En su último informe de Perspectivas de crecimiento para América Latina y el Caribe (LAC), disponible desde el 4 de octubre, el Banco Mundial (BM) mantuvo su estimación desde el trimestre anterior para Paraguay, con una previsión de que crecerá un 4,8 % para el cierre de este 2023.
El reporte tiene como fecha de corte el 22 de setiembre y se destaca la puntuación conservada respecto al informe anterior, cuando el organismo recortó la proyección de crecimiento para Paraguay de 5,2 % a 4,8 % para este año. En tanto que la expansión para el próximo 2024 arrojó un pronóstico de 4 %.
Mientras que la perspectiva de crecimiento o aumento del producto interno bruto (PIB) para América Latina y el Caribe es que crecerá un 2,0 % en el año 2023, ligeramente por encima del 1,4 % proyectado anteriormente, pero aún por debajo de todas las demás regiones del mundo.
El de mayor crecimiento
Al observar el documento se encuentra que Paraguay será el de mayor crecimiento en la región, puesto que para las demás economías la previsión no llega ni al 3 %, quedando Brasil en segundo lugar con 2,6 %, en tercer puesto Bolivia con una expansión de 1,9 % y en cuarto lugar se codean Uruguay y Colombia con un 1,5 %, respectivamente.
Les siguen Ecuador con una proyección de 1,3 %, Perú con 0,8 % con leves crecimientos, mientras que la economía de Chile sorprende con una retracción de -0,4 % y una Argentina que vislumbra un -2,5 %, apuntando ya a mejoras desde el próximo 2024.
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Con base en estas perspectivas, el organismo multilateral realizó un análisis en el que señala que, si bien LAC crecerá, los niveles son aún bajos tanto para este año como para los próximos 2024 y 2025 con tasas previstas del 2,3 y 2,6 %, respectivamente. Las mismas son similares a la década de 2010, es decir, insuficientes para los avances necesarios en materia de inclusión y reducción de la pobreza.
BM remarca que tales expansiones escuetas no solo son un reflejo de las condiciones mundiales o consecuencia de la pandemia, sino que también reflejan temas estructurales. Uno de ellos es el bajo nivel de acumulación de capital y de crecimiento de la productividad.
Es así que los países deben encontrar formas de impulsar la inclusión y el crecimiento, mejorar la gobernanza y generar consenso social. En este punto, recomienda las soluciones digitales como parte de la respuesta, con la ampliación de la conectividad digital, combinada con políticas complementarias que pueden crear sociedades más dinámicas e inclusivas.
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