La Ruta PY09 “Carlos Antonio López”, conocida comúnmente como la “Transchaco”, es la más larga de Paraguay, con una extensión total de 780 kilómetros. Se trata de un importante motor para la economía en la Región Occidental, atendiendo a que moviliza unos 2.500 millones de dólares al año, según estimaciones del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC). La importante vía ahora está en la mira para ampliaciones y nuevos tramos.
En conversación con La Nación/Nación Media, el ingeniero Alejandro Bordón, coordinador de la Unidad Ejecutora de Proyectos Banco Interamericano de Desarrollo (BID) del MOPC, hizo hincapié en la historia de la Ruta Transchaco, cuyo proyecto de reconstrucción se viene discutiendo desde 2015 y se licitó en ocho lotes a fin de rehabilitar unos 559 kilómetros de vía en esta región del país.
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“(Con la rehabilitación), va desde el kilómetro 50 hasta el 525, aunque también se incluye el acceso a las colonias menonitas, de 77 kilómetros. Conecta comunidades como Villa Choferes del Chaco (Boquerón), Montelindo (Presidente Hayes), Espinillo y La Herencia, Irala Fernández y Mariscal Estigarribia, además de Loma Plata, Filadelfia y la Colonia Neuland (accesos a la comunidad menonita)”, detalló.
En todos los tramos, los ocho lotes, se destacan los componentes sociales y ambientales. Fue así como se incluyó la refacción de los sitios históricos como, por ejemplo, el Fortín Falcón o el Boquerón. “Hay además un gran porcentaje de trabajo de reforestación en la zona, ya sea en franja de dominio u otros sitios. No se puede dejar de mencionar el pasto para fauna a fin de cuidar la biodiversidad”, añadió.
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Columna vertebral de la economía
No hay dudas de la vital importancia que tiene la ruta Transchaco para el desarrollo económico de la Región Occidental, especialmente cuando es la vía utilizada para el transporte de productos lácteos y cárnicos, dos rubros más que importantes para la zona, refirió el ingeniero Bordón.
Además de movilizar unos 2.500 millones de dólares al año, facilitará próximamente la conexión con el Corredor Bioceánico, otro importante motor de desarrollo para el país que está en construcción. “Facilita las conexiones para la población y las industrias y así el desarrollo. Al hablar de más de 552 kilómetros con la rehabilitación, muchos de los tramos están completamente terminados y en proceso de periodo de mantenimiento”, sumó.
Otros proyectos
Por el momento, según se detalló desde el MOPC, está en estudio de factibilidad la posible construcción de nuevos tramos para la Ruta Transchaco, que podrían ir desde la cabecera sur del Puente Remanso a Cerrito en el kilómetro 50, a través de la herramienta de participación pública privada o APP.
Las claves
- La ruta Transchaco moviliza unos 2.500 millones de dólares al año, en términos de movilización de la población y transporte de productos.
- Su reconstrucción se viene discutiendo desde 2015 y se licitó en ocho lotes a fin de rehabilitar unos 559 kilómetros de vía en esta región del país.
- Conecta comunidades como Villa Choferes del Chaco (Boquerón), Montelindo (Presidente Hayes), Espinillo y La Herencia, Irala Fernández y Mariscal Estigarribia, además de Loma Plata, Filadelfia y la Colonia Neuland (accesos a la comunidad menonita).
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A 22 años de un secuestro que sacudió el Este: “Todas las personas nos parecían sospechosas”
Ciudad del Este. Agencia Regional.
La década del 2000 fue el periodo en el que se registraron sucesivos hechos de secuestro en Paraguay. El 19 de noviembre de 2002, hace 22 años, la empresaria Graciela Dávalos viuda de Pereira, su hija Ivanna Graciela, de 14 años, y un empleado de la familia, Arnaldo Ocampos, de 16 años, eran secuestrados.
Fue el primer plagio en Alto Paraná después de la dictadura stronista. La empresaria fue esposa del extinto dirigente stronista Juan Eudes Pereira. Tras este secuestro, ocurrieron otros diez hechos, en algunos de los casos, con más de una víctima en un mismo ataque.
Las víctimas fueron interceptadas a las 07:15 cuando se dirigían al Colegio Santa Teresita. Los secuestradores las tomaron cerca de la plaza Monseñor Cezdich, ubicada sobre la avenida Alejo García, a pocos metros de su vivienda en el barrio Juan E. O´Leary de Ciudad del Este.
Los criminales exigieron que la negociación sea manejada exclusivamente por la familia, sin intervención policial, y así se hizo. Minutos después de las 21:00 del mismo día del secuestro, las víctimas fueron liberadas. Se pagó para ello más de 300 millones de guaraníes.
Detalles del secuestro
Graciela, Ivanna y Arnaldo estuvieron en cautiverio más de 14 horas en una casa del Área 5 de Presidente Franco, según se pudo descubrir después. Fue un automóvil Volkswagen Santana, color verde, sin chapa, el que interceptó la camioneta Toyota Prado, con chapa AJO 030, en la que se encontraban la empresaria, su hija y el empleado.
Dos criminales intimaron a las víctimas y abordaron la camioneta hacia Presidente Franco, mientras que el vehículo del que habían bajado los dos captores se dirigió en dirección contraria.
Testigos del hecho avisaron a un guardia de la casa de la familia Dávalos y este reportó a su vez a la Policía Nacional. Ya después, fue la propia empresaria la que se comunicó con su familia, se prohibió la intervención policial y se iniciaron las negociaciones para el pago del rescate.
Fue una muy larga jornada hasta que los criminales consiguieron el pago y liberaron a las víctimas. Los más altos jefes policiales mantuvieron reuniones permanentes, se desplegaron operativos de búsquedas, allanamientos en busca de sospechosos, pero de manera independiente a las víctimas y familiares.
Ningún miembro de la familia aportó información a los policías, según lo que indicaron las fuerzas del orden en esa época: el comisario Isacio Aguilar, jefe de Policía de Alto Paraná; los fiscales Manuel Trinidad (juez y luego diputado del PLRA) y Lulio Vicente Gamarra.
Chicle de secuestrador
Los secuestrados fueron abandonados por sus captores en la vía pública, a pocas cuadras de la casa donde estuvieron un día. Un agente policial los encontró en la calle y tras identificar a las víctimas, comunicó sobre la liberación.
La casa donde estuvieron fue en el Área 5 de Presidente Franco, lote 7 de la manzana 38, sobre la calle Las cordilleras. La propiedad fue alquilada por los bandidos. La investigación deslindó responsabilidad de los dueños, relató a La Nación/Nación Media el doctor Manuel Trinidad, exfiscal de la causa.
Dijo que se pudo identificar rápidamente la casa del cautiverio mediante los datos aportados por las víctimas tras su liberación. “Hasta el chicle que tiró uno de los guardias pudo ser identificado por la señora Graciela cuando estuvo en el sitio para el reconocimiento, porque recordó lo ocurrido”, refirió el doctor Trinidad.
“Graciela identificó los ruidos, el olor a combustible que uno de los vehículos perdió, según se encontró después. También pudo ver una muralla muy alta desde la ventana de la habitación donde los mantuvieron cautivos a los tres”, indicó Trinidad. “Colchones, tabletas de medicamentos, marmitas de alimentos y otros elementos fueron todos identificados”, según el entonces fiscal.
Trinidad refirió que, según recuerda, fueron unas 12 personas las que intervinieron y los criminales llegaron al sitio del secuestro en dos vehículos. También mencionó que el dinero fue dejado en las adyacencias de la residencia de la familia Oddone Sarubbi, en el km 4.5 de la Ruta PY02.
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“Todas las personas nos parecían sospechosas”
Pasados 22 años del violento acto, Graciela Dávalos manifestó a La Nación/Nación Media que “con la ayuda de Dios y la Virgencita de Caacupé hemos conseguido dejar atrás esos recuerdos, porque realmente lo que nos tocó vivir fue muy difícil, porque hemos pasado momentos de mucho miedo, por sobre todo yo, por mi hija tan pequeña”.
Refirió que “lo más difícil después fue no querer salir a la calle porque todas las personas nos parecían sospechosas” y contó que a su hija le costó muchísimo superarlo. “Una niña en edad escolar, dejó de asistir a su colegio, tenía miedo, miedo a todo”, recordó.
Para Graciela, “el daño que ocasionan estos hechos delictivos no tiene nombre. Roguemos para que nunca más se repita en nuestro país, ni en ningún lugar del mundo”.
Valoró la investigación y el trato recibido por parte de los intervinientes. “Realmente sentí que todo lo que se hizo por nosotras fue con mucha dedicación y profesionalismo, refiriéndome a la investigación de los fiscales Lulio Gamarra y Manuel Trinidad, también los policías de aquella época. Todo lo demás ya lo olvidamos”, aseguró.
Detenidos y condenados
Ariel Galeano, alias “patota”, fue el único condenado por el hecho de secuestro con 4 años de prisión. El doctor Manuel Trinidad dijo que era como una especie de “guardia bueno”, según la propia víctima.
Refirió que la “empresaria había reconocido a casi todos sus captores tras investigaciones de otros plagios siguientes, teniendo en cuenta que parte del mismo grupo criminal también realizó otro secuestro en Alto Paraná”.
Trinidad detalló que “uno de ellos es el expolicía Sergio Martínez Brítez, por quien se dictó orden de captura y fue considerado el más violento, el que maltrataba a sus víctimas. Nunca pudo ser capturado”, remarcó.
Fueron emitidas órdenes de captura contra varios, pero uno solo fue juzgado en ese momento. “La mayoría de los que fueron reconocidos cayeron por la investigación del secuestro del empresario César Cabral (ocurrió ocho meses después del caso de la familia Dávalos), recuerdo muy bien porque me tocó investigar los dos hechos y se trataba de la misma gavilla de secuestradores”, concluyó Trinidad.
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Joven ava guaraní cumplió su sueño de ser ingeniero agrónomo y es el primero de su familia y comunidad
- Por Dolly Galenao (dollygaleano@gmail.com)
Leonardo Tupa Mba’eretavy Alfonso Martínez, indígena ava guaraní, de 33 años, de la comunidad acaraymi de Hernandarias, egresó como ingeniero agrónomo, siendo el primer universitario de su familia y su comunidad. Su historia es la de sortear obstáculos y también aprovechar oportunidades. Admite que muchas veces hasta lloraba en medio de las dificultades.
Alfonso Martínez se sumó a la nómina de nativos que en los últimos años se han formado como profesionales. Sueña con trabajar en alguna institución importante, con la finalidad de ayudar como profesional a la producción campesina e indígena, para mejorar la economía de los sectores menos favorecidos del campo.
Es lo que explicó a La Nación/Nación Media, al poco tiempo de culminar su carrera en la universidad privada (Uninter), de Ciudad del Este mediante una beca de la institución.
“Es un logro personal muy grande para mí porque no fue fácil conseguir ser ingeniero agrónomo, es mucha la lucha, incluso a veces ñande rasê ya estudiahape hina (a veces, hasta lloramos cuando estamos estudiando)”, expresó Lorenzo, haciendo alusión a las adversidades.
Contó que se trata de un logro muy grande para su familia y también para la comunidad indígena, habiendo recibido muchos saludos de sus exprofesores, excompañeros de colegio y de personas que le han orientado a seguir por el camino del estudio.
Comenzó su carrera en 2018 y la pandemia le impidió seguir con regularidad. Trabajó ayudando a su familia en la agricultura familiar y también ingresó a Itaipú Binacional como aprendiz durante tres años, pero salió al terminar su contrato como aprendiz.
“La pandemia fue una dificultad para muchos, incluso varios dejaron la carrera, algunas materias no pude llevar en forma virtual y tuve que dejar para luego retomar, hasta que se normalizó todo. Eso me hizo atrasar mucho, terminé la carrera casi en siete años”, manifestó el nuevo ingeniero agrónomo indígena.
Desde el aspecto económico, dijo que fue difícil porque, si bien obtuvo becas y trabajó un tiempo en Itaipú, hubo épocas que se manejaba con lo que podía producir con su familia en el campo para asumir los gastos de traslados, alimentación y prácticas que implicaban el estudio.
TRABAJAR EN LA CHACRA
Leonardo Alfonso cuenta que sigue trabajando con sus padres en su comunidad, “ayudándoles en la chacra para producción de animales domésticos, también trabajo en mi barrio, hicimos recientemente una asociación, ya reconocida por la municipalidad y tenemos proyectos de desarrollo para la comunidad”.
“Trabajé todo el tiempo en la agricultura familiar”, refirió el ingeniero contando que producía mandioca, kumanda, manduvi (poroto y maní), arroz y otros productos de autoconsumo.
Su aspiración es poder ingresar a alguna institución para trabajar en proyectos de desarrollo en el campo, ya sean públicas o privadas, “con tal de trabajar en mi profesión y que eso ayude a la gente en el campo”.
“El Ministerio de Agricultura y Ganadería puede ser un sitio de trabajo, tienen proyectos, las comunidades indígenas necesitan asistencia y mi sueño es poder trabajar en planes que cambien la situación actual de los sectores campesinos e indígenas”, sostuvo.
“Se me dio la oportunidad y estudié. Ahora culminé esa etapa, quiero ser agrónomo de una institución importante para poder ayudar a los productores campesinos y a nuestras comunidades”, agregó Alfonso.
SELECCIONADO PARA ESTUDIAR EN UNILA
Leonardo no levantó el dedo de la tecla del estudio. Fue seleccionado para seguir Profesorado en Intercultural Indígena, en la Universidad de Integración Latinoamericana (Unila) de Foz de Iguazú, Brasil. Es uno de los nueve nativos paraguayos calificados para seguir la carrera en Brasil.
“Fue un concurso y yo me postulé, muchos nos presentamos. Estoy completando los documentos para poder adquirir la beca”, contó el ingeniero Alfonso, además de mencionar que se enteró de la convocatoria a través de la supervisión de educación indígena del Ministerio de Educación.
Informó que, de acuerdo a los datos preliminares que tiene, va a poder estudiar y trabajar a la vez. “Mi idea es poder trabajar ya y también seguir estudiando”, acotó.
COMUNIDAD ACARAYMI
La comunidad acaraymi, de Hernandarias, a la que pertenece Leonardo, cuenta con unas 200 familias, según el último censo, con un promedio de siete miembros por familia. Cuenta con puesto de salud, cuatro escuelas y un colegio técnico agropecuario Arnold Janssen, con alumnos también de otras comunidades.
Los padres de Leonardo Alfonso tuvieron 8 hijos, de los cuales las cuatro mujeres ya formaron pareja y viven en otros sitios, mientras que los dos hermanos menores siguen estudiando. Leonardo cree que sus hermanos lo ven como ejemplo y también buscarán ser universitarios.
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El día que el narco brasileño “Piloto” mató en prisión para evitar su extradición
El 17 de noviembre del 2018 falleció Lidia Meza Burgos, una joven de 18 años que recibió 16 puñaladas durante su visita a la celda del capo del grupo criminal brasileño Comando Vermelho, Marcelo Fernando Pinheiro Veiga, alias “Marcelo Piloto” o “Piloto”, alojado en la Agrupación Especializada de la Policía Nacional. Con este crimen a sangre fría a esta desafortunada víctima, el líder narco hizo una última jugada desesperada tratando de evitar su extradición a Brasil.
La víctima del terrible suceso era de la zona de General Resquín, del departamento de San Pedro, quien fue atacada por Piloto con un objeto punzante cerca de las 14:00 horas de aquel sábado, hace 6 años. El crimen generó inmediatamente la indignación generalizada de la ciudadanía atendiendo a que sucedió dentro de una sede policial de máxima seguridad. Luego de ser derivada hasta el Hospital de Barrio Obrero para su atención, la joven no respondió y falleció.
Padre de Lidia
La familia de Lidia Meza quedó destrozada. Su papá, Francisco Meza, de profesión albañil, comentó la joven había regresado de la Argentina en mayo del 2018 y que, un mes antes del crimen, trabajaba cuidando a una mujer de 90 años, en zona del Mercado 4 de Asunción.
El hombre se enteró de la muerte de su hija cuando un pariente le preguntó por teléfono si Lidia se encontraba en la casa, ya que se enteraron sobre lo sucedido a través de la televisión. En aquella época, Meza compartió a la prensa acerca del mensaje final que recibió de su hija: “El último audio que me envió fue a las 12:17, y me dijo que a las 15:00 iba a estar en casa”.
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Extradición
Marcelo Piloto recurrió al plan de perpetrar un asesinato para que la extradición pueda posponerse, suponiendo que una imputación por homicidio doloso podría evitar que vaya al Brasil. Pero está situación no surtió efecto y, dos días después, por la madrugada del lunes 19 de noviembre, Piloto fue trasladado hasta su país, donde soporta condena de 26 años de cárcel por varios hechos, en la Penitenciaría Federal de Catanduvas, en Paraná. En agosto de 2019 fue imputado por el crimen de la joven Lidia Meza.
Con una jerarquía en Comando Vermelho solo superada por Fernandinho Beira-Mar, Pinheiro Vega huyó a Paraguay en 2012, según investigaciones de la Policía Civil de Brasil, luego de la ocupación de la favela de Manguinhos (Rio de Janeiro) por fuerzas de seguridad. El 13 de diciembre de 2017 fue arrestado en Encarnación por fuerzas especiales de inteligencia y seguridad pública brasileñas; sin embargo, su trámite de extradición se aprobaría en setiembre de 2018 y estaba prevista inicialmente que se efectúe en diciembre de ese año. Pero el asesinato en prisión aceleró su deportación.
Detenido en Paraguay por contar con documentos falsos y tenencia ilícita de armas; en Brasil, el juzgado de Ejecuciones Penales del Estado de Río de Janeiro lo sentenció en dos causas, con una condena a 21 años de reclusión en uno de los casos, y en la otra por 5 años y cuatro meses. Adicionalmente, su abogada Laura Casuso fue asesinada a tiros por un sicario, el 12 de noviembre de 2018, cuando abandonaba un templo masónico en Pedro Juan Caballero.
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El vuelo de Silvio Pettirossi que abrió los cielos del Paraguay
Se cumplen 110 años de uno de los hitos más importantes de la aviación a nivel nacional: el 17 de noviembre de 1914, el teniente primero Silvio Pettirossi realizó el primer vuelo oficial en el cielo guaraní, abriendo el espacio aéreo para una figura que se haría conocida a nivel mundial como el “Rey del aire”, el “Hombre pájaro”, el “insuperable” y el “As de ases”.
Este primer vuelo fue visto por cientos de paraguayos que nunca antes habían experimentado un espectáculo similar, siendo además increíble que la estrella que lo realizaba era nada menos que un paraguayo, quien acababa de finalizar una gira por diferentes capitales del mundo, en las que había sido ovacionado y reconocido por su gran destreza en la aviación.
Tanto en el recibimiento del que fue parte Silvio Pettirossi como la gran convocatoria que se vio en cada una de sus múltiples presentaciones en las ciudades aledañas a Asunción, se pudo percibir la gran admiración y respeto que los compatriotas sentían hacia el piloto que desde el extranjero siempre enarboló su identidad paraguaya como un símbolo de orgullo.
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“Pettirossi se embarcó hacia Asunción el 10 de noviembre de 1914 en un vapor conjuntamente con su fiel mecánico Maurice Becquet y el (avión) Deperdussin. El día 13 llega a Asunción, donde fue recibido como héroe nacional por una impresionante multitud. El anciano padre de Silvio, don Antimo, muy emocionado, decía: “Mi hijo no es un pájaro, pero vuela mejor que ellos”, indicó el profesor Antonio Luis Sapienza Fracchia, académico de la Academia Paraguaya de Historia, en conversación con La Nación/Nación Media.
El historiador destacó que la permanencia de Silvio Pettirossi en su natal Asunción fue bastante breve, ya que rápidamente se embargó de vuelta rumbo hacia Montevideo (Uruguay), donde contrajo nupcias con Sara Usher Conde, una joven dama muy culta y de elevada posición social a quien había conocido en una visita anterior al Uruguay.
De Paraguay a Francia
El prodigio de la aviación paraguaya nació en Asunción un 16 de junio de 1887, siendo hijo del italiano Antimo Pettirossi y la paraguaya Rufina Pereira Roldán. Era el cuarto hijo de la pareja, detrás de sus hermanos Alfredo, Elvira y Delia; y el mayor a sus hermanas Honorina y Luisa.
A la edad de siete años, sus padres decidieron enviarlo a Spoleto (Italia) para estudiar en un liceo premilitar. Vivió siete años en Europa, donde empezó su amor por la aviación y a la edad de catorce años regresó a Asunción, donde prosiguió sus estudios. En 1904 estalló una cruenta revolución contra el gobierno del general Juan Antonio Escurra, y Silvio, que contaba con 17 años, se enroló al ejército, donde luchó valientemente y fue ascendido al grado de alférez.
“Las noticias publicadas en los periódicos de la época sobre los exitosos vuelos de los hermanos Wilbur y Orville Wright, Santos Dumont, Henri Farman, Roland Garros, Louis Bleriot, entre otros, reavivaron en Silvio la fiebre de volar, pero se dio cuenta de que la única manera de concretar su sueño era viajar al exterior. Así, se puso en contacto con su amigo, el senador argentino Benito Villanueva, manifestándole su intención de conocer las actividades aeronáuticas que estaban naciendo en aquel país”, comentó Sapienza.
Invitado por Villanueva, Pettirossi viajó a Buenos Aires (Argentina), donde se radicó un tiempo, trabajando en la Oficina de la Dirección de Inmigración del puerto y en los círculos bonaerenses. Se vinculó rápidamente con el ingeniero Jorge Newbery, pionero de la aviación argentina, quien quedó profundamente emocionado al sentir la pasión del paraguayo por la aviación.
“El precursor argentino estimuló a Pettirossi para que viajara a Europa, concretamente a Francia, la meca de los aviadores, para realizar sus estudios aeronáuticos y recibir su brevet (licencia) oficial de piloto. Así, Pettirossi, con toda la experiencia de vuelo encima, decidió volver a Paraguay con muchas ideas. Su objetivo fundamental era convencer a las autoridades paraguayas sobre la necesidad de contar con una escuela de aviación”, explicó Sapienza a La Nación/Nación Media.
El historiador comentó que, a su regreso del país vecino, Pettirossi empezó a hablar sobre su idea de viajar a Francia a estudiar aviación con importantes autoridades como senadores, altos jefes militares y hasta el propio ministro de Guerra y Marina, quienes terminaron intercediendo ante el presidente de la República, Eduardo Schaerer (1912-1916), para que el Gobierno le otorgue una beca de estudio.
Al ver el esfuerzo de su hijo por seguir su carrera como aviador profesional, a pesar de estar en desacuerdo con su viaje y sus ideas revolucionarias respecto a la aviación, su padre lo apoyó y le dio su bendición para perseguir sus sueños. Pettirossi partió a Francia el 4 de octubre de 1912 y, una vez allá, ingresó como alumno en la escuela de aviación creada por el fabricante de aviones Armand Deperdussin, en Reims.
Deslumbraba al mundo
El 27 de enero de 1913, ante la presencia de altas autoridades francesas y un gran público, tanto Silvio Pettirossi como toda la camada de alumnos de aquella promoción se presentó a rendir el examen final. El piloto paraguayo cumplió con todas las pruebas a cabalidad y fue ampliamente felicitado por la audiencia.
“El día 17 de febrero de aquel año, en una solemne ceremonia, le fue entregado su brevet, que tenía el número 1.128, ocupando el primer puesto entre 40 oficiales de las Fuerzas Armadas francesas de su promoción. Como premio a su esfuerzo, un decreto del Poder Ejecutivo paraguayo le confería el grado de Teniente Primero en comisión, del Ejército paraguayo”, refirió Sapienza.
A partir de entonces, Pettirossi empezó a ser conocido en Europa y América por una serie de hazañas, ya que durante todo el año 1913 realizó varios vuelos en monoplanos Deperdussin por Francia; entre los que se destaca uno en el cual estuvo en un vuelo nada menos que ocho horas, por lo que batió el récord mundial de permanencia en el aire, motivo por el cual la prensa francesa lo elogió otorgándole el título de “Rey del aire”.
El historiador puntualizó que el aviador realizó un vuelo sin escalas de 450 kilómetros entre París y Mourmelon-le-Grand, cerca de Reims (Francia), además de una serie de maniobras acrobáticas como loopings, ochos, eses, vuelos invertidos, entre otras. “Fue después de uno de sus tantos vuelos que un periodista francés le preguntó cómo se sentía él en el aire, a lo que contestó: ‘Me siento dueño del espacio, después de Dios’”, precisó el historiador Sapienza.
Trágico final
El fallecimiento del “Rey del aire” se dio también en los cielos, el 17 de octubre de 1916, cuando volaba a bordo de su fiel Deperdussin “T”, y la tragedia ocurrió mientras realizaba su famoso “looping al revés”, en los cielos de Ensenada, en la Provincia de Buenos Aires. El incidente se dio cuando un tensor del ala izquierda cedió, desprendiéndose y golpeando la hélice, seccionándola. Inmediatamente, se quebró el ala izquierda y el aparato empezó a caer en picada pronunciada sin que Pettirossi pudiera hacer algo para evitarla, precipitándose al suelo, donde murió instantáneamente.
El reloj que usaba en el momento de su deceso se detuvo por la violencia del impacto exactamente a las 9:25, aproximadamente 25 minutos después de haber despegado, en lo que todos los presentes creyeron sería una jornada más de históricas deslumbrantes piruetas, pero fue la última del aviador paraguayo.
Los restos de Silvio Pettirossi fueron velados en la sede del Aeroclub Argentino, donde delegaciones de varios países sudamericanos le rindieron un último homenaje. Luego, el féretro fue trasladado al puerto para ser embarcado con destino a Asunción en un vapor. En la confluencia de los ríos Paraguay y Paraná, el ataúd fue transferido al cañonero “Adolfo Riquelme” de la Armada Paraguaya, que lo trajo a Asunción.
En la capital paraguaya fue recibido por altas autoridades civiles y militares, y más de 30.000 personas siguieron el cortejo fúnebre hasta el Ministerio de Guerra y Marina y posteriormente a la Escuela Militar. Al día siguiente, se realizó un oficio religioso en la Catedral de Asunción, finalmente fue enterrado en el Mausoleo Militar del cementerio de Recoleta de Asunción.
“Sin lugar a dudas, fue uno de los acróbatas aéreos más extraordinarios de su época, creador del looping invertido y de otras maniobras audaces y arriesgadas que nacieron del espíritu itálico, inquieto y creativo. Pettirossi sembró la semilla de la Aviación en Paraguay y a partir de él otros siguieron sus pasos como Carlos de Paoli y Francisco Montanaro, ambos pilotos paraguayos que pelearon en la Primera Guerra Mundial como voluntarios en la Aviación Militar Italiana, finalizó el historiador Antonio Sapienza.
Datos clave
- El prodigio de la aviación paraguaya nació en Asunción un 16 de junio de 1887.
- El 4 de octubre de 1912, en Francia, ingresó como alumno en la Escuela de Aviación Deperdussin en Reims.
- El 17 de noviembre de 1914 realizó el primer vuelo oficial en cielo guaraní.
- El fallecimiento del “Rey del aire” sucedió el 17 de octubre de 1916.
- Fue uno de los acróbatas aéreos más extraordinarios de su época, creador del looping invertido y de otras maniobras audaces.
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