unesco ayude a reforzar.
Elena se considera “una aprendiz de la cerámica, pero cada día estoy más fortalecida, más inspirada para seguir en la lucha constante, porque vivir de esto cuesta muchísimo en el sentido de que a veces hay buena temporada, a veces no, entonces es un poco difícil”.
No obstante, apunta que valió la pena el esfuerzo, ya que “gracias a que las maestras artesanas persistieron entre tantas necesidades logramos ahora posicionar al ñai’ũpo. Así que la posibilidad de que pueda lograrse el reconocimiento de la Unesco hace que sienta tanta admiración por esas maestras artesanas y estoy segura de que se va a lograr”.
UNA PREPARACIÓN RITUAL
La ceramista Elena Dielma cuenta que todo comienza con la preparación de la arcilla, “que se extrae del estero, se trae en pelotas, se pone en una pileta y ahí se pica. Luego se saca y se pone encima de una bolsa y se amasa con los pies. Se le agrega un poco de polvo de ladrillo, se sigue apisonando y luego pasa a un amasado, ya con las manos, donde se limpia la arcilla. Después pasa para el moldeado y la cocción en el horno”.
La joven relata que se inició en esta técnica hace seis años con la maestra Vicenta Rodríguez, en Kambuchi Apo. Vale decir que hay un componente familiar, ya que Vicenta es la suegra de Elena, por lo que considera que “mi familia está unida a través del ñai’upo”.
Recuerda entonces que “en realidad mi abuela fue alfarera, fue ceramista, pero mi mamá ya no siguió… se cortó eso con mi mamá, pero yo volví gracias a Vicenta”.
Luego explica cómo se dio esa continuidad: “Empecé haciendo el bruñido (pulido de las piezas) y luego ellas me insistieron en que toque la arcilla y realmente hasta hoy puedo sentirme orgullosa porque desde el primer momento en que la toqué, no puedo explicar lo que yo puedo hacer con mis manos en el barro. Es como que no sabía que yo sabía hacer esto, que estaba en mí eso gracias a mi abuela, que está también en mi sangre ser ceramista”, dice.
Esa iniciación impactó en su vida, ya que según apunta “me estaba preparando para ser licenciada en enfermería y no lo logré por muchas razones, y no estoy arrepentida. No es algo que me afectó psicológica o emocionalmente, sino es algo que seguramente me preparó para estar ahora donde estoy”.
Cuenta que comparte este amor por la cerámica con su hermana, que también fue iniciada en el arte por su marido, “que es hijo de la afamada Rosa Brítez. Entonces, somos dos en la familia que logramos recuperar una tradición”, dice.
“A través del ñai’upo aprendí a trabajar en comunidad, aprendí de muchas mujeres que lo hacen con la misma pasión que nosotras, pude conocer la historia de las maestras que pasaron tantas cosas años atrás con este trabajo que se denigraba muchísimo, que no valía nada, que era prácticamente sin valor para mucha gente y ahora ver que se está logrando todo esto para mí es muy importante, como lo es ser parte de ello también”.
TRÁMITE PENDIENTE
La Unesco confirmó recientemente que la candidatura del arte del ñai’upo, cerámica ancestral, presentada por Paraguay, será considerada en la 20.ª Reunión del Comité Intergubernamental de la Unesco, programada para este año, para su posible inscripción en la Lista del Patrimonio Cultural Inmaterial que Requiere de Salvaguardia Urgente. En este contexto, la SNC se encuentra ultimando los detalles del dossier técnico que respaldará esta propuesta, un paso crucial para su reconocimiento internacional.
La técnica de alfarería ñai’upo (quehacer cerámico) es una práctica ancestral que se ha transmitido de generación en generación, principalmente entre mujeres artesanas de Itá y Tobatí. Consiste en la elaboración de piezas de cerámica, como cántaros y utensilios, utilizando métodos tradicionales que incluyen la recolección de arcilla, su preparación y modelado, seguido de la cocción en hornos artesanales. Estas piezas no solo cumplen una función utilitaria, sino que también poseen un significativo valor cultural y artístico.
En junio de 2021, la SNC declaró al ñai’upo como patrimonio cultural inmaterial nacional, reconociendo la importancia de su preservación y promoción.