Este lunes, desde tempranas horas, se lleva a cabo una edición más de la Feria de la Agricultura Familiar. En esta ocasión en la explanada de canal Trece, en Lambaré. La actividad es organizada por el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), institución que propicia los espacios y el traslado de los feriantes. Uno de los productos más demandado es el tomate que se oferta a G. 7.000 el kilo.
Al respecto, la coordinadora de ferias, Carolin Leguizamón, explicó acerca de las ventajas de estas actividades, tanto para los productores propiamente, así como para los compradores, pues las ofertas resultan más baratas que los supermercados o cualquier punto de venta.
“Nuestra feria siempre es por lo menos 30 a 40 % más barato que en cualquier otra tienda, porque estos precios son de finca. Lo que hacemos es cortar la intermediación, el equipo del MAG les busca a los productores y los acercamos hasta los puntos establecidos”, expresó a la 650 AM.
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La coordinadora mencionó que a pesar de la lluvia, los feriantes acercaron muchísimos productos, y que la idea es que retornen con la venta del 100 % de lo que trajeron, lo cual es factible al contar con precios accesibles, dijo.
Ofertas
Citó que se puede encontrar todo tipo de verdeos, en el caso de la lechuga se está ofertando en 3 por G. 5.000, el tomate tan cotizado en las últimas semanas se vende a tan solo G. 7.000 el kilo, huevos a 16.000 la docena, G. 24.000 el kilo el cerdo, G. 35.000 el kilo la butifarra, queso Paraguay a G. 32.000 el kilo, entre otros.
Además de una serie de productos frescos, directo desde la finca, los feriantes también ofrecen variedad de comidas típicas, en conmemoración también a la festividad de San Juan, como combos especiales y estarán en el lugar hasta agotar stock.
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Suman 154 tractores distribuidos por el MAG durante la gestión actual
El Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) informó que suman 154 tractores distribuidos a los comités de productores de todo el país, durante la gestión actual, fortaleciendo la mecanización de la agricultura familiar en diversas comunidades. Así lo indicó el titular de la cartera, Carlos Giménez, tras la entrega de un nuevo móvil con implementos agrícolas en la Colonia Andrés Barbero de Quiindy, distrito de San Pedro del Ycuamandyyú.
En cuanto a los departamentos con mayor producción, explicó que Caaguazú está encabezando la lista en materia de hortalizas y el que posee mayor cantidad de familias dedicadas a la agricultura familiar es San Pedro. “Es muy complejo hablar de los más productivos, pero podemos decir que son Caaguazú, San Pedro, Cordillera, Paraguarí, pero también tenemos el otro tipo que es Alto Paraná”, sostuvo a la 920 AM.
Giménez añadió que el MAG continuará trabajando para fortalecer la mecanización de la agricultura familiar en diversas comunidades del país, impulsando el crecimiento de la producción y el bienestar de las familias rurales. La inversión total en la entrega ascendió a G. 740.729.800 e incluyó un tractor de 99 HP 4x4, una sembradora de seis líneas, 70 bolsas de semillas de maíz híbrido y 100 bolsas de fertilizante.
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“Estos insumos permitirán a los productores mejorar el rendimiento de sus cultivos y fortalecer la seguridad alimentaria en la región”, indicó. El acto se llevó a cabo en la finca del productor Oscar Duarte y contó con la presencia de autoridades locales, quienes reafirmaron el compromiso del Gobierno para apoyar a los productores que trabajan arduamente para mejorar su productividad.
Así también, el ministro añadió que los implementos son distribuidos atendiendo la cantidad de organizaciones asistidas y las que requieren tecnificación. ”La característica es asistirles a los productores reales, hay muchos jóvenes hoy día también que están retornando a la agricultura y eso es un indicador muy alentador”, aseveró.
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Apoyo a la agricultura familiar campesina debe ser productivo y consistente
- Dr. Juan Carlos Zárate Lázaro
- MBA
Estudios realizados a nivel país señalan que tendríamos aproximadamente 250.000 pequeños productores agrícolas, distribuidos en los departamentos donde se observan los mayores bolsones de pobreza (Concepción, Caazapá, San Pedro y Caaguazú).
Si bien el MAG viene trabajando activamente con los mismos para cambiar la imagen de ser un sector meramente de subsistencia a uno de producción y comercialización, deberán seguir haciéndolo sin treguas teniendo como objetivo primario abocarse a la reingeniería y fortalecimiento económico, financiero y productivo de los mismos, para que puedan superar la línea de pobreza, reversible con inteligencia, proactividad y profesionalismo.
Debería intensificarse el apoyo técnico en sus fincas de parte del MAG, orientándolos en cómo poder diversificar sus líneas de cultivos y hacerlo mucho más productiva y rentable la superficie que cada uno dispone, subutilizada en muchos casos por desconocimiento y por falta de una mayor asistencia técnica y crediticia.
En su gran mayoría se dedican al cultivo de hortalizas y frutas que les reditúan ingresos solo en una parte del año, siendo posible que puedan tenerlos en gran parte del mismo, única vía que les permitiría poder superar la situación económico-financiera en que se encuentran, y que hace que cada año se manifiesten viniendo a la capital a solicitar al Gobierno una mayor asistencia, condonación o refinanciación de sus deudas contraídas, pues no cuentan con la capacidad de repago para hacer frente en tiempo y forma a sus compromisos contraídos.
No todo se remite al aspecto productivo, pues precisan de educación financiera, que les permita manejar en forma más eficiente los recursos generados por sus diversos renglones de cultivo y que tengan la posibilidad de acceder a una caja de ahorros dentro del sistema financiero que les dé la opción de incrementar los niveles de inclusión que también sigue siendo una falencia, pero superable.
La asistencia técnico-profesional por parte de organismos técnicos deberá ser consistente y permanente, para que puedan tener posibilidades potenciales de obtener mejores resultados económicos.
Para que la gestión global de estos labriegos pueda resultar rentable, deberían aglutinarse en pequeñas cooperativas de producción, de tal forma que sean ellos mismos quienes negocien la venta de sus productos a los compradores finales, eliminándose así la intermediación, que está en manos de quienes, sin mucho esfuerzo, desde hace años, se han venido llevando la parte “más substanciosa de la torta”.
Un mayor apoyo de parte del Gobierno es fundamental pues aquí el objetivo primario debe ser que progresen productiva y económicamente.
Cientos de jóvenes, hijos de estos labriegos, se ven en la necesidad de migrar hacia ciudades del departamento Central o a nuestra capital en busca de trabajo, pudiendo evitarse si existe la proactividad, profesionalismo y visión de futuro de nuestros gobernantes, quienes, de lograr todos los objetivos precedentemente expuestos, podrían convertirse en exitosos microempresarios con sus progenitores.
El Ministerio de Agricultura y Ganadería deberá seguir en manos de técnicos idóneos y capaces, que tengan la suficiente capacidad de asignar funciones y delegar responsabilidades para que en forma permanente asistan de cerca a estos productores, permitiéndoles ser competitivos y rentables.
No hay “recetas mágicas”. Solo se precisa de sentido común, visión de futuro y ganas de trabajar profesional y ordenadamente, con objetivos y metas claras, y sobre todo mucha actitud y patriotismo sin discriminar a nadie por sus ideologías políticas.
Paraguay es uno de los mayores productores de alimentos a nivel mundial y qué mejor que sean estos pequeños productores agrícolas uno de los actores protagónicos, que se fortalezcan no solo a nivel de nuestro mercado doméstico, sino también “abonando el terreno” para que puedan seguir creciendo hacia afuera.
Casi a fines del año pasado se daba el primer envío de 60.000 kilos de tomate a la provincia de Córdoba, de la República Argentina, a un mercado importante con una población de 46 millones de habitantes y que siempre seguirán demandando alimentos que esperamos pueda expandirse a otros países.
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Ante prolongada sequía, productores recurren a cultivos alternativos
Las condiciones de sequía hacen que cada año la agricultura familiar registre pérdidas económicas. En ese sentido, recurrir a cultivos alternativos e implementar innovaciones pueden ayudar a mejorar el rendimiento y obtener mayores beneficios, según el Instituto de Biotecnología Agrícola (Inbio).
Paraguay viene experimentando precipitaciones dispersas, lluvias a destiempo y en cantidades inadecuadas, largos periodos entre precipitaciones y altas temperaturas. Por lo tanto, recurrir a la innovación en diferentes aspectos como cultivos, manejo de los mismos y ventanas de siembra puede ayudar a los productores a sacar mayor provecho. Además del autoconsumo, el cultivo de maní, sésamo, mandioca, poroto, sorgo, girasol, algodón, entre otros que son más rústicos y podrían ser alternativas de renta para los productores.
Las condiciones ya mencionadas se van acentuando en algunas zonas, como el norte del país, donde el tipo de suelo que predomina tiene mayor porcentaje de arena, y hacen que cada año la agricultura familiar esté en una situación más crítica. La campaña 2024/2025 y zafriña 2025 no fueron la excepción.
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En ese sentido, los cooperadores del Programa de Agricultura Sostenible con Biotecnología (Pasb) desarrollaron una agricultura más sostenible partiendo del buen manejo de suelo en diferentes zonas. Dentro de sus actividades, el programa muestra la diferencia entre una agricultura conservacionista y la convencional, adaptada a las diferentes circunstancias y tecnologías que tienen los cooperadores.
Cultivos alternativos
Por ejemplo, Leonardo “Checho” Montanía, del distrito de Liberación, departamento de San Pedro, implementó la diversificación de su unidad productiva con la siembra de mandioca, sésamo, maní y poroto, además de soja y maíz.
Según explicaron desde Inbio, Leonardo sembró el sésamo en 4 ventanas diferentes, en sub parcelas. En general el sésamo le rinde en promedio 650 kilogramos por hectárea, siendo un cultivo que se adapta a las condiciones de la zona. El cultivo de mandioca se estableció en agosto, con lo que aprovechó las lluvias tempraneras, que posteriormente asoció con canavalia.
Por otro lado, el cultivo de maíz pudo completar su ciclo gracias a la cobertura de su suelo. Lo comercializó como choclo y el restante fue destinado a la alimentación animal. Una vez que el maíz superó el estadio V10, se asoció con el poroto, el cual logró producir con las pocas precipitaciones de diciembre y enero en donde alcanzaba su periodo crítico. Vale mencionar que este cultivo es muy noble desde el punto de vista costo beneficio y en la seguridad alimentaria. Además, sembró maní, que demostró ser productiva con las pocas precipitaciones y que aporta en el autoconsumo familiar.
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Por otro lado, Dionisio Páez, de San Joaquín, departamento de Caaguazú, también apostó a la diversidad en esta última campaña. Con un rango de lluvias inferior a 160 milímetros, sembró como cultivo de renta soja, maíz y poroto. La soja en general le rindió un promedio de 1.150 kilogramos por hectárea. Mientras tanto el maíz tuvo un rendimiento promedio de 2.400 kilogramos por hectárea y lo destinó para ensilaje y venta como choclo.
El cultivo de poroto promedió 640 kilogramos por hectárea. Sembró en varias ventanas y actualmente como segunda zafra para rotar con el maíz. Dada su rusticidad, costo de manejo bajo, y precio final estable, hace que sea un cultivo interesante en la diversificación e importante para el ingreso familiar. Actualmente, el productor Dionisio Páez apunta a más técnicas de cultivo para mejorar su rendimiento y con ello los ingresos.
Es importante resaltar que todos estos cultivos mencionados igualmente se pueden incorporar dentro del sistema de siembra directa, lo que ayuda a un manejo más sostenible y una mejor productividad.
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Hambre Cero: productores caazapeños dotaron de más de una tonelada de hortalizas
Con 1.250 kilos de hortalizas, productores de la localidad de Tres de Mayo, Caazapá, abastecieron las escuelas de la zona en el marco del Programa Hambre Cero, según destacó el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG). Dotaron a las instituciones escolares de 300 kilogramos de tomates y casi una tonelada de locotes.
El MAG destaca que el programa Hambre Cero, que busca garantizar a los alumnos el almuerzo en todo el país, ya está beneficiando a productores. La cartera del Estado ejemplificó que los productores de la localidad Tres de Mayo del departamento de Caazapá, vendieron el pasado 25 de febrero 300 kilogramos de tomate y 950 kilogramos de locote.
Los tomates fueron comercializados a G. 8.000 por kilogramo, mientras que el locote a G. 15.500 por kilogramo. El MAG señala que esta venta fue posible gracias a una articulación entre los técnicos de la Secretaría de Producción de la Gobernación de Caazapá, la Municipalidad de Tres de Mayo y la Dirección de Extensión Agraria.
Según el informe, estos productos fueron adquiridos por Ladero S.A., empresa encargada de la distribución de alimentos institucionales en las instituciones educativas del departamento. Las hortalizas provinieron, de acuerdo con el MAG, de la Compañía San Antonio y Dolores.
Recuerdan que desde 2024, las empresas adjudicadas para la provisión de alimentos deben adquirir al menos el 10 % de sus productos de la agricultura familiar campesina, lo que el MAG considera clave para fortalecer a los productores organizados y garantizar que los recursos del programa beneficien a las comunidades de forma directa.
El programa Hambre Cero busca mejorar sustancialmente el índice de seguridad alimentaria y nutrición en los alumnos, además de aumentar la asistencia a clases con una cobertura del 100 % del almuerzo escolar hasta el noveno grado, a fin de erradicar el hambre en la etapa escolar.