El contrabando es uno de los rostros visibles de la economía subterránea, pero hasta el momento, no se puede medir exactamente cuánto genera de pérdida al país o cuánto podría generar en ingresos si las ganancias de las transacciones se quedaran en terreno local.
Sobre este aspecto se abordó también en la presentación del informe sobre economía subterránea realizada por PRO Desarrollo Paraguay, que bien ilustró los números que al 2022 llegaron a más de USD 22 mil millones del producto interno bruto (PIB), lo que representa un 46 % de la economía del país.
“Este estudio no contempla exactamente el valor del contrabando en la economía subterránea o informal, pero sabemos de ello porque el rostro de este fenómeno es muy visible, pero desde esta organización en la que estamos unas 20 cámaras tenemos el objetivo de presentar al gobierno entrante y saliente una solicitud de acciones concretas para ver cómo abordarlo”, expresó Hugo Royg, director del área técnica de PRO Desarrollo.
Lo que sí pudieron encontrar a través de este estudio, es la inminente evolución por los números bien elevados, pues en 2018 representaba unos USD 19.658 millones, y ya para 2022 trepó a USD 22.019 millones. Esto, más allá de las estimaciones de los distintos sectores económicos de lo que movería el contrabando.
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Medición de gastos reales
Estos números lo obtuvieron comparando los datos nacionales oficiales, como cantidad de habitantes, empleo formal, y la demanda de dinero versus los recursos vinculados a todas las actividades, liquidez del mercado con lo que precisan los hogares con actividades formales, ingresos tributarios equiparados con el crecimiento del PIB y el consumo de energía eléctrica.
Sobre el tema, también aportó el director de la organización, Sebastián Acha, quien lamentó que no pudieron lograr que en el Censo Nacional de Población y Viviendas 2022 se incluyan preguntas relacionadas con los gastos reales que los hogares presentan en cuanto a las necesidades de la canasta básica, cuánto y cómo lo adquieren.
Aseveró que a través de dicho esfuerzo, más los datos señalados para la obtención del estudio, se pueden cruzar ambas informaciones para recabar los montos que Paraguay ocupa al contrabando, pero que el estudio elaborado a la vez aportó a detectar situaciones ocultas, como la propia afirmación de algunos microemprendedores informales de querer ser formales, según una encuesta que realizaron para el efecto a 500 personas de zonas más vulnerables de Asunción y alrededores, entre asalariados informales y cuentapropistas.
En dicho contexto, fueron consultados si la investigación contempló los costos que implica a un emprendedor registrarse como formal, a lo que señalaron que no se estableció un monto preciso, pero sí fueron incluidos altas tasas de créditos, mucha inversión en tiempo y dinero para realizar los registros para volver a pagar impuestos, o que incluso los insumos precisos pueden ser más costosos a un microemprendedor que vende productos alimenticios por día.
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Barreras agravantes
Estas fueron denominadas como las principales barreras que frena la formalidad, por las oportunidades escasas, más costosas o complicadas, a los que se suman otros factores como el desempleo, los llamados shocks externos, la falta de conocimiento, labores de cuidado familiar, la dependencia del seguro social del IPS cuando se es cobeneficiaria y el hecho de no perderlo al tener que tributar, y especialmente los costos.
En el caso de los shocks externos como la situación cambiaria de Argentina, Royg indicó igualmente que es sin duda un agravante que no se puede contener internamente, pero lo que sí está sucediendo a nivel local es la enorme cantidad de cambistas registrados, fuera de las casas de cambio, lo que denota que se está financiando el contrabando en el propio mercado doméstico ante la falta de regulaciones.
La citada encuesta incluye a la vez el margen de penetración de los prestamistas, más tradicionalmente conocidos como “usureros”, al momento de que tanto asalariados informales (los que no tienen seguro social) así como cuentapropistas necesiten recurrir a un préstamo, lo hacen en su mayoría a este recurso, por encima de cooperativas, bancos, familiares, casas de créditos o amigos.
Los referentes concluyeron que lo evidente es que el sector informal sigue creciendo, con una brecha amplia y fuertes barreras que le permiten permear, pues pareciera que el propio “sistema formal” induce a los que tiene menores posibilidades de serlo a permanecer en las sombras, espacio en el que igualmente generan sus ingresos.
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