En medio del inicio de la consulta pública por parte de los Estados Unidos para la habilitación de las importaciones de la carne bovina paraguaya, surgió un comunicado de ganaderos de este país quienes piden que siga la prohibición. Señalan que Paraguay tiene un historial de brotes de fiebre aftosa, por lo que aseguran que no pueden poner en peligro la seguridad de los consumidores.
Según publicó el portal Eurocarne, la National Cattlemen’s Beef Association (NCBA) realizó un llamado al secretario del Departamento de Agricultura de los EE.UU (USDA), Tom Vilsack, para que continúe impidiendo que Paraguay exporte carne vacuna a este mercado. Esto se da en respuesta a la publicación de USDA de una propuesta de norma que permitirá el acceso a las importaciones de carne proveniente de nuestro país.
En el comunicado indicaron que la norma propuesta por el USDA, para permitir las importaciones en los EE.UU, se basa en datos de hace 9 años y visitas a sitios que ocurrieron en 2008 y 2014 por lo que aseguran que “Paraguay tiene un historial de brotes de fiebre aftosa”, por lo cual aseguran que no pueden poner en peligro la seguridad de los consumidores estadounidenses y la salud del rebaño de ganado.
Te puede interesar: Combustible: sector privado anuncia que tendrá promo por Semana Santa
Kent Bacus, director Ejecutivo de Asuntos Gubernamentales de la NCBA, indicó que Estados Unidos tiene los estándares de salud animal y seguridad alimentaria más altos del mundo debido a que se basan en la información más actualizada y en los estándares más altos basados en la ciencia.
Indicaron que el departamento de Agricultura de este país no debería proceder con esta solicitud hasta que se pueda llevar a cabo una revisión exhaustiva con información actualizada que demuestre la equivalencia de Paraguay en los estándares de salud animal y seguridad alimentaria.
El Servicio Nacional de Calidad y Salud Animal (Senacsa) informó la semana pasada que el Servicio de Inocuidad e Inspección de Alimentos (FSIS), agencia del Departamento de Agricultura de Estados Unidos había presentado la propuesta de una enmienda a la normativa vigente en el país a fin de permitir el ingreso de carne bovina del Paraguay debido a que se comprobó la equivalencia sanitaria entre ambas naciones.
Leé más: Exportaciones del sector forestal experimenta caída del 22% en enero
Dejanos tu comentario
Perfil: Donald Trump, un sobreviviente político
El incombustible Donald Trump vuelve a tener la Casa Blanca al alcance de la mano gracias a su olfato político y su capacidad para sortear obstáculos. En su tercera campaña presidencial ha sobrevivido a todo: una condena penal, cuatro inculpaciones y dos intentos de asesinato. Gracias a su “instinto” afilado, el tempestuoso septuagenario, cuya caída se ha anunciado mil veces, ha sabido sacar provecho de cada uno de estos escollos.
Parte de los republicanos lo abandonaron después de que simpatizantes del magnate asaltaran el Capitolio en 2021. Pero el millonario de 78 años ha recuperado en cuatro años un control total sobre el partido. Durante la convención de los republicanos a mediados de julio, disfrutó viendo cómo aquellos que le dieron la espalda se deshacían en alabanzas en el escenario. Fue dos días después de ser blanco de un intento de asesinato durante un mitin en Pensilvania. El magnate llevaba un vendaje blanco en la oreja en la que resultó herido. En solidaridad muchos simpatizantes se vendaron las suyas. La imagen de Trump levantándose, con el rostro ensangrentado y el puño en alto, es la más impactante de la campaña.
Lea más: “Victoria aplastante” o “fraude”, los dos únicos resultados para los seguidores de Trump
“¡Lucha! ¡Lucha! ¡Lucha!”
Su “¡Lucha!, ¡Lucha!, ¡Lucha!” lanzado a la multitud mientras los agentes del Servicio Secreto lo desalojaban se ha convertido en un grito de guerra para sus partidarios, que lo corean en cada mitin. Una marea de estadounidenses con gorras rojas, en su mayoría blancos y bastante mayores, acude a sus actos electorales convencidos de que el neoyorquino, que hizo fortuna en el sector inmobiliario, comprende sus dificultades mejor que nadie.
En los mitines el candidato pinta un panorama apocalíptico de Estados Unidos, devastado según él por una inflación galopante, migrantes que “envenenan la sangre del país” y demócratas “de mierda”. Trump, que será el presidente estadounidense de más edad en prestar juramento si gana, apuesta también por los hombres jóvenes, cuyo apoyo cultiva con videos con campeones de artes marciales mixtas en la red social TikTok, o declaraciones provocadoras en pódcasts.
Desde sus primeros pasos en política, la antigua estrella de la telerrealidad jugó la carta de un candidato antisistema, sin que eso le perjudicara. Como cuando, un mes antes de las elecciones presidenciales de 2016, salió un viejo video en el que se escucha a este padre de cinco hijos, de tres mujeres diferentes, presumir de usar su celebridad para “agarrar a las mujeres por la vagina”. Los observadores predijeron entonces que perdería el voto de las mujeres. Se equivocaron. Donald Trump ganó.
Lea también: Cómo funcionan las elecciones de EE.UU. que permiten ganar con menos votantes
“Estados Unidos primero”
Una vez en la Casa Blanca, este hombre de imponente físico rompió con todos los convencionalismos frente a unos estadounidenses entusiastas, atónitos o asustados. En nombre de “Estados Unidos primero”, trató con rudeza a los aliados del país, inició una escalada impredecible con Irán sobre el programa nuclear y expresó fascinación por líderes autoritarios, como el ruso Vladimir Putin o el norcoreano Kim Jong Un.
El republicano remodeló la Corte Suprema a su antojo, ofreciendo una victoria a los conservadores sobre el aborto. Desestimó de un plumazo un movimiento contra la violencia policial y escapó, en dos ocasiones, a la infamia de una destitución. Los cuatro años de Trump en el poder siguen estando empañados por su incapacidad para ser reelegido en 2020: una derrota frente a Joe Biden que nunca reconoció.
Tampoco hubo una “ola gigante” republicana prometida por el expresidente en las elecciones de medio mandato de 2022. Su partido sufrió reveses en referendos sobre el aborto, incluso en estados muy conservadores. Las elecciones del 5 de noviembre ¿serán sinónimo de un nuevo fracaso y un regreso a los tormentos judiciales o de una increíble vuelta?
Fuente: AFP.
Dejanos tu comentario
Perfil: Kamala Harris, una pionera en la Casa Blanca
Un domingo por la mañana de julio, Kamala Harris hacía panqueques y un rompecabezas con sus sobrinas nietas cuando recibió la llamada que lo cambió todo. “Estábamos ocupadas con el rompecabezas y suena el teléfono, y es Joe”, contó Harris al locutor radiofónico Howard Stern. “Me levanté para contestar y entonces la vida cambió”. El presidente Joe Biden le anunció que se retiraba de la carrera por la Casa Blanca. Hasta ese día Harris tenía uno de los índices de aprobación más bajos para una “vicepresidenta”. Pero en pocas semanas montó una campaña electoral de la nada y persiguió a Donald Trump en las encuestas.
Encadenó los mítines, recaudó más de mil millones de dólares en fondos y trajo lo que ella llamó una explosión de alegría a un partido que había perdido la esperanza. Pero la euforia se desvanece y Harris se ve obligada a luchar para intentar ganar las elecciones presidenciales del 5 de noviembre. “No es fácil. Normalmente, la gente se postula para la presidencia durante dos años, y ella apenas ha estado en campaña desde finales de julio”, declaró a la AFP David Karol, profesor de política en la Universidad de Maryland.
Lea más: Expertos refutan encuestas: diferencia entre Trump y Harris sería mayor de lo esperado
Un comienzo difícil
Harris fue una pionera desde el momento en que entró a la Casa Blanca como la primera mujer, negra y surasiática vicepresidenta de Estados Unidos. El comienzo fue difícil. Harris recibió críticas devastadoras que ponían en tela de juicio su aptitud para el cargo. Se hizo famosa por sus “galimatías”.
Además, Biden le encargó que llegara a las raíces del problema de la migración ilegal en el país, lo que dio a los republicanos una línea de ataque. Hasta hoy la llaman la “zarina de la frontera”. Pero las cosas comenzaron a cambiar en 2022. Cuando la Corte Suprema anuló el derecho federal al aborto, Harris finalmente encontró su voz. Se movilizó por todo el país y asumió un papel cada vez más prominente en la segunda campaña presidencial de Biden.
Algunos funcionarios reconocían en privado que se planteaba ser candidata en 2028. Pocos presagiaron que sería mucho antes. En parte porque Harris fue subestimada durante mucho tiempo, tanto por algunos demócratas como por los republicanos. Trump pronto descubrió que la mujer a la que llamaba “camarada Kamala” y “loca” era una rival de peso. En su único debate electoral, fue ella quien se impuso.
“Momala”
Harris ha evitado deliberadamente mencionar su raza o género durante la campaña. Cuando habla de su pasado, lo hace principalmente para mencionar a su madre nacida en la India, que la crió a ella y a su hermana sola. Pocas veces cita a su padre, natural de Jamaica. No oculta su devoción por su marido, Doug Emhoff, cuyos hijos, Cole y Emma la llaman “Momala”.
Ha criticado al compañero de fórmula de Trump, J.D. Vance, por sus comentarios contra “mujeres sin hijos y con gatos”. Es frecuente escucharla hablar sobre su trayectoria profesional como fiscal y luego como fiscal general de California, en contraste con Trump, condenado penalmente. Harris también ha mencionado que tiene un arma, consciente de que está muy bien visto entre los votantes republicanos.
Se siente incómoda con los medios de comunicación y fue criticada por negarse a conceder entrevistas durante varias semanas. La pregunta ahora es si ella puede juntar las piezas del rompecabezas y romper el techo de cristal más alto de Estados Unidos para convertirse en su primera mujer presidenta. “Creo que ha hecho una buena campaña. Y si ella pierde, algunos dirán ‘oh, es porque no hizo una buena campaña’ y creo que eso es incorrecto”, opina Karol.
Fuente: AFP.
Dejanos tu comentario
“Victoria aplastante” o “fraude”, los dos únicos resultados para los seguidores de Trump
Los partidarios del republicano Donald Trump están dispuestos a rechazar los resultados de las elecciones presidenciales... a menos que gane su candidato. “Realmente no me lo creería si me dicen que ella ganó”, asegura a la AFP Brandon Dent, de 22 años, refiriéndose a la rival de Trump, la vicepresidenta Kamala Harris. “Él tendrá una victoria aplastante”, añade este repartidor, observando a los miles de sus compañeros simpatizantes de Trump que hacían cola para ver hablar al expresidente en la ciudad de Salem, en Virginia, enclavada entre suaves montañas teñidas de rojo y naranja por el follaje otoñal.
El aspirante republicano ha dedicado su campaña de 2024 a sembrar dudas anticipadas sobre la validez de los comicios del martes, retomando la retórica que rodeó su fallida campaña a la reelección de 2020, que culminó con sus partidarios asaltando el Capitolio del país el 6 de enero de 2021 para supuestamente “detener el robo”.
Después de tres carreras presidenciales y casi una década de Trump en la escena política de Estados Unidos, su marca característica de escepticismo o negación se ha enconado entre sectores de votantes conservadores, de todas las edades, orígenes y ocupaciones. “Kamala va a ser presidenta, pero creo que Trump va a ganar” el recuento real de votos, dice Jace Boda, ingeniero en una instalación nuclear. “Sospecho que va a haber mucho fraude”, considera.
Lea más: Los siete estados que definen al nuevo presidente de EE. UU.
A los tribunales
Mientras Trump se ha apresurado a avivar los temores de fraude durante la campaña, el Comité Nacional Republicano y grupos aliados también han insistido en este tipo de reclamaciones ante los tribunales. Han presentado demandas contra los procedimientos de recuento de votos, las máquinas de votación, el registro de votantes, los votos en ausencia, la certificación de los resultados y otras cuestiones electorales.
Aunque muchas de las acciones han sido desestimadas, a expertos les preocupa que puedan enturbiar aún más las aguas en torno a lo que la gente cree sobre los comicios, especialmente con Trump repitiendo con insistencia su falsa afirmación de que las votaciones de 2020 le fueron robadas.
“He sido escéptico desde las últimas elecciones sobre los demócratas”, asegura Olen, un asistente al mitin que, como muchos otros, se negó a compartir su apellido con los medios. “Todo lo que han hecho está torcido”, comenta este leñador y agricultor de 70 años, que llevaba una camiseta con una imagen de un Trump ensangrentado levantando su puño tras el intento de asesinato en Pensilvania, completada con las palabras “lucha, lucha, lucha”.
Lea también: Expertos refutan encuestas: diferencia entre Trump y Harris sería mayor de lo esperado
Virginia “no está en juego”
La decisión de Trump de celebrar un mitin en Virginia también podría encajar en su narrativa de fraude. Las encuestas muestran que ese estado va a favor de Harris. Sin embargo, en este último fin de semana antes de las elecciones del 5 de noviembre, Trump se dirigió a Salem en lugar de hacer otra parada en un estado decisivo, como Pensilvania o Míchigan.
El mes pasado, mientras el magnate hacía campaña en los bastiones demócratas de Colorado, Illinois, California y Nueva York, Adrienne Uthe, fundadora de la empresa de relaciones públicas Kronus Communications, con sede en Utah, dijo a la AFP que celebrar mítines en esos estados podría ayudar a construir su “narrativa de un ‘movimiento nacional’”.
Antes de su mitin en Salem, Larry Sabato, director del Centro de Política de la Universidad de Virginia, explicó a la AFP que “Virginia no está en juego”. “Es un intento de la campaña de Trump de hacer creer a sus bases que Virginia está en juego”, completó. Los sondeos nacionales sitúan a Trump y Harris codo con codo, pero si las elecciones se deciden de forma aplastante por Trump, los votantes republicanos dijeron a la AFP que estarían dispuestos a dejar de lado sus dudas.
Cherl, que trabaja para una organización sin ánimo de lucro, dijo que estaría “escéptica” si los resultados muestran una victoria de Harris, pero “bastante confiada” si apuntan a un triunfo de Trump. “Dios ya tiene un plan hecho para que Trump sea presidente”, dijo la mujer de 39 años. “Solo estamos a la espera”.
Fuente: AFP.
Dejanos tu comentario
Expertos refutan encuestas: diferencia entre Trump y Harris sería mayor de lo esperado
Las encuestas muestran una contienda extremadamente reñida entre Kamala Harris y Donald Trump por la Casa Blanca. Sin embargo, expertos advierten que, al final, la diferencia entre ambos candidatos puede ser mucho mayor de lo esperado. Según los sondeos de opinión más reputados, la vicepresidenta demócrata y el exmandatario republicano están codo a codo en los estados clave que posiblemente definan las elecciones presidenciales de este 5 de noviembre.
El lunes por la tarde, por ejemplo, el recopilador de encuestas FiveThirtyEight daba a Harris y Trump un empate con el 47,8% de los votos en Pensilvania, un ajustado 47,4% frente a 47,7% en Nevada y una diferencia de apenas un punto porcentual en Wisconsin, Míchigan y Carolina del Norte. Pero no todo el mundo está convencido de que esta sea una competencia tan ajustada.
Lea más: EE. UU.: detienen a un hombre que amenazó con poner una bomba en un local de votación
¿Inverosímilmente reñida?
“De hecho, las encuestas por estados muestran no solo una carrera extraordinariamente reñida, sino inverosímilmente reñida”, considera Joshua Clinton, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Vanderbilt en Tennessee. En un estudio publicado esta semana por la NBC, este especialista en sondeos cuestiona la “similitud” de los resultados -con pocos decimales- de las encuestas de opinión disponibles, sugiriendo que quizá sean los encuestadores y no los votantes quienes estén detrás de esta casi unanimidad.
“Una encuestadora temerosa que obtiene un margen de cinco puntos en una carrera reñida puede optar por ajustar sus resultados para que coincidan con lo que muestran otras encuestas, a fin de que su sondeo particular no dañe su reputación”, explicó. También hay que señalar que los institutos de encuestas están a la defensiva, enfrentados a costos financieros y a las crecientes dificultades para llegar a los votantes en la era de los teléfonos inteligentes que filtran las llamadas.
Además, la experiencia de las últimas elecciones presidenciales estadounidenses no invita a respaldar sus predicciones sin reservas. Las encuestadoras se equivocaron tanto en 2016 (victoria de Trump sobre Hillary Clinton) como en 2020 (derrota de Trump ante Joe Biden). La primera vez, por subestimar la categoría de “blancos sin título universitario” entre los votantes que dieron la victoria al republicano. La segunda, a pesar de correcciones adoptadas, por infravalorar una vez más el voto a Trump y considerar de más el dirigido a Biden. Bastaría un error de este tipo para que los siete estados clave fueran ganados el martes por Trump o Harris, una hipótesis que nadie puede descartar.
Lea también: Los siete estados que definen al nuevo presidente de EE. UU.
El precedente Carter/Reagan
Entrevistado por la AFP, W. Joseph Campbell, profesor de la American University de Washington, confirmó que se ha planteado “si los encuestadores no están maquillando demasiado sus datos, para alinearse con los resultados de los demás”. “Es un fenómeno difícil de probar, pero que se sospecha, y se llama instinto de rebaño”, señaló. A continuación, mencionó otro famoso precedente, el de las presidenciales de 1980. “Todas las encuestas mostraban una carrera muy reñida entre el presidente Jimmy Carter y el republicano Ronald Reagan. Y Reagan acabó ganando casi por goleada, por casi 10 puntos porcentuales. No digo que eso vaya a repetirse en 2024, pero es algo a tener en cuenta”, acotó.
Fuente: AFP.