Por Rebeca Vazquez (rebeca.vazquez@nacionmedia.com)
La flota mercante paraguaya es la más grande e importante de Sudamérica y la tercera a nivel mundial detrás de Estados Unidos y China. Ha sido de vital importancia para el crecimiento económico y, actualmente, mueve el 80 % del comercio internacional paraguayo. Sus proyecciones de crecimiento son alentadoras, especialmente a través de la minería, pero enfrenta grandes desafíos en términos de mejorar las condiciones de navegabilidad y amenizar los tratados internacionales respecto a la hidrovía Paraguay-Paraná.
La flota mercante paraguaya está compuesta por un total de 3.850 embarcaciones, según datos de la Dirección General de Marina Mercante. En conversación con La Nación/Nación Media, su titular Patricio Ortega detalló que esta cifra está compuesta por 2.430 embarcaciones de transporte de carga internacional, mientras que el resto se divide en cabotaje nacional o embarcaciones menores, que operan solamente con jurisdicción nacional.
“Nuestro país tiene la mayor cantidad de flota y puertos en la región debido a los incentivos fiscales que se han promulgado con el tiempo. Estos ayudaron a que empresarios del sector vengan al país, principalmente por la facilidad que tienen para invertir”, destacó Ortega a LN/NM.
El titular de la Dirección General de Marina Mercante sostuvo que el sector fluvial no solo es un importante motor en la generación de empleos, en el que actualmente trabajan cerca de 9.000 personas, sino también un gran atractivo para la construcción de proyectos de inversión como el Don Toyo, que será el mayor buque portacontenedores de la hidrovía, con USD 15 millones de inversión y capacidad de transporte para 1.000 contenedores, construido por un astillero paraguayo.
Según Ortega, pese a su importancia para la economía paraguaya, el sector fluvial enfrenta grandes desafíos: desde internalizar reglamentos internacionales para que los tripulantes paraguayos tengan su certificación de “ultramar”, hasta mejorar las condiciones de navegabilidad y amenizar los tratados internacionales, sobre todo con la Argentina.
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“Cinco países hacen parte de la hidrovía Paraguay-Paraná (Argentina, Brasil, Bolivia, Paraguay y Uruguay). Hemos tenido conflictos principalmente con Argentina, que exige el pago de un peaje, pero no cumple con nosotros en el convenio de dragado. Paraguay viene haciendo este trabajo desde el 2013 en aguas compartidas”, detalló.
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Respecto al avance de las negociaciones sobre el conflicto de la hidrovía Paraguay-Paraná y la determinación de un monto para el pago de peaje a la Argentina, resaltó la apertura para dialogar que demostraron las autoridades del nuevo Gobierno en el país vecino. “Quieren sentarse a negociar y estamos en ese proceso”, añadió.
Oportunidades
El presidente del Centro de Armadores Fluviales y Marítimos (Cafym), Raúl Valdez, recordó a La Nación/Nación Media que el sector fluvial paraguayo es el que alcanzó la mayor tasa de crecimiento económico (6,8 %) registrada en la última década, solo después de la observada por el sector agrícola. Las inversiones realizadas en la flota mercante alcanzan los USD 3.000 millones.
Según detalló Valdez, el sector naviero tiene alentadoras perspectivas de crecimiento, sobre todo a través de la minería y los granos. Datos del rubro revelan que solo en 2023, embarcaciones paraguayas transportaron desde Corumbá (municipio brasileño) entre 5 y 8 millones de toneladas de hierro, pero las prospecciones de crecimiento de este mineral son aún mayores.
“Las minas de hierro de Mato Grosso do Sul tienen un potencial de crecimiento muy importante, que Paraguay puede aprovechar desde el transporte. Se estima que el volumen de la hidrovía Paraguay-Paraná, que actualmente es de 20 millones, podría duplicarse de la mano de este mineral (60 millones de toneladas, en promedio) ”, ejemplificó.
Mientras se encaminan los estudios de factibilidad, otra importante proyección de crecimiento para el sector fluvial viene de la mano de la sostenida industrialización del país, con la instalación de plantas de celulosa, de cemento y más. “Con la instalación de Paracel (planta de celulosa) se tendrán 2,5 millones más (tonelada de productos terminados). Se habla de una mayor salida de productos terminados, así como la entrada de insumos de materias primas para estas industrias”, añadió.
Desafíos
Más allá de las alentadoras proyecciones, el presidente del Cafym hizo hincapié en la urgencia de enfrentar una serie de desafíos para el sector como, por ejemplo, mejorar las condiciones de navegabilidad. “Se trata de infraestructura e inversión relacionada con mejorar la previsión de transporte. En su tramo interno, la hidrovía aún conserva sus condiciones naturales. Es necesario solucionar, con trabajo de ingeniería, la problemática de fondo”, insistió.
Fue en este sentido que Valdez recalcó la necesidad de un plan integral de toda la hidrovía, que permita confeccionar las obras necesarias de solución. “A la par, tenemos que trabajar en amenizar los tratados y acuerdos internacionales y modernizar la flota, que se está dando al ritmo del crecimiento que se espera”, analizó.
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Cooperación
Por otra parte, el referente del sector fluvial, Juan Carlos Muñoz, indicó a LN/NM cómo la cooperación entre los países de la región es crucial para hallar soluciones a los problemas de navegabilidad, especialmente cuando las proyecciones para este 2024 son de bajante, ante la aparición inminente del fenómeno climático La Niña.
“Se tiene que trabajar de manera armónica sobre las obras de infraestructura para mejorar la navegabilidad, pero también consolidar acuerdos internacionales. Se necesitan reglas claras para resolver el tema del peaje con la Argentina”, enfatizó.