Según explicó Néstor Zarza, presidente de la Asociación de Avicultores del Paraguay (Avipar) el contagio de Influenza Aviar (IA) en humanos sólo puede darse al tocar un ave muerta infectada con las manos. De esta manera, el sector busca aclarar que el consumo de productos y subproductos tanto de pollos como de huevos es absolutamente seguro, con una nula posibilidad de un traspaso de la enfermedad.
”Primeramente, aclarar que desde el punto de vista médico-científico tiene que haber un contacto demasiado directo de materia orgánica y de alto nivel de carga viral”, dijo en comunicación con el programa Duro de Callar, emitido por canal GEN/Nación Media. Explicó que es muy importante resguardar la salud de los consumidores, por lo cual, las empresas comerciales aseguran que no habrá inconvenientes con los productos paraguayos puestos a la venta.
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Refirió que la tranquilidad que se tiene es que en nuestro país no se consumen crudos los productos, pero la recomendación es cocinarlos bien y no manipular aves muertas o con síntomas, ante el riesgo sanitario. No obstante, hay que mencionar que los tres focos se dieron en aves de traspatio o familiares, criadas para el consumo casero en las zonas chaqueñas de Mariscal Estigarribia, Neuland y la Colonia Fernheim, no así en otros departamentos.
Señaló que si esta infección llegase a impactar fuertemente podría afectar incluso a la economía, poniendo en riesgo al rubro y los costos de alimentos podrían dispararse. Puso de ejemplo a EE.UU., cuyo consumo es mucho menor al de Paraguay y pasó de 2 dólares a 8 dólares el kilo a raíz de la escasez, atendiendo a que tuvieron que sacrificar 50 millones de aves.
Por último, mencionó que la preocupación mayor es que la enfermedad pueda diseminarse y afectar a la industria, por eso, los esfuerzos de que la IA no llegue a los establecimientos comerciales, pues hay un incipiente mercado de exportación de los productos, en tanto, el consumo per cápita por habitante sigue creciendo llegando a 20 a 22 kilos, y el de huevos a 150 a 160 por persona.