Si bien Paraguay goza de una macroeconomía estable y predecible en el tiempo, lo cual es sumamente bueno porque permite a actores económicos proyectarse al futuro, todavía persisten desafíos en las políticas públicas y lo social para lograr el gran desarrollo.

Los números económicos nos muestran un nivel de crecimiento tendencial, inflación baja y estable nuevamente, una tasa de interés disminuyendo lentamente, aunque un sector público con déficit creciente y gastos públicos de baja calidad. Es decir, hay espacio de oportunidad de mejora”, expresó el economista Hugo Royg.

Lo dijo en el marco de un evento que celebró el aniversario de una firma de la cual es socio fundador, ocasión en la que posibilitó una conversación con la prensa local para ahondar acerca de los aspectos macroeconómicos del país, las previsiones para este año y los sectores aun desafiantes.

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El economista Hugo Royg dijo que no solo se trata de impuestos bajos o contar con recursos naturales, sino también de generar políticas e instituciones creíbles a través del tiempo. Foto: Eduardo Velázquez

Instituciones coherentes

“En el mundo de las políticas tenemos que construir instituciones con capacidad normativa y regulatoria, que tengan la fuerza necesaria para hacer cumplir las normas, ya que todavía son frágiles no por falta de leyes, sino de consistencia, coherencia y por mucha discrecionalidad a través del tiempo”, comentó el economista.

Dijo que las fragilidades institucionales deben ser observadas con cuidado, ya que si bien no afectan directamente a la economía, generan dudas sobre futuros proyectos de inversión. Esto compete justamente a las apuestas de capital extranjera, ya que la gente de afuera quiere venir a un país donde se pueda garantizar instituciones coherentes.

No se trata solo de tener impuestos bajos o contar con recursos naturales, sino también generar políticas e instituciones creíbles a través del tiempo, ya que un proyecto de inversión madura en unos 7, 15 o 20 años, y los grandes inversionistas miran más allá de un actor político a corto plazo, divisando la solvencia, consistencia y profesionalidad de las instituciones públicas.

Asimismo, el otro gran desafío es en materia social, en el que el factor humano o las personas son claves en todos los proyectos de inversión, desde la capacidad gerencial hasta de la mano de obra, es decir, se debe contar con los conocimientos específicos pero también de actitud. “Necesitamos un sistema educativo que desarrolle capacidades, que genere conocimiento en las personas para desarrollarse en el emprendedurismo o en innovaciones, ya que en ambos casos estamos en niveles bajos”, agregó el especialista.

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