Desde el Centro de Propietarios de Panaderías y Fideerías del Paraguay (CPPF) manifestaron que no están en condiciones de elevar los precios de los productos panificados, no porque no lo amerite, si no más bien necesitan mantener la clientela, porque entienden que si aplican incrementos dejarán de vender debido a la inmensa competencia que ejercen los supermercados.
“Desde el gremio no tuvimos ninguna conversación de que vamos a aumentar los precios de nuestros panificados, porque si subimos quién nos va a comprar, no se puede competir con lo que ofrecen los supermercados, ellos son los que tienen que subir porque están vendiendo por debajo de los costos de producción”, expresó a La Nación/Nación Media Gabino Dagogliano, socio miembro del CPPF.
Esto, ante la especulación que ya se está generando en el mercado, de una nueva suba de los productos panificados, que si bien no descarta que algunas panaderías lo hagan, aseguró que como auténticos y tradicionales panaderos seguirán produciendo con la misma calidad. Esto, a pesar de que los costos se mantengan elevados, pues el aumento del valor de los insumos y materias primas no es algo nuevo, ya que se viene arrastrando desde hace un año, aseguró.
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En ese sentido, mencionó que el precio de la harina está en G. 210 mil la bolsa, la grasa como manteca vegetal de 10 kilos cuesta G. 180 mil, la levadura entre G. 12 mil el kilo, que en la sumatoria los costos resultan muy elevados, que en el caso de los supermercados que venden a precios muy por debajo de los márgenes, se podría entender debido a que cuentan con miles de ítems y diversas actividades.
Diferencia de precios
Con relación a la diferencia de precios de los productos panificados, Dagogliano indicó que en las panaderías la galleta se vende a G. 8.000, en el caso del coquito y afines entre G. 13 mil a 14 mil, por lo que si reajustan los precios al alza sería imposible venderlos. Esto, teniendo en cuenta que en los supermercados ofrecen galleta a partir de G. 3.500 y los coquitos entre G. 8.000 a G. 9.000.
Y ante la consulta del porqué tanta diferencia, el referente explicó que ellos en las panaderías mantienen la esencia, es decir, para 1 kilo de harina utilizan 300 gramos de manteca, mientras que en los supermercados que tienen más personales y trabajan por hora, en la relación 1 kilo de harina agregan entre 100 - 150 gramos de grasa, que es donde varían la calidad de los productos y por ende, los precios.
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Dagogliano lamentó que no exista un organismo de control que pueda intervenir en el desequilibrio de precios, y remarcó que a modo de que la competencia se vuelva más justa, los supermercados son los que deberían incrementar sus precios.
Opinó igualmente respecto a la escasez y faltante de huevos, que también utilizan en confitería, a lo que calificó de inconsistente lo fundamentado por este rubro de que el contrabando ayude a equiparar precios, y si verdaderamente no dan abasto con la demanda, se debería de habilitar la importación legal, arremetió.