La Subsecretaría de Estado de Tributación (SET) emitió la Resolución General N° 125/2023, a través de la cual deja exentas del impuesto al valor agregado (IVA) las materias primas, insumos, equipos, instalaciones y demás bienes que intervengan de forma directa en el proceso de elaboración del biocombustible apto para la utilización en motores diésel. En esa línea, desde el rubro celebran dicha medida, puesto que con ella se logrará mayor competitividad, pero señalan que todavía queda mucho por hacer.
Para la Cámara Paraguaya de Biodiésel (Biocap), la disposición viene a corregir una distorsión que existía en la industria. “La anterior situación generaba una distorsión en el IVA porque se convertía en un costo más para el productor, por ende, complejizaba aún más las posibilidades de producir”, señalaron mediante un comunicado, agregando que esperan que este sea el puntapié inicial para que las autoridades ejerzan una decisión política de acompañamiento al sector.
Al respecto, el presidente de la Biocap, Massimiliano Corsi, sostuvo que esto es apenas un escalón superado, y que queda un pilar fundamental por resolver, el cual es generar mercados. “Paraguay puede ser una potencia regional en la producción de energías renovables, pero si no goza de políticas claras de acompañamiento, las inversiones previstas o en curso pueden dejar de efectuarse”, explicó.
Además, señalaron que actualmente la vigente Ley N°6389/2019 sobre el régimen de promoción para la elaboración sostenible y utilización obligatoria del biocombustible dispone un porcentaje de mezcla que debería estar al 5%. Sin embargo, la cifra se encuentra solo en un 1%, y nuestro país que tiene grandes potenciales como productor de energías renovables está muy atrasado en dicho sentido.
De acuerdo a los números con los que cuenta la región, Brasil tiene previsto llegar al 15% y Argentina ya abarca un 12%, remarcaron. Por ello, a través del manifiesto el gremio instó a los formadores de opiniones y tomadores de decisiones a actuar en pos del desarrollo del país a través del sector de los biocombustibles que genera un impacto económico al poder sustituir las importaciones de carburantes, ahorrando casi el 80% de dióxido de carbono por litro fomentando a la vez el concepto de la independencia energética.