Luego que de que la Bolsa de Comercio de Rosario publicara que Argentina sufrió una pérdida de la mitad de su cosecha de soja en su principal zona productiva debido a la extendida sequía, que ya afecta a la tercera campaña consecutiva, el diario La Nación-Nación Media conversó con el titular de la Unión de Gremios de la Producción (UGP), Héctor Cristaldo, para ahondar en qué manera esto afecta a Paraguay.

El referente local aseveró, primeramente, que como productores no le desean a nadie lo que en territorio guaraní ya se atravesó durante el 2022, que es lo que está afectando actualmente al vecino país, que está llegando a una pérdida del 50%, recordando que en Paraguay su producción ya cayó 67%.

“Lo que están experimentando en Argentina son pérdidas significativas, eso afecta grandemente al flujo de caja de los productores y la economía del país. Como productores no le deseamos a nadie lo que nosotros experimentamos el año pasado, pero prácticamente están pasando por la misma situación”, expresó el presidente de la UGP.

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Cristaldo manifestó que efectivamente una menor producción en la pampa argentina generará menos oferta y, por ende, podría ayudar a sostener e incluso aumentar los precios. Es así que la menor cosecha es un indicador que se debe tener en cuenta para ver cómo se va comportando el mercado, sin dejar de lado también el factor del dólar, cuya incidencia sin duda es importante.

Hay que mencionar igualmente que Paraguay destina casi el 70% de su producción sojera a la Argentina y por la condición que están enfrentando es probable que aumenten los niveles de compra en la región de modo que puedan mantener operativas las industrias rosarinas, y desde la UGP esperan que esta nueva campaña se pueda tener una buena cosecha para recuperar de alguna manera lo del 2022.

Por otro lado, midiendo también posibles efectos colaterales, Cristaldo apreció que por lo señalado respecto al precio, para la Argentina podría representar en menor capital que luego podría devenir en una mayor devaluación de su moneda y, por consiguiente, una mayor diferencia cambiaria que facilitaría aún más la permeabilidad del contrabando, acotó.

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