Tatiana Mursa, presidenta de la Asociación de Industrias Autopartistas del Paraguay (AIAP), destacó el trabajo desarrollado por el Gobierno que incluyó en la agenda de prioridades bilaterales a la exoneración del cobro retroactivo de impuestos a empresas autopartistas que producen en Paraguay y realizan envíos a Brasil. Comentó que esto permitirá ampliar las inversiones de las distintas firmas en nuestro país.
Así lo indicó en el marco de una presentación enfocada en el rubro organizada por el Ministerio de Industria y Comercio (MIC), donde mencionó que el más grande desafío fue superar la intención de la Receita Federal del Gobierno de Brasil de cobrar el tributo por los productos exportados totalmente en regla con los certificados de origen a sus ensambladoras.
“Esta situación tuvo en vilo a la industria por años en donde los representantes siguiendo las vías regulares hicieron un gran esfuerzo para destrabarlo pero lastimosamente no se logró“, dijo. No obstante, el actual gobierno actuó de forma rápida, analizando la coyuntura que afectaba el desarrollo y la producción de más inversiones de más empresas en el país.
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Destacó la habilidad y eficiencia con la cual los altos funcionarios del gobierno lograron destrabar una cuestión que se trataba de una decisión interna brasileña. “Muchas de nuestras dificultades la solucionamos con el apoyo de las instituciones para facilitar los trámites por la naturaleza de nuestro proceso productivo que requiere la inmediatez y que aún todavía necesita ajustes en la operativa”, aseguró en la conferencia.
Así también, explicó que desde las matrices de Alemania, Corea y Japón eligieron a estas tierras como un lugar donde realizar una transformación en la matriz productiva nacional y dar certidumbre a los superiores. “Hace 13 años comenzábamos en Paraguay las operaciones de autopartes con la fe puesta en este país que nos mostraba unas posibilidad inmensa de nuestra inversión”, subrayó.
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El rubro automotor es parte de la fuerza económica y generadora de empleo, recuerdan
Por: Sofía Céspedes
(sofia.cespedes@nacionmedia.com)
Paraguay y Brasil firmaron un convenio de complementariedad económica el pasado 11 de febrero del 2020 principalmente para la exportación de autopartes producidas bajo el régimen de maquila en el Paraguay, entre otros factores que incluye el acuerdo.
En comunicación con Alejandra González Riobó, gerente general de la Asociación de Industrias Autopartistas, explicó a La Nación que el vigente convenio persigue los objetivos de equilibrio, gradualidad, convergencia y trato especial diferenciado para sentar las bases de una integración del régimen automotor del Mercosur.
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En ese orden, manifestó que el rubro automotor es el sector con mayor desempeño económico y de generación de empleos en la región por lo cual este convenio trae beneficios a ambos países. “Se promueve el desarrollo de la integración productiva regional y vinculación a las cadenas globales de valor”, destacó.
También expuso que con la normativa bilateral se establece el esquema de libre comercio recíproco, al mismo tiempo, se crean oportunidades tanto para autopartes como para automóviles, como también se incorporan oportunidades para el desarrollo de vehículos con nuevas motorizaciones, sean estos eléctricos, híbridos, a gas, hidrógeno, con trato especial y diferenciado para Paraguay.
Beneficios
Acerca de los réditos económicos que esto trae a nuestro país, mencionó que a partir del convenio existe un libre acceso inmediato para Paraguay en cuanto a aranceles, también que Brasil concede margen de preferencia del 100% para las autopartes originarias de Paraguay (inclusive las producidas bajo el régimen maquila), que cumplan con el Índice de Contenido Regional (ICR) mínimo de 40%. Por otro lado, señaló que hay un acceso preferencial para productos de maquila con ICR menor al 50%.
Con respecto a la importación de autos usados, indicó que Paraguay se comprometió a revisar su política de importación, de conformidad a las normas nacionales vigentes y en los términos a ser acordados en el régimen Mercosur en materia ambiental, de salud pública y de seguridad.
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“Podemos agregar que en general para las multinacionales es importante el control, debido a que todas estamos reguladas por normas de calidad ISO (Organización Internacional de Estandarización, siglas en inglés), por lo tanto es importante que el país apliquen las normativas ya implementadas en países vecinos”, sostuvo.
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Líder todoterreno
Al principio no sabía de autos, confiesa Tatiana Mursa, quien se inició como recepcionista en Moldavia. Fue traductora, recorrió Europa y hoy es respetada en todo el mundo como la primera mujer vicepresidenta de Fujikura, la empresa pionera en Paraguay y líder en autopartes a nivel global.
Nuestra historia comienza en Moldavia, un país de 33.851 km2, que haciendo una comparación, apenas tiene el doble del tamaño de todo el departamento de Itapúa y que queda aproximadamente a 11.788 km de Asunción. En ese país de Europa, situado entre Rumania al oeste y Ucrania al norte, este y sur, nació hace 40 años Tatiana Mursa, quien hoy está casada con un paraguayo y es madre de un hijo de 3 años.
Como la mayoría de los jóvenes moldavos, ella no sabía de la existencia de Paraguay y menos lo que el destino le tenía reservado. Eso sí, emprendedora y con un incontenible deseo de superación, Tatiana se había preparado académicamente y tenía dos carreras universitarias: Era traductora y profesora de inglés y español, la segunda en bancos y bolsas de valores.
En su país comenzó a trabajar con Ignacio Ibarra en calidad de traductora. Tatiana era recién egresada de la universidad y entró a la firma Unión Fenosa, una empresa de distribución de energía eléctrica donde la contrataron como recepcionista. Poco a poco fue ascendiendo. Le ayudó bastante saber español e inglés, así que primero fue nombrada traductora, luego jefa, gerente, directora. Todo lo aprendía con facilidad: las negociaciones, el trato con clientes, proyectos, incluso cuando debía ser dura, asegura entre risas.
Cuando Ignacio salió de esa empresa y fue a trabajar para Fujikura, le invitó a formar parte de su equipo. "Yo no sabía absolutamente nada de coches, solo que eran bonitos y si eran rojo mucho mejor. Fui a la filial de Rumania y cuando observé el proceso de la producción, quedé admirada al ver cómo la gente trabajaba haciendo cables. Comencé en el área Comercial, luego pasé a la parte de logística", reconoce sin pudor Tatiana, dando a entender que las personas no nacen sabiéndolo todo, pero que con esfuerzo y dedicación pueden lograr sus metas.
El mejor lugar. Pronto Tatiana adquirió experiencia y demostró su capacidad. En el año 2010 fue enviada a Brasil para hacer un estudio de mercado, porque Fujikura todavía no estaba en Sudamérica y quería sondear el terreno. Empezó a hacer las primeras tratativas con los futuros clientes y poco a poco investigó dónde podrían abrir la fábrica en Brasil.
Paralelamente, 3 personas más, encabezadas por Ignacio Ibarra, visitaron otros países de América del Sur. Al cotejar el estudio hecho por la moldava y compararlos con los de los demás, dio como resultado que el mejor lugar para asentarse no era Brasil, sino Paraguay. Así la empresa internacional designó como presidente de Fujikura Sudamérica a Ignacio Ibarra y al armar su equipo de trabajo, una de las personas seleccionadas fue Tatiana.
"La primera vez que vine a Paraguay fue el 16 de mayo del 2011. Nunca voy a olvidar esa fecha. Entre por Asunción, yo estaba con una chica de Rumania. Vinimos juntas y ella se quedó aquí por el lapso de dos años", recuerda con añoranza. Tatiana venía de un país de Europa del Este completamente distinto, había trabajado durante mucho tiempo en Europa en general y en los últimos 3 años había vivido entre Madrid y Zaragoza, por lo que el cambio le resultó muy grande. Los primeros dos días en Asunción no fueron los mejores. Tuvo que ambientarse al clima, a la comida, a las costumbres.
Una de sus anécdotas refiere a los cambios que observó desde su llegada a Paraguay. Por ejemplo, cuando fue por primera vez a Ciudad del Este le llamó la atención que ni siquiera había un lugar en el que pudiera ir a tomar un café, no había cines ni parques, solo lugares para hacer compras… pero hasta las 16:00. Luego todo permanecía cerrado. Era como una ciudad fantasma los fines de semana, porque todos estaban acostumbrados a pasar con la familia, pensaba.
"Para nosotros eso era un problema ya que no teníamos familia aquí. Ahora al menos hay más hoteles, buenos restaurantes, shoppings donde uno puede ir a pasar el tiempo y ya hay cafeterías con relación al 2011, que fue cuando llegamos", asegura.
Un antes y un después. Fujikura es el pionero del mercado de autopartes en el país. Tatiana afirma que hubo un antes y un después en la historia de Paraguay tras el desembarco de Fujikura, ya que por ese entonces no había ningún autopartista y ahora ya son 5 los que se instalaron en el territorio.
En el 2011 se inició como gerente Comercial y Corporativa, luego fue promovida a directora Corporativa y Comercial y hace 2 años pasó a ser la primera vicepresidenta de la empresa a nivel mundial, incluso desde el año pasado es miembro del Consejo de Administración.
"Para mí esto es un sueño que se hace realidad y más aún en una firma japonesa en la que yo soy la única mujer vicepresidente del grupo Fujikura Global. Fujikura es una empresa muy grande, está presente en varios países del mundo. A nivel mundial tenemos 80.000 personas. Hoy estamos en todos los continentes del globo", asegura con orgullo. Y añade que es una industria muy grande porque no solo está en la división de autopartes o automotiva, sino que además desarrolla telecomunicaciones y electrónica.
Madres solteras. En el año 2011, la planta industrial arrancó sus operaciones con 15 colaboradores. Hoy, el plantel está conformado por 1.400 empleados; 65% mujeres y 35% hombres. Esta diferencia, quizás, se deba al tipo de trabajo que realizan. Y es que según sus directivos, las mujeres son más hábiles, atentas, delicadas y detallistas.
Sin embargo, si se habla del staff gerencial de la empresa, este está constituido por un 45% de mujeres y 55% de hombres, todos ellos paraguayos que fueron ascendiendo por sus méritos y aptitudes. Cabe destacar que, al principio, esta plana de gerentes y subgerentes era liderada por profesionales extranjeros que vinieron con intenciones de capacitar y dejar todo en orden para el traspaso.
Para muchos de ellos, Fujikura representa el acceso al primer empleo, mientras que para otros significa la oportunidad de reinsertarse a la sociedad y de ser útiles a sí mismos. Sin embargo, la moldava aprendería un aspecto muy importante en la vida cuando en cierta ocasión, una de las empleadas anunció que no podría acudir al trabajo porque su hijo estaba enfermo.
Le llamó la atención porque en principio esa empleada había declarado que no tenía hijos. Cuando le preguntó si había sido un error, se dio cuenta de que había faltado a la verdad porque necesitaba el empleo y si reconocía que era una madre soltera tendría menos posibilidades de hacerse con el puesto laboral. Ese aspecto es digno de destacar dentro de la política que tiene la empresa de contratar a madres solteras y no discriminarlas por su condición. Gracias a ella, 400 mujeres llevan el sustento diario a sus hogares.
Capacitación continua. La valorización del personal se percibe en el alto adiestramiento que recibe su fuerza laboral. Y no es para menos, teniendo en cuenta que para cumplir con los requerimientos de clientes como Volkswagen y Renault, necesitan los mejores talentos. De allí la obsesión de invertir en formación.
Tatiana comentó que hace poco retornó un grupo de empleados que viajó para capacitarse en Fujikura Rumania y aprender de sus pares. En esta ocasión fueron 50 los seleccionados, en su gran mayoría ninguno había viajado antes, excepto los jefes y supervisores que ya habían tenido la oportunidad de ir a México, cuando habían iniciado las operaciones en nuestro país. Otros, 142 en total, fueron enviados a Japón, España, Ucrania, Marruecos, entre otras sedes, con el objetivo de que estos aprendan y vuelvan para enseñar lo aprendido.
Otro dato sorprendente que comparte Tatiana, es que la empresa también cuenta con una escuela y una universidad dentro de sus instalaciones. Actualmente, 61 personas cursan las carreras de Administración de Empresas e Ingeniería de la Producción y se estima que dentro de 5 semestres se tendrá a los nuevos egresados de la universidad Fujikura. "Las clases van de 17:00 a 19:00, de modo que tanto los funcionarios del turno tarde como los de la noche puedan capacitarse en un lapso de 3 horas, sin que esto suponga interrumpir sus actividades laborales", explicó.
Fábrica en prisión. En una inusual apuesta a la reinserción, la firma japonesa Fujikura instaló unos talleres en la cárcel de mujeres Juana María de Lara, de Ciudad del Este, para capacitar a las internas con vistas a su contratación, una vez lograda su libertad. Las formadoras iban 2 a 3 veces por semana para enseñar a las internas para hacer cables y luego tenían que deshacerlos para repetir varias veces el mismo procedimiento. Estos cables no eran para la venta, sino que tenían la misión de ocuparles.
"El año pasado comencé a hablar con uno de nuestros clientes de la empresa Valeo, una compañía francesa muy grande del sector de autos, para ver cómo podríamos hacer para que homologuen o auditen el centro que tenemos en la penitenciaría, para que podamos vender estos cables directamente", explicó Tatiana, aunque reconoció que no toda la producción podría ser vendida. Pero conseguir al menos una parte, por ejemplo el montaje, sería muy importante, y que luego pasara por el banco de control eléctrico y la revisión de calidad en la casa matriz, para que la producción se pueda enviar.
Tatiana recordó que fueron "reuniones tras reuniones". Presentó el proyecto a muchísima gente, pero cuando mencionaba la palabra penitenciaría "le miraban raro", aunque cargada de paciencia con el tiempo comenzó a gustar la idea. Tatiana tuvo que trasladarse hasta la sede central de Valeo, en Francia, para presentar la idea…¡y les gustó el proyecto!
En octubre del año pasado, la empresa francesa organizó una reunión con todos los proveedores de Sudamérica y le pidieron que presentara la propuesta. Decían que era un proyecto pensando fuera de la caja y a todos les encantó porque era una realidad que era posible de lograr.
"En febrero de este año vinieron los auditores a realizar los controles, a ver si se respetan las normas, y los hemos pasado con éxito. Oficialmente, ahora podemos enviar los cables que son producidos dentro del centro externo. Estamos orgullosos de que por fin este proyecto sea una realidad", cuenta la vicepresidenta de Fujikura.
Y añade que hay 20 chicas trabajando en este lugar, a donde envían al menos a 2 personas: Una jefa de Producción y otra de Calidad para la formación. Ellas son las que siempre están viendo el progreso y las capacitan. "Desde que hemos comenzado el proceso, hasta ahora, tenemos 7 personas que se han reinsertado en base a este proyecto", afirmó.
Certificaciones y RSE. Tatiana también explica con satisfacción que Fujikura es una de las muy pocas empresas de Paraguay que cuenta con Certificación Ambiental 14.001 y que realiza muchísimas actividades relacionadas al cuidado del medio ambiente, tanto dentro como fuera de la compañía, con la comunidad. Van a las instituciones educativas, han apadrinado una escuela, regalan libros, dan clases de cómo cuidar el medio ambiente y cuando se organiza el día del reciclaje, siempre apoyan para que los niños aprendan a cuidar un poco más el planeta.
"Tenemos la certificación OHSAS 18.001, que es sobre la seguridad ocupacional. Hacemos mucho trabajo dentro y fuera de la empresa para enseñar a las personas que si no se cuidan, la vida puede ser muy corta", agrega Tatiana y ejemplifica su afirmación explicando cómo se debe conducir una moto, o cómo caminar para evitar los accidentes.
Con orgullo, además, refiere que en el año 2014 la empresa tuvo la primera sala de lactancia abierta de Paraguay, incluso antes de que se promulgara la ley. Ahora ésta ya tiene certificado del Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social. También instalaron una enfermería con doctoras y enfermeras que están presentes siempre que hay producción. Pero no solo eso, dice con alegría, y aclara que tampoco olvidan a los bomberos ni a Teletón, ya que siempre los apoyan en sus iniciativas y cuando hace frío, incluso los empleados donan lo que tienen, para la gente más necesitada. Ellos hacen campañas, juntan las donaciones y las entregan.
Viajes. Sin ningún complejo, Tatiana dice que ya cumplió los 40 años y con alegría agrega que tiene un hijo de 3 años. Reconoce que trabaja mucho, a veces demasiado. Diariamente sale de casa rumbo a la oficina a las 05:30, pero cuando debe viajar -cosa muy frecuente- acostumbra estar lista a las 02:00 para subir al avión. Casi todas las semanas está al menos un día fuera del país, a veces incluso semanas enteras.
"Llego tarde a casa, pero el tiempo que tengo trato de dedicarle exclusivamente a mi hijo. En mi país todas las mujeres trabajan, porque una no se puede dar el lujo de tener una niñera. Es otro estilo de vida, sin embargo el sistema educativo es muy desarrollado", cuenta la ejecutiva y refiere que en Moldavia desde los 6 meses de edad los niños ya son aceptados en las guarderías para que las madres puedan seguir trabajando.
Ese aspecto le llama la atención de Paraguay. Aquí no hay guarderías, reflexiona, y le sorprende ver el número de madres que son amas de casa, porque deben estar con sus hijos. "Muchas me preguntan cómo puedo hacer ambas cosas, trabajar y ser madre. Lo importe no es la cantidad de horas, sino la calidad, porque podría estar todo el día con el niño en la casa y hablar por teléfono o chatear, descuidándolo. Eso es tener presencia, pero sin enseñarle nada", asegura.
Ella dedica un sábado o domingo libre a pasear con su hijo, inventa juegos, cuestiona, y en la casa trata de festejar tanto las fiestas de Paraguay como las de su país, para que su pequeño conozca ambas culturas.
Recesión Brasil. Agosto y setiembre del año pasado fueron meses muy difíciles, reconoce Tatiana al mencionar la recesión por la que atraviesa el vecino país. El cliente final de Fujikura tuvo problemas con otro proveedor y tuvo que parar todas sus fábricas durante 6 semanas. En Paraguay el trabajo continuó igual, solo que era hasta el mediodía. Como bajó la producción, aprovecharon el tiempo para capacitar a los empleados, pagando siempre todo lo que se debía, porque fue un caso anormal.
Antes, hacia el final del año 2014 y principios del 2015, reconoce Tatiana que también "tuvieron que ajustarse muchísimo". La situación pudo ser controlada gracias a la gestión del departamento Comercial, que trabaja a full para conseguir siempre proyectos nuevos.
"Si en un momento estamos produciendo 100% para cierto tipo de coches y esta producción debe reducirse, entonces el exceso de personal entra en otros proyectos", explica la moldava, quien agrega que si se trata de ventas, siempre hay bajas, pero pocas porque se compensan con la entrada de otros proyectos.
La intención es avanzar, por eso el año pasado Fujikura Paraguay comenzó a hacer trabajos de acomodación. La planta de producción para Volkswagen tiene una superficie de 12.000 m2 y la otra, donde se produce para Renault y otros como Valeo, Faurecia, Kwid, Plástico y otros clientes, ocupa un área de 10.000 m2.
Líneas de producción. De aquella jovencita que poco entendía de autos a esta mujer que dirige la producción, casi no queda nada. Hoy Tatiana conoce cada detalle y explica lo delicado del trabajo que se realiza en las fábricas. Una parte del proceso implica comprar el cable en sí, pero otra cosa muy distinta es montar el cableado que usa cada modelo de automóvil.
"Hacemos toda la parte eléctrica del cable. Aquí todo el cable pasa por el banco de control eléctrico, que es una simulación eléctrica del coche. Si algo no está bien el vehículo no funciona, o puede quemar el motor, o no cerrarse la puerta, o no funciona el aire acondicionado. Cada conector tiene su función dentro del coche", dice.
Fujikura Automotive lleva exportados más de 12 millones de cables desde sus inicios a lo que va del año. Tatiana adelanta que para el año que viene tienen un proyecto grande para Volkswagen. En este momento están haciendo el desarrollo de cable para ese coche, que se va a llamar T- Cross y en Brasil va a comenzar a venderse en el 2019. "Para finales del año 2018 ya debe comenzar la producción. También son varias líneas completas las que se van a fabricar porque pretendemos producir cableado para asientos, para puertas, acondicionadores de aire, parachoques, etc, que se van a fabricar en el turno noche", explicó.
Robert Ayala
Colaborador enviado a Rumania
"Haber sido uno de los 50 funcionarios elegidos por Fujikura representa para mí un motivo de orgullo y satisfacción. Es la prueba de que estoy realizando un buen trabajo y que los directivos valoran lo que hago. En junio retorné de un viaje a Rumania, estuve por el lapso de tres meses y mi experiencia fue fabulosa. Cabe destacar que esta fue la primera vez que tuve la oportunidad de salir al exterior y estar en contacto con una cultura totalmente diferente a la nuestra. No tenía ni pasaporte. Me impresionó mucho ver una ciudad tan organizada, desarrollada y segura. Mi sueño es que Paraguay goce de las mismas condiciones que cualquier otro país de primer mundo. Con esfuerzo y haciendo las cosas bien, es posible lograrlo".
Édgar Duarte
Colaborador enviado a Rumania
"Una de las primeras dificultades que tuvimos que enfrentar fue el idioma. Al comienzo nos comunicábamos con señas, pero habiendo transcurrido el tiempo logramos intercambiar palabras con ellos. Estar lejos de la familia y de nuestras costumbres nos hizo valorar más lo que teníamos en nuestro país, nuestra gente, nuestro empleo. Si bien, no es la primera vez que viajo al exterior esta experiencia fue inolvidable".
Alejandra Echagüe
Colaboradora enviada a Rumania
"Esta fue mi primera experiencia en el exterior. Es más, fue la primera vez que abordé un avión para ir a otro continente. Fue realmente emocionante. Al llegar a Rumania comenzó nuestro verdadero entrenamiento. Conocimos a muchas personas de Fujikura Rumania, aprendimos sobre su metodología de trabajo, sus costumbres e incluso participamos de actividades o celebraciones que formaban parte de su cultura. Esto no sería posible si Fujikura no apostase por la formación de sus colaboradores. La oportunidad de crecimiento profesional que nos brindan, es única".
Fabiana Estigarribia
Jefa de Calidad
"Cuando me propusieron enseñar a las internas de la penitenciaría, lo primero que pensé fue que sería una excelente experiencia. Y no me equivoqué. Desde el principio, las reclusas se mostraron interesadas en aprender sobre los procesos de fabricación de los cableados, son personas muy dedicadas y con un gran deseo de superación".
Héctor Rojas
Docente en la Universidad Fujikura
"Llevo enseñando hace dos años y medio en la Universidad Fujikura. Imparto clases de Cálculo y Geometría analítica I y II, así como Métodos matemáticos. Durante este tiempo no hemos tenido dificultades con los alumnos, sino todo lo contrario. Ellos se muestran siempre deseosos de aprender y seguir creciendo. Considero que están igual de capacitados que sus pares en otras sedes del mundo. De hecho, lo que más llama mi atención es que a pesar del cansancio, ponen mucho interés y ganas de aprender".