Por: Alba Delvalle
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El rol de las mujeres en la sociedad ha cambiado de tinte desde hace ya varios años, sin dejar de cumplir otras caracterizadas al género a la par. Y, aunque en la actualidad es más cotidiano verlas como protagonistas en distintos aspectos, todavía hay mucho espacio que pueden ser aprovechados por aquellas que se animen y no se dejen intimidar.
Uno de los sectores que, bien se puede decir, fue conquistado también por las mujeres en el mundo empresarial, es el de los agronegocios, y para conocer de primera mano esta experiencia, el diario La Nación- Nación Media conversó con la gerente general de la Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales (Cappro), Sandra Noguera. Gustosa brindó la entrevista, como homenaje también por las celebridades del Día de la Mujer Paraguay recordado el 24 de febrero y el Día de la Mujer Internacional que se recordará este 8 de marzo próximo.
-Para comenzar, ¿puede comentarnos quién es Sandra Noguera más allá de la soja y las estadísticas, qué le gusta?
Soy abogada, egresada de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Asunción (UNA) con un Máster en Asesoría Fiscal por la Universidad de Navarra, de España. Aparte de mi día a día en la gerencia de la Cappro, disfruto mucho pasar tiempo en casa, jugar juegos de mesa con mi familia y amigos, estar con mis adorables chihuahuas, y, como siempre estoy muy activa, también disfruto mucho haciendo deportes todos los días. Me gustan especialmente tenis y natación, y los domingos pádel sin falta. Disfruto también mucho de un buen libro, una serie, película o documental sobre hechos de la vida real.
-Si tuviera que describirse como mujer, ¿Cómo es Sandra?
Me considero una mujer reservada y autocrítica, que se conoce a sí misma, que busca siempre alcanzar su mejor versión y que prefiere construir vínculos reales antes que relaciones superficiales. Tengo muy presente en mi vida valores como la lealtad, la honestidad y el compromiso con la verdad y que nuestra -o al menos la mía- principal misión es ayudar a los demás, y aunque no podamos cambiar el mundo, cada acción suma y puede marcar un cambio positivo en tu área de influencia.
-¿Cómo fue que se involucró en el mundo de los agronegocios?
Mi relación directa con el mundo de los agronegocios inició en el 2018, cuando me eligieron para desempeñar el cargo de gerente general del gremio. Pero mi experiencia y conocimiento del sector, aunque en temas muy específicos, comenzó mucho antes, ya que durante diez años trabajé en uno de los mejores Estudios Jurídicos del Paraguay como asesora de empresas y organizaciones nacionales e internacionales de distintos rubros.
Allí abarqué Derecho Tributario, Administrativo, Civil y otras ramas del derecho, y formaban parte de la cartera de clientes, las agroindustrias y empresas del sector productivo a las que me tocó asesorar.
-¿Algún logro o desafío que pueda destacar en en su carrera?
Cabe destacar, que tuve participación directa en el análisis del Régimen Legal del Transporte Carretero de Cargas y Logística en Paraguay, de Hidrocarburos y Minería; y en el ámbito tributario, representé también a la Unión Industrial Paraguaya (UIP) y a la Cappro en la mesa técnica conformada para presentar propuestas de modernización a la normativa existente.
-¿Cómo es su gestión en la Cappro, de qué manera la encara?
Cappro es un gremio en dónde estatutariamente las decisiones son adoptadas por mayoría en el seno de las reuniones del Consejo Directivo, que está conformado por dos directores titulares y uno suplente, representantes de cada industria asociada; dentro de ese marco, desde que me sumé a este gran equipo, a través de mi liderazgo y gestión personal, tengo a mi cargo hacer que las cosas sucedan y que las decisiones se plasmen en acciones concretas.
-¿Qué representa para usted ser parte de este importante gremio?
Siempre digo que estar al frente de un gremio tan relevante como la Cappro, que aglutina a las 10 industrias aceiteras más importantes del Paraguay, es una gran responsabilidad. Porque representa un compromiso no solo con las empresas que la conforman sino con el país y la población en general. Es por eso que dedico toda mi capacidad y esfuerzo en hacer el mejor trabajo, atendiendo todos los detalles y apuntando siempre al bien común.
-¿Es más cotidiana la presencia de las mujeres como líderes en el sector o los hombres siguen encabezando?
Conozco a muchas mujeres a quienes admiro que son líderes en gremios o cooperativas del sector productivo, y a otras que trabajan en cargos gerenciales dentro de las agroindustrias. Pero sí, definitivamente aún la mayoría de los puestos de jerarquía siguen siendo ocupados por hombres. Sin embargo, es indiscutible que hoy las mujeres estamos buscando y ocupando cada vez más espacios y que en el futuro la balanza se va a equilibrar.
-¿Cómo fueron sus inicios, tiene alguna anécdota que le gustaría compartir?
Como una de las tantas anécdotas puedo comentar que una vez, en una conferencia de prensa que habíamos convocado, estaba sentada sola frente a los periodistas y lista para comenzar a hablar. Uno de ellos me dice: ¿Cuándo va a venir el gerente?, y cuando le respondí que yo era la gerente, me lanzó una mirada incrédula y me respondió: “perdón, pensé que el gerente era un hombre y usted era la organizadora del evento”. Ese tipo de miradas, las viví y sentí durante mucho tiempo.
-¿Siempre quiso dedicarse a esto, cómo fue que se dio su pasión por el sector?
Siento pasión en todo lo que hago, porque no concibo otra manera de hacer las cosas. Todos los desafíos que aparecieron a lo largo de mi carrera profesional los afronté con suma responsabilidad, compromiso y dedicación. Valoré cada uno de los trabajos en los que me he involucrado, y la Cappro no es una excepción.
Celebro y disfruto cada avance o logro del gremio, porque estoy convencida de su misión, de lograr una mayor industrialización de las materias primas agrícolas que ya se producen en Paraguay, es el camino para el desarrollo sostenible del país. Y saber que con mi trabajo puedo ayudar a generar más oportunidades para todos los paraguayos, es una de las mayores motivaciones que tengo.
-¿Cree importante la participación de las mujeres en el crecimiento del sector?
La participación de las mujeres en el avance del sector es fundamental, basta con decir que la Cappro es uno de los pocos gremios que cuenta con una mujer en la gerencia. Aparte de esto, actualmente en las industrias existen profesionales mujeres en los laboratorios, en las plantas y en los distintos departamentos como RSE, donde se encargan de desarrollar e implementar acciones de impacto social y ambiental, y también ocupan cargos gerenciales. Esta participación va creciendo con los años, y existe el compromiso dentro de las empresas para que siga siendo así.
-Los avances del sector en sí y, ¿qué considera que está pendiente?
La industria aceitera nacional tiene el firme compromiso y la capacidad para convertir al país en un proveedor global de alimentos con valor agregado, que hizo las apuestas más importantes de los últimos 10 años en términos de saldo de inversión extranjera directa, dando un salto en la capacidad de procesamiento de soja de 1,5 millones de toneladas/año a 4,5 millones de toneladas/año.
Pero necesita de políticas públicas enfocadas en promover el desarrollo y la integración de sus cadenas industriales, y a defenderlas ante políticas de otros países que apuntan a llevarse nuestras materias primas para industrializarlas dentro de sus fronteras. Lastimosamente, el 2022 fue el peor año para la industria aceitera nacional y se cerró como el cuarto año consecutivo interanual en caída en la molienda, y este año nuevamente se presenta un panorama gris para la agroindustria. Esperamos que el nuevo Gobierno entienda que, sin una política industrial, el panorama para el sector agroindustrial se vuelve cada vez más complejo.