El pasado jueves el Comité de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria del Parlamento Europeo (ENVI) anunció la postergación por un año de la aplicación del Reglamento 1115/2023 con la introducción de enmiendas. En ese sentido, desde la Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales (Cappro) destacaron que ello permitirá consensuar y desarrollar más acabadamente el sistema de trazabilidad para la soja.
Entre los cambios, se destaca la nueva categorización para países con riesgo nulo, cuyos envíos serán excluidos de la norma de referencia, con la reducción de controles y procedimientos simplificados para los operadores de dichos países proveedores.
El Reglamento 1115 había sido aprobado el 31 de mayo del 2023 y debía ser aplicado desde el 1 de enero de 2025, pero fue postergado para el 1 de enero de 2026, según informó el gremio. En ese sentido, la Cappro consideró que esta decisión no tendría que paralizar los trabajos que se vienen realizando hasta la fecha.
“Es una oportunidad para la puesta a punto del sistema de trazabilidad de la cadena de la soja nacional, que se viene desarrollando entre los gremios del sector privado para demostrar las buenas prácticas y la sostenibilidad que caracterizan a la producción agrícola y agroindustrial del país”, mencionaron.
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Sobre la postergación, desde la Unión de Gremios de la Producción, indicaron que existen medidas inviables que constituyen una traba al comercio y no tienen un sustento científico, donde el mayor riesgo se concentra en la exclusión de la agricultura familiar, un eslabón de gran relevancia para el desarrollo socioeconómico de los países sudamericanos, principalmente en Paraguay.
Asimismo, resaltaron la importancia de analizar las distintas implicancias de la aceptación de las medidas a las que vienen calificando como unilaterales. Por eso, mencionaron que nuestro país desde un principio expuso que la normativa sería una amenaza y un freno para el desarrollo, y esto sería el “reflejo de un baño de realidad del continente europeo”.
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Las discrepancias sobre el acuerdo UE-Mercosur que preocupan a la agricultura europea
El proyecto de acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y el Mercosur preocupa al sector agrícola europeo, especialmente en Francia, que teme que los productos latinoamericanos inunden su mercado. Pero ¿cuáles son las cifras? Bruselas asegura que solo serán “pequeños volúmenes”, pero esto ya eleva el riesgo de desestabilización en algunos sectores.
En la mesa de negociaciones
Hay todavía tres cuestiones sobre la mesa: la UE pide compromisos a los países del Mercosur --bloque formado por Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Bolivia, aunque esta última no participa en el acuerdo-- sobre la deforestación y el clima, a la vez que Brasil reclama poder proteger sus industrias estratégicas, como el automóvil. La discrepancias sobre el sector agrícola siguen abiertas desde 2019.
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Volúmenes agrícolas
La Comisión Europea, el brazo ejecutivo de la UE, habla de “pequeños volúmenes” comparando las cuotas de importaciones previstas a las producidas anualmente por el bloque. El tratado reducirá o eximirá de tasas aduaneras a un máximo de 99.000 toneladas de carne bovina, lo que representa un 1,6 % de la producción de la UE. El límite será de 25.000 toneladas en la carne porcina (0,1 % de la producción comunitaria), de 180.000 toneladas para las aves de corral (1,4 %) y de 190.000 toneladas para el azúcar (1,2 %).
A cambio, Bruselas asegura que el acuerdo supondrá una oportunidad de mercado para productos europeos hasta ahora frenados en América Latina como el vino (tasado actualmente a un 27 %) o los quesos, que pueden beneficiarse del “auge de una clase media” en el subcontinente. El gobierno español, que respalda el acuerdo, destaca también el caso del aceite de oliva, pero los sindicatos agrícolas del país, especialmente los ganaderos, están preocupados.
Sectores expuestos
Aunque los volúmenes previstos son bajos respecto a la producción europea, ya sacuden algunos sectores. Patrick Bénézit, vicepresidente de la asociación interprofesional de carne bovina en Francia, señala que los países del Mercosur ya suministran la mayor parte de importaciones de solomillos, las piezas “nobles”. La producción de solomillos en Europa “es de 400.000 toneladas en razas bovinas, por lo que la irrupción de 99.000 toneladas ya tiene un impacto”.
Los productores de pollo también temen que sus homólogos brasileños se centren en las piezas más rentables, los filetes. Para el sector del azúcar, ya afectado por las facilidades aduaneras acordadas a Ucrania, el tope de 190.000 toneladas representa la mitad de las exportaciones a otros países de la UE de Francia, una de las naciones más contrarias al tratado.
Y los productores de etanol, de miel o de cerdo también están en riesgo, afirma Stefan Ambec, economista del instituto de investigación INRAE, que anticipa una caída de los precios pagados a los agricultores europeos. “Los costes de producción difieren y el problema es que las normas sanitarias y ambientales no son las mismas”, explica.
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Las normas
La Comisión rebate que “todo producto de Mercosur deberá respetar las estrictas normas de la UE en materia de seguridad alimentaria”. El acuerdo de libre comercio CETA firmado con Canadá, por ejemplo, no alcanza desde hace seis años las cuotas de exportación de carne porque no hay suficiente producción que cumpla con las normas comunitarias, destaca un funcionario europeo. Pero Bruselas admite que “las condiciones de producción” en el Mercosur no serán necesariamente las mismas que en Europa.
Por ello, los contrarios al tratado piden “cláusulas espejo”, es decir, que las reglas impuestos a los agricultores europeos en materia social, ambiental o de bienestar animal se apliquen también a los productores del Mercosur para evitar distorsiones de competencia. “Se vende como un acuerdo de nueva generación que tienen en cuenta los aspectos ambientales y climáticos, pero los compromisos son débiles: no hay ninguna condicionalidad”, advierte Ambec.
Los controles
Otra cuestión es cómo garantizar el cumplimiento de las normas sanitarias. “En teoría, la carne tratada con antibióticos u hormonas de crecimiento no puede entrar, pero en la práctica su trazabilidad es imperfecta”, dice Ambec.
“Hay inspecciones de mataderos organizadas con la Comisión, pero no es fácil controlar al ganado antes de esa etapa. El seguimiento desde el nacimiento hasta el matadero, en el Mercosur, solo existe en Uruguay”, explica este economista.
De hecho, una auditoría de la UE acaba de revelar fallos en los controles de la carne bovina en Brasil, incapaces de garantizar la ausencia de la hormona oestradiol, prohibida en Europa. A la espera de revisar estos procesos, Brasil ha suspendido sus exportaciones.
“Freno de emergencia”
El acuerdo incluye “una cláusula de salvaguardia”, una especie de “freno de emergencia” en caso de aumento repentino de las importaciones o de efectos perversos en el mercado, señala la Comisión Europea. Pero esta cláusula “no define” las condiciones precisas, apunta Ambec, lo que complica su activación y el restablecimiento de aranceles sin medidas de represalia.
Fuente: AFP.
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Agricultores europeos se manifestaron contra el acuerdo UE-Mercosur
Agricultores europeos protagonizaron ayer miércoles una protesta en Bruselas para expresar su oposición a la firma del acuerdo comercial entre la Unión Europea y el bloque del Mercosur. Los agricultores sostienen que la firma del acuerdo representaría un golpe devastador para granjeros y criadores de ganado vacuno en la UE. Sylvie Colas, secretaria general de la entidad francesa Federación Campesina, dijo que “estamos aquí para decirle NO a los acuerdos con el Mercosur y a todos los acuerdos de libre comercio”.
El objetivo de la protesta, agregó, es “poner fin a la masacre de campesinos”. Al contrario de protestas de agricultores a inicios de este año, que literalmente paralizaron a Bruselas, la protesta de este miércoles escasamente alcanzó el centenar de personas. “Alimentos para la gente, no para el lucro”, se leía en uno de los carteles en la protesta, frente a la sede de la Comisión Europea, en el denominado barrio europeo de Bruselas.
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La eurodiputada francesa Manon Aubry, presente en la protesta, dijo que “los agricultores europeos están pagando durante años, incluso décadas, por una liberalización del mercado agrícola que los ha sometido progresivamente a una competencia desleal”.
“La realidad es que nuestros agricultores hoy ya no trabajan para alimentar a la población europea”, dijo la eurolegisladora. La UE y el Mercosur negocian desde hace poco más de dos décadas un acuerdo de libre comercio, cuya firma parece inminente, a pesar de la feroz oposición de Francia. De ser sellado, el acuerdo crearía la segunda mayor zona de libre comercio en todo el mundo.
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Fuente: AFP.
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Francia busca bloquear el acuerdo UE-Mercosur por “todos los medios”
Francia moviliza “todos los medios” para bloquear la adopción del acuerdo entre la Unión Europea y los países del Mercosur, afirmó este jueves su ministro de Economía, Antoine Armand, cuando los agricultores franceses preparan nuevas protestas. “Usamos todos los medios, incluso medios institucionales y de votación a nivel europeo, para que el [acuerdo del] Mercosur en su forma actual no se apruebe”, aseguró Armand durante una entrevista a SudRadio.
Figuras de todo el arco político y el sector agropecuario de la segunda economía de la UE se han movilizado, con una excepcional unanimidad, contra la firma de este acuerdo, en nombre de la defensa de la agricultura y el medio ambiente. La Comisión Europea, que negocia en nombre de todos los países de la UE, parece decidida a firmar antes de fin de año este tratado comercial con Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, que no se aplicaría a Bolivia, último miembro del Mercosur.
Para bloquear la decisión, Francia busca convencer a los otros 26 países de la UE para reunir una minoría de bloqueo en el Consejo, una instancia que reúne a los gobiernos del bloque, ante la presión de Alemania y España que presionan por aprobarlo. “Estamos trabajando con los países europeos para hacerles entender el peligro que representa este acuerdo”, subrayó el funcionario francés. “Es inaceptable e intolerable para nuestros agricultores”, agregó.
Más de 600 parlamentarios franceses (diputados, senadores y diputados europeos) escribieron el martes a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, para manifestar su oposición al tratado. Los sindicatos agropecuarios están convocando manifestaciones a partir de la próxima semana, menos de un año después de una movilización histórica, contra este acuerdo, que se empezó a negociar hace más de dos décadas.
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En pie de guerra
Dirigentes de todo el arco político francés y el sector agropecuario se movilizan con una excepcional unanimidad contra la firma de un acuerdo comercial entre la Unión Europea (UE) y el Mercosur, en nombre de la defensa de la agricultura y el medio ambiente. La Comisión Europea (órgano ejecutivo de la UE) parece decidida a firmar antes de fin de año un tratado de libre comercio con el Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Bolivia, aunque esta última no participa en el acuerdo), contra el parecer de Francia, que lo rechaza en los términos actualmente planteados.
El primer ministro francés, Michel Barnier, declaró en Bruselas este miércoles que “en las condiciones actuales, este acuerdo no es aceptable para Francia y no lo será”. “Recomiendo que no se ignore la posición de un país como Francia”, agregó tras mantener una reunión con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. Más de 600 parlamentarios franceses (diputados, senadores y diputados europeos) escribieron el martes a Von der Leyen para afirmar su oposición al tratado.
Para bloquear la decisión, Francia necesita una minoría de bloqueo, de por lo menos cuatro de los 27 países de la UE, en el Consejo, una instancia que reúne a los gobiernos del bloque. Alemania y España presionan por sacar adelante el acuerdo, Polonia y Austria expresaron su oposición y otros países --como Italia, Irlanda y Países Bajos-- se reservan su posición por ahora, según fuentes diplomáticas en Bruselas.
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El objetivo no es “bloquear” a Francia
Los sindicatos agropecuarios están convocando manifestaciones, menos de un año después de una movilización histórica, con bloqueos de carreteras en toda Francia, por reivindicaciones del sector. Los productores agrícolas, que siguen denunciando la burocracia y los bajos ingresos, están golpeados por las malas cosechas y las pérdidas relacionadas con nuevas enfermedades animales y en estado de alerta por la perspectiva de una firma del acuerdo con el Mercosur.
La alianza sindical agrícola mayoritaria formada por la FNSEA y los Jóvenes Agricultores (JA) lanzó el miércoles un llamamiento a una movilización nacional de agricultores “a partir del lunes” 18 de noviembre. Principalmente, quieren “hacer oír [...] la voz de Francia” durante el G20 que se celebrará este mes en Brasil. “Europa no debe convertirse en un colador y no puede importar productos que no respetan ninguna de nuestras normas”, declaró a la radio France Inter el presidente de la FNSEA, Arnaud Rousseau. “Nuestro objetivo no son las autopistas”, precisó y añadió que tampoco es “bloquear” ni “matar de hambre” a Francia.
Los sindicatos mayoritarios argumentan que los franceses encontrarían en sus platos más productos cultivados con pesticidas prohibidos en la UE o criados con antibióticos que activan el crecimiento de los animales. La Coordinación Rural, segundo sindicato más representativo, promete “una revuelta agrícola” a partir del 19 de noviembre”, con un “bloqueo del transporte de alimentos”. Un sindicato minoritario, Confederación Paisana, participó el miércoles en varias manifestaciones contra el Mercosur en Bruselas, París y en el sur de Francia.
Fuente: AFP.
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Unos 600 parlamentarios franceses se oponen al acuerdo UE-Mercosur
Más de 600 parlamentarios franceses de varios grupos afirmaron en un mensaje a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, su oposición al proyecto del acuerdo de libre comercio UE-Mercosur, que podría firmarse en el G20 el 18 y el 19 de noviembre. Francia se ha convertido en el principal opositor europeo a un tratado de libre comercio con los países del Mercosur (Brasil, Argentina, Paraguay, Uruguay y Bolivia), alegando que el documento no protege debidamente a los agricultores de la UE.
“No imaginamos, señora presidenta, que pueda tomar la iniciativa de un voto en el Consejo y en el Parlamento contra la expresión democrática de la casi unanimidad de los parlamentarios franceses”, escriben diputados, senadores y diputados europeos de varios grupos parlamentarios. “Tampoco concebimos que la Comisión y el Consejo se olviden de la oposición de Francia, gran país fundador de la Unión”, añaden.
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Advierten además que “una situación así generaría sin ninguna duda una deflagración democrática en nuestro país, que ya se encuentra bajo la amenaza política de un populismo antieuropeo”. La ministra de Agricultura, Annie Genevard, dijo el domingo estar convencida de que este acuerdo de libre comercio “no se firmará” en la cumbre del G20 en Río de Janeiro.
Para los parlamentarios firmantes de la misiva, Francia estableció “tres condiciones a la firma del acuerdo: ‘no aumentar la deforestación importada en la Unión Europea, adecuar el tratado al Acuerdo de París sobre el clima e instaurar medidas espejo en materia sanitaria y medioambiental. Claramente, estas condiciones no se cumplen”.
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Este acuerdo de libre comercio, “que prevé la apertura de cuotas adicionales sin derechos de aduana o con tasas reducidas para la carne de vacuno, las aves de corral, el maíz, el azúcar y el etanol, se haría en detrimento de los productores y ganaderos europeos, en un contexto de distorsiones de la competencia y de ‘ingenuidad culpable’ con la ausencia de controles sobre los productos importados”, subrayan los signatarios.
Las negociaciones de la UE con el Mercosur se reanudaron en los últimos meses bajo el impulso de Estados miembros como Alemania o España. La perspectiva de un acuerdo provoca la cólera de los sindicatos agrícolas franceses, que anuncian una movilización para mediados de noviembre.
Fuente: AFP.