El presidente de la Administración Nacional de Navegación y Puertos (ANNP), Julio César Vera Cáceres, habló acerca de la terrible bajante que viene experimentando el río Paraguay en lo que va del año, acrecentándose en setiembre y a la espera de que octubre pueda traer las esperadas lluvias.

Este martes 1 de octubre, el río alcanzó un nuevo mínimo histórico de -1.30 m en Asunción, con lo que desde ayer lunes descendió 6 cm cuando estuvo en -1.24 m, según el registro de la Dirección de Meteorología e Hidrología (DMH), ante lo que el titular de la ANNP mencionó que lo único que se puede hacer es seguir dragando, aunque se encuentran con algunos inconvenientes.

“Siguen los trabajos de dragado y desrrocamiento ante esta bajante del río Paraguay, porque afecta la navegabilidad. Lo único que podemos hacer es el dragado constante en 3 tramos del río, que gracias a esto es que las barcazas pueden navegar, pero lo hacen a 60 e incluso 50 % de la capacidad”, expresó a la 1020 AM.

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Según el titular de la ANNP, los trabajos de dragado persisten, aunque se encuentran con mucho barro y basura, lo dificulta el funcionamiento de la draga. Foto: Jorge Jara

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Dragado se complica con barro y basuras

La ANPP cuenta con una draga operativa en el acceso a la bahía, pero es engorroso porque no draga sólo arena, sino barro y basura de todo tipo, lo que dificulta el normal desenvolvimiento de la máquina trancando los filtros. La misma será enviada también al Puerto de Pilar, dijo. Vera Cáceres indicó que la administración está pendiente de la entrega de una quinta draga, que está en pleno proceso de construcción y sería entregada al país recién en agosto del 2025.

Recordó que está en espera también de los trabajos de desrrocamiento a cargo de una empresa extranjera que había detectado 13 pasos críticos en el norte del río Paraguay, por la presencia masiva de rocas y una vez que tengan licencia ambiental se dará inicio a los trabajos para facilitar el tránsito fluvial.

La presencia de rocas hace que en muchos de los tramos se tengan que desmembrar las barcazas, lo que ocasiona gasto innecesario de combustible. Además de complicar aún más la ya pronunciada bajante, afectando la navegabilidad pues repercute en que no se puede transportar las mismas cantidades de carga.

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Con el panorama actual, la navegabilidad se complica aún más, al no poder las barcazas navegar a pleno. Foto: Jorge Jara

Alternativas son más costosas

Esto conlleva a realizar más viajes, lo cual va repercutir en un aumento de los precios de las importaciones y las exportaciones. A la vez, el complicado estiaje podría obligar a los importadores a traer sus mercaderías por los puertos marítimos, que si bien es lo que se hace, pero atendiendo a las complicaciones serían sin trasbordo, para luego enviarlos ya por vía terrestre hasta territorio local.

Es así que, según Vera Cáceres, soluciones o alternativas siempre habrán, solo que el problema principal en este caso, es que el tráfico fluvial siempre es más barato entre las modalidades de transporte empleadas, por lo que desde donde se mire, la bajante perjudica realmente a todo el país.

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