La industria aceitera nacional considera que al cierre del 2022 se terminó por confirmar el peor año registrado en el sector, teniendo en cuenta factores como la caída en los volúmenes de molienda, exportación, procesamiento e ingresos. En tal sentido, esperan que el clima ya no genere un impacto negativo tan fuerte en la producción durante este 2023.
Es lo que mencionó la Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales (Cappro) en su último informe, donde señalaron que tampoco se llegará a niveles récord. Igualmente, y a pesar de que una parte importante de la cadena de valor de las oleaginosas podría empezar a recuperarse de lo ocurrido el año pasado, la industria aceitera nacional seguirá afrontando una situación delicada, indicaron.
El reporte refiere que al finalizar el año pasado la molienda total de oleaginosas alcanzó 1.900.140 toneladas, una caída del 33% si se compara con el valor obtenido el año pasado y de cerca de 1,3 millones de toneladas con relación al promedio anual de la molienda entre el 2019 y el 2021.
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El procesamiento de soja al cierre del año alcanzó 1.846.427 toneladas, con lo cual la reducción total en comparación al 2021 fue del 34% y de más de 1,3 millones de toneladas con respecto al promedio de los últimos tres años.
En diciembre se procesaron 12.737 toneladas, el menor registro para ese mes desde el 2014. Mientras que se exportaron 58.368 toneladas de productos del complejo soja, con lo cual el volumen total vendido al exterior en el año llegó a 3,91 millones de toneladas, un 54% por debajo de lo que se había conseguido en el 2021.
Con respecto a las exportaciones totales, al cierre del año se generaron divisas por un valor de US$ 2.353 millones, alrededor de US$ 2 mil millones menos con relación al valor récord que se había conseguido en el 2021.
Necesidades del sector
“Pensando a futuro, es clave que el sector público y el privado trabajen juntos en las bases de una política industrial que apunte a aprovechar mejor las materias primas agrícolas que ya producimos y que permita a las agroindustrias competir en igualdad de condiciones con las industrias de otros países”, reiteró el gremio.
Así también, indicaron que la producción local de oleaginosas y cereales es disputada por fábricas de todo el mundo y es allí donde Paraguay no cuenta con todas las herramientas necesarias para poder asegurarle a su industria aceitera las mejores condiciones para competir.
Sostuvieron además que deben superar los desbalances que se generan en el comercio internacional contrarrestando las medidas de desincentivo que se aplican a los productos industrializados, de modo a aprovechar en el país los beneficios de agregar valor a nuestras oleaginosas y cereales.