La industria aceitera facilitó el crecimiento del sector porcino y aviar a lo largo de los años, según indicó la Cámara Paraguaya de Procesadores de Cereales y Oleaginosas (Cappro) en un informe sobre el fortalecimiento de ambos rubros a través de la agroindustria nacional.
Desde el gremio explicaron que el salto significativo en la producción se atribuye a varios factores, tales como la incorporación de tecnología de punta, mejoramiento de la organización de las cadenas productivas a cargo de empresas líderes en el mercado, así como al fortalecimiento de los controles sanitarios.
Se tuvieron mejores técnicas de crianza, nuevas políticas de apoyo por parte de las instituciones oficiales, pero también, el crecimiento fue debido al tipo de alimento balanceado con alto valor nutricional, en este caso proveniente de las agroindustrias.
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Sector avícola
La Cappro señaló en el informe económico del doctor Emilio Ortiz Trepowski y Carolina Riquelme, que mientras se iba dando la expansión de las industrias aceiteras, también fue aumentando el hato avícola. “Para el 2008 saltó a 16 millones y para el 2023 a 32 millones ejemplares”, mencionaron.
Con eso se llegó a una producción de carne de pollo de 135.200 toneladas y 47,5 millones de aves faenadas en el periodo 2023, según los datos del Servicio Nacional de Calidad y Salud Animal (Senacsa). Además, se estimó una producción de 763,2 millones de huevos.
Sector porcino
En el caso del sector porcino, agregaron que en los últimos 10 años, el crecimiento en el volumen de faenamiento de cerdos creció de unas 297.429 cabezas a 745.073 ejemplares por año, obteniéndose en el último periodo unas 67.233 toneladas de carne. Además, la exportación de carne, menudencias y despojos durante el 2023 fue de 7.689 toneladas por USD 19,2 millones.
“Por esa razón, el gremio sostiene que la consolidación de la molienda dentro del territorio es el eslabón fundamental para el desarrollo del resto de la cadena de la producción avícola, porcina, la piscicultura, los productos lácteos, el biodiésel, las margarinas, entre otros”, puntualizan.
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Industria nacional: una treintena de laboratorios impulsa el desarrollo farmacéutico
Alba Delvalle, alba.delvalle@nacionmedia.com
En el Día de la Industria Nacional, que se conmemora cada 8 de setiembre, abordaremos al pujante sector farmacéutico, que se fortalece adentrándose cada vez más al desarrollo de productos biológicos. Esta idea quizás era muy lejana hace una década, pero actualmente ya son 4 los laboratorios de avanzada que apuestan a esta innovación.
“La industria farmacéutica tuvo un crecimiento importante durante los últimos 10 años. Según nuestros registros, en este periodo se invirtió más de USD 150 millones, tanto para nuevas plantas como para ampliaciones de otras ya existentes”, expresó Gerardo García, presidente de la Cámara de la Industria Química Farmacéutica (Cifarma).
La pandemia de covid-19 demostró la importancia de contar con capacidad y productividad para ser resilientes ante situaciones adversas, y la industria farmacéutica, como una de las que viene creciendo en diversos sentidos, es una que supo enfrentar ese desafío convirtiéndolo en oportunidades.
Innovación con biológicos
En entrevista para el diario La Nación/ Nación Media, el representante del gremio puso énfasis en el reciente logro del país de haber alcanzado el grado de inversión, lo cual es un reflejo de las acciones de todos los sectores económicos del Paraguay y de las que ellos fueron parte.
Actualmente operan 28 laboratorios farmacéuticos habilitados en el país, de los cuales 20 son socios de Cifarma, produciendo una variada línea de medicamentos de síntesis química. Pero no solo eso, el sector viene apostando desde hace un tiempo en el desarrollo de productos biológicos, que serían los destinados para enfermedades o tratamientos oncológicos.
El referente de la industria farmacéutica mencionó que varias firmas están empezando a invertir en esta innovadora línea de producción, y ya son 4 las plantas como Lasca, Quimfa, Éticos y Fapasa, que se aggiornaron para montar laboratorios biológicos.
Proyección rentable
Esta última firma realizó una importante apuesta de USD 50 millones para duplicar la producción, una multinacional que elabora y exporta a todos los países de la región, al igual que varias de los laboratorios nacionales, mencionó García.
Todas estas acciones, reditúan en que la industria farmacéutica paraguaya se encuentre en un momento muy próspero, con un mercado total de ventas locales que suma USD 1.000 millones al año. De esto, USD 500 millones son por la venta de medicamentos a farmacias y los otros USD 500 millones por provisión al Estado.
El sector también exporta la producción local a diversos países, cuyas ventas generan ingreso de divisas que para este 2024 se proyecta cerrar con USD 100 millones. Con todos estos números, el sector prevé un crecimiento del 30 %.
Fuerza laboral
Otro aspecto más que importante, es el componente social de esta industria, que genera empleo de manera directa para 6.953 personas, en los últimos 10 años sumó más de 2.000 mano de obra según registros de IPS. Es interesante a la vez el dato de que casi 60 % de la fuerza laboral está compuesta por mujeres, y más del 40 % son profesionales universitarios o mano de obra calificada.
En cuanto a las proyecciones de esta industria, el titular del gremio señaló que la tendencia en todos los países es la autosuficiencia, el no depender de otros proveedores para poder reaccionar ante casos estrictos. Un ejemplo concreto, la pandemia.
“Apuntamos a tener capacidad de producir en el país para autoabastecernos, con un sector biotecnológico en pleno proceso de inversión, seguir innovando y ampliando la elaboración de productos biológicos”, subrayó García.
Datos clave
- La industria farmacéutica tuvo un crecimiento importante durante los últimos 10 años.
- El sector viene invirtió más de USD 150 millones en nuevas plantas como en ampliaciones de otras existentes.
- La industria apuesta al desarrollo de productos biológicos o los destinados para enfermedades o tratamientos con productos oncológicos.
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Cappro apunta a la consolidación de la industria aceitera dentro del país
El gremio aglutina a las diez aceiteras más importantes del Paraguay.
La Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales (Cappro), desde sus inicios (hace 18 años) hasta la fecha, ha tenido un desempeño destacado en la sustentabilidad ambiental, la logística fluvial, el combate al contrabando y coadyuvando con el esfuerzo de los productores de materias primas para la industria aceitera.
La Cappro es un gremio que agrupa a las 10 industrias aceiteras más importantes del Paraguay, cuyo volumen de producción representa el 95 por ciento de la cantidad de aceites y harinas oleaginosas producidas y exportadas por el país. Las firmas asociadas a Cappro son:
ADM, Bisa, Bunge, Caiasa, Cargill, Conti Paraguay, Copagra, LDC, Mercantil Comercial y Oleaginoza Raatz; las mismas canalizaron aproximadamente más del 60 por ciento de la soja cosechada en el país en la última década. Algunos de los asociados realizan otros procesos industriales conexos, como envasado de aceites comestibles, producción de grasas y margarinas, balanceados y aceite de coco.}
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“Luego del gran flujo de inversiones en el sector, a inicios de la década pasada, la industria aceitera paraguaya se posicionó como la principal actividad industrial en términos de saldo de inversión directa, con 861 millones de dólares al cierre de la última actualización realizada por el Banco Central del Paraguay”, comenzó diciendo Sandra Noguera, gerente general de Cappro, a La Nación/Nación Media.
Explicó que en ese periodo surgieron nuevas industrias y otras fueron ampliadas y mejoradas, con lo que la capacidad para industrializar se triplicó. Sin embargo, los constantes cambios de reglas redujeron la competitividad del sector, modificando de manera significativa los planes iniciales.
“Esto puso freno a las inversiones, ya que el escenario se volvió incierto, con lo cual actualmente no existe la previsibilidad necesaria para los inversionistas y el año se está volviendo crítico para la agroindustria”, explicó.
Las agroindustrias en el Paraguay, además de los beneficios directos en generación de empleos formales y de calidad, la creación de polos de desarrollo, el mayor ingreso de divisas al exportar productos industrializados de mayor valor que las materias primas, aportes fiscales, entre otros, indirectamente a lo largo de los años han impactado positivamente en rubros conexos, propiciando y facilitando el crecimiento de la cría de cerdos y aves, ganado lechero, piscicultura y otros.
Entre los planes de Cappro está la consolidación de la industria aceitera dentro del territorio como eslabón fundamental para el desarrollo del resto de la cadena. Sobre este último punto, las industrias asociadas a Cappro, con las políticas públicas adecuadas, pueden colaborar con los planes del Gobierno de convertir al Paraguay en capital del biocombustible, ya que son las proveedoras naturales del aceite crudo necesario para la producción de este.
Agregó que el desafío para este segundo semestre del año, y para los próximos años, es encontrar mecanismos que permitan a la industria local aprovechar su capacidad instalada y recuperar rentabilidad que se ha ido erosionando sistemáticamente en estos últimos años.
“Las previsiones de industrialización para el cierre de este año no superan los 2,5 millones de toneladas, representando una capacidad ociosa de más de 1,8 millones de toneladas, lo que pone en evidencia cómo van profundizando aún más las condiciones de competitividad negativas para la subsistencia de las industrias aceiteras nacionales que apostaron por el país”, comentó.
Explicó que para enfrentar un nivel más competitivo es crucial robustecer la agroindustria con políticas públicas enfocadas en lograr una mayor industrialización de la materia prima agrícola dentro del territorio nacional. “Se requiere de una política industrial clara que nos ayude a concretar el potencial del sector”, sostuvo.
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Satisfacción
Como gremio, la mayor satisfacción es haber adquirido un desempeño destacado en la cooperación integral en las actividades de las industrias aceiteras, en ocupar un espacio cada vez mayor en la instalación del diálogo abierto con las autoridades del Gobierno y con los otros actores de la economía nacional, entre otros aspectos.
“Otro punto que enorgullece a Cappro es el haberse convertido en un ente de referencia a nivel local e internacional en la generación de estadísticas del sector agroindustrial”, comentó. Asimismo, dijo que se debe reforzar el diálogo entre el Gobierno y los sectores que invirtieron o desean invertir en el país, con miras a transformar las ventajas comparativas del Paraguay en verdaderas ventajas competitivas.
“La Cámara tiene por misión impulsar la industrialización de oleaginosas y cereales en coordinación con el sector público, fomentando el crecimiento de la producción agrícola e industrial, generando mayores ingresos de divisas y puestos de trabajo, con responsabilidad social y medioambiental”, aseguró.
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Sector avícola mostró importante crecimiento en los últimos años
En 30 años hubo un aumento importante no solo en la producción, sino también en el consumo.
Néstor Zarza, presidente de la Asociación Avícola del Paraguay (Avipar), aseguró que tanto la producción de pollos como la de huevos aumentó considerablemente en los últimos años gracias al trabajo eficiente que realizan desde las industrias avícolas del país.
En lo que respecta a la producción de pollos, se tiene un hato aproximado de 20 millones, que se mantiene en crecimiento constante, con una faena de 250 mil pollos por día de lunes a sábado. “Esto fue creciendo lentamente. Hace 20 años, el consumo era de 10 kilos per cápita y ahora es 20 kilos per cápita, lo que sigue siendo poco, comparado con otros países de la región. Estamos avanzando en un mayor consumo y mayor producción”, dijo Zarza a La Nación/Nación Media.
En cuanto a la producción de huevos, en los últimos 30 años hubo un crecimiento importante no solo en la producción, sino también en el consumo. “Era una explotación más casera y hubo un crecimiento constante. Hace 30 años, de un hato de 1 millón, ahora estamos por los 4 millones”, explicó al tiempo de comentar que hace 14 años el hato de ponedoras era de 2 millones.
“Lo importante de este rubro es que hay tecnología de punta, estamos hablando de las empresas más grandes, hay todavía explotaciones primarias que subsisten en el mercado”, dijo al indicar que uno de los mayores desafíos es el tema sanitario con la aparición de la influenza aviar, que siempre pone en peligro a la industria avícola.
“Aunque no ha llegado a la producción industrial, sí afectó a la producción casera. Es un motivo de preocupación siempre y es un desafío importante que nos obliga a redoblar los esfuerzos para mantener un esquema de bioseguridad y minimizar si ingresa la enfermedad”, explicó.
MEJORAR PARA PODER SUBSISTIR
Así también, otro desafío para el sector es mejorar para poder subsistir, teniendo en cuenta que el rubro tiene ciclos de dificultades y además debe enfrentar el flagelo del contrabando, ya que siempre está amenazado por la invasión de productos de Brasil o Argentina, países donde existe un volumen mucho mayor de producción que en el nuestro.
Una de las mayores satisfacciones del gremio es que en este rubro se trabaja en un 70 por ciento en zonas rurales, dando trabajo a la gente del campo. En ese sentido, dijo que no existe mano de obra calificada y cada uno va formando al personal que trabaja en las industrias, siendo uno de los sectores que abona todos los tributos e impuestos. “Es muy formal nuestro sector”, concluyó.
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Cappro apunta a la consolidación de la industria aceitera dentro del país
El gremio aglutina a las diez aceiteras más importantes del Paraguay.
La Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales (Cappro), desde sus inicios (hace 18 años) hasta la fecha,ha tenido un desempeño destacado en la sustentabilidad ambiental, la logística fluvial, el combate al contrabando y coadyuvando con el esfuerzo de los productores de materias primas para la industria aceitera.
La Cappro es un gremio que agrupa a las 10 industrias aceiteras más importantes del Paraguay, cuyo volumen de producción representa el 95 por ciento de la cantidad de aceites y harinas oleaginosas producidas y exportadas por el país. Las firmas asociadas a Cappro son: ADM, BISA, BUNGE, CAIASA, CARGILL, CONTIPARAGUAY, COPAGRA, LDC, MERCANTIL COMERCIAL y OLEAGINOSA RAATZ; las mismas canalizaron aproximadamente más del 60 por ciento de la soja cosechada en el país en la última década. Algunos de los asociados realizan otros procesos industriales conexos, como envasado de aceites comestibles, producción de grasas y margarinas, balanceados y aceite de coco.
“Luego del gran flujo de inversiones en el sector, a inicios de la década pasada, la industria aceitera paraguaya se posicionó como la principal actividad industrial en términos de saldo de inversión directa, con 861 millones de dólares al cierre de la última actualización realizada por el Banco Central del Paraguay”, comenzó diciendo Sandra Noguera, gerente general de Cappro, a La Nación/Nación Media al hablar de la evolución de la industria nacional.
Explicó que en ese periodo surgieron nuevas industrias y otras fueron ampliadas y mejoradas, con lo que la capacidad para industrializar se triplicó. Sin embargo, los constantes cambios de reglas redujeron la competitividad del sector, modificando de manera significativa los planes iniciales.
“Esto puso freno a las inversiones, ya que el escenario se volvió incierto, con lo cual actualmente no existe la previsibilidad necesaria para los inversionistas y el año se está volviendo crítico para la agroindustria”, explicó.
Las agroindustrias en el Paraguay, además de los beneficios directos en generación de empleos formales y de calidad, la creación de polos de desarrollo, el mayor ingreso de divisas al exportar productos industrializados de mayor valor que las materias primas, aportes fiscales, entre otros, indirectamente a lo largo de los años han impactado positivamente en rubros conexos, propiciando y facilitando el crecimiento de la cría de cerdos y aves, ganado lechero, piscicultura y otros.
Entre los planes de Cappro está la consolidación de la industria aceitera dentro del territorio como eslabón fundamental para el desarrollo del resto de la cadena. Sobre este último punto, las industrias asociadas a Cappro, con las políticas públicas adecuadas, pueden colaborar con los planes del Gobierno de convertir al Paraguay en capital del biocombustible, ya que son las proveedoras naturales del aceite crudo necesario para la producción de este.
Agregó que el desafío para este segundo semestre del año, y para los próximos años, es encontrar mecanismos que permitan a la industria local aprovechar su capacidad instalada y recuperar rentabilidad que se ha ido erosionando sistemáticamente en estos últimos años.
“Las previsiones de industrialización para el cierre de este año no superan los 2,5 millones de toneladas, representando una capacidad ociosa de más de 1,8 millones de toneladas, lo que pone en evidencia cómo van profundizando aún más las condiciones de competitividad negativas para la subsistencia de las industrias aceiteras nacionales que apostaron por el país”, comentó.
Explicó que para enfrentar un nivel más competitivo es crucial robustecer la agroindustria con políticas públicas enfocadas en lograr una mayor industrialización de la materia prima agrícola dentro del territorio nacional. “Se requiere de una política industrial clara que nos ayude a concretar el potencial del sector”, sostuvo.
SATISFACCIÓN
Como gremio, la mayor satisfacción es haber adquirido un desempeño destacado en la cooperación integral en las actividades de las industrias aceiteras, en ocupar un espacio cada vez mayor en la instalación del diálogo abierto con las autoridades del Gobierno y con los otros actores de la economía nacional, entre otros aspectos.
“Otro punto que enorgullece a Cappro es el haberse convertido en un ente de referencia a nivel local e internacional en la generación de estadísticas del sector agroindustrial”, comentó.
Asimismo, dijo que se debe reforzar el diálogo entre el Gobierno y los sectores que invirtieron o desean invertir en el país, con miras a transformar las ventajas comparativas del Paraguay en verdaderas ventajas competitivas.
“La Cámara tiene por misión impulsar la industrialización de oleaginosas y cereales en coordinación con el sector público, fomentando el crecimiento de la producción agrícola e industrial, generando mayores ingresos de divisas y puestos de trabajo, con responsabilidad social y medioambiental”, aseguró.