Hoy 25 de octubre se cumplen 40 años de la inauguración oficial de la central hidroeléctrica Itaipú Binacional y el inicio del suministro simultáneo de energía eléctrica a los sistemas de Paraguay y Brasil. Si bien la usina ya había empezado a generar energía eléctrica el 5 de mayo de ese año, un día como hoy, los presidentes de ambos países habilitaron de forma oficial la hidroeléctrica.

Actualmente, Itaipú Binacional sigue siendo la mayor generadora de energía hidroeléctrica limpia y renovable acumulada del planeta, con una producción de más de 3.036.700 gigavatios hora (GWh), desde el inicio de sus operaciones.

Durante el acto aquel 25 de octubre de 1984, que fue encabezado por los presidentes de Paraguay de ese entonces, Alfredo Stroessner; y del Brasil, João Baptista de Oliveira Figueiredo, se procedió a la bendición de la primera unidad generadora de Itaipú que en ese momento era la más grande del mundo.

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La ceremonia de inauguración contó además con la participación de las comitivas presidenciales, de altas autoridades gubernamentales de ambos países, así como de representantes diplomáticos de otras naciones. Desde ese entonces a la fecha, Itaipú sigue siendo referencia mundial en cuanto a producción de energía y en los índices de utilidad de agua y de disponibilidad de máquinas, con una visión y misión sustentables.

La hidroeléctrica es considerada como una de las siete maravillas del mundo moderno, según una encuesta realizada por la Asociación Americana de Ingenieros Civiles (ASCE), entre profesionales de diversos países, publicada en 1995 por la revista Popular Mechanics.

Energía limpia

La generación de energía de la biomasa consiste en aprovechar el gas que la materia orgánica en descomposición emite -en biodigestores- para mover motogeneradores capaces de suplir la demanda por energía de una propiedad rural por completo o, al menos, suministrarla durante el horario de punta, cuando los costes de energía son los más caros.

Gracias al clima tropical, que acelera el proceso de degradación de la materia orgánica, Brasil tiene un amplio potencial para producir electricidad de esa forma. Se trata de un sistema que también se puede aplicar a pequeñas propiedades, en forma de cooperativa. Otra ventaja es la obtención de un biofertilizante de elevada calidad, como subproducto de la biodigestión.

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