A pesar de todas las recomendaciones internacionales y de las “luces” de alarma que ya muestra la deuda pública de Paraguay, el nivel sigue en crecimiento tras cerrar el noveno mes del año en 35,8% del PIB, según el último reporte del Ministerio de Hacienda.
El saldo de la deuda pública paraguaya cerró el tercer trimestre del 2022 en US$14.670,7 millones y creció 7,6% con respecto al registrado en diciembre del año pasado. De esta manera, la deuda representó 35,8% del producto interno bruto (PIB).
“Además de una deuda por habitante cada vez mayor, el incremento de la deuda también significa mayores pagos por parte del Estado en concepto de servicio de la deuda, que incluye la amortización, los intereses y las comisiones, lo que implica más rigidez en los gastos”, explicaron los analistas de la consultora Mentu, en un análisis.
En particular, los intereses pagados hasta setiembre totalizaron US$ 425,3 millones, superando en 7% al monto abonado en el mismo periodo del año anterior y ubicándose en un 75% por encima del total desembolsado bajo este concepto de enero a setiembre del 2018.
“Esto estaría señalando el efecto que han tenido los continuos shocks externos que se dieron en los últimos años, ante los cuales el fisco tuvo escaso margen de reacción por sí solo. La vuelta al equilibrio fiscal es esencial para evitar trasladar a las generaciones futuras las consecuencias de las dificultades actuales”, especificaron los analistas.
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PGN
Por otro lado, hablando del gasto, el viceministro de Administración Financiera del Ministerio de Hacienda, Marco Elizeche, alertó sobre las consecuencias que generarán las ampliaciones presupuestarias que fueron aprobadas por el Congreso, que en su mayoría consisten en aumentos salariales y que requerirán que se hagan recortes en otros ítems del presupuesto de cada institución del Estado.
Elizeche detalló que el déficit previsto para el 2023 es de 2,3% del producto interno bruto (PIB), lo que llegaría a los US$ 800 millones. De aprobarse todas las ampliaciones presupuestarias, esto significaría unos US$ 1.800 millones adicionales, lo que llevaría a cerrar el año con un déficit fiscal de 4% del PIB.
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“Es más que el préstamo de emergencia, son montos importantes y estamos alertando de esta situación”, advirtió y añadió que ir financiando el presupuesto con deuda no es una opción, dado que todas las ampliaciones presupuestarias corresponden a creaciones de cargos y aumentos salariales.
“Cuando hablamos de recortes en el plan financiero siempre se apunta a aquellos gastos misionales, inversiones, contratos de bienes o servicios porque sí o sí hay que pagar salarios, entonces se van a ver afectados algunos proyectos e inversiones que tenían previstos algunas instituciones”, explicó el alto funcionario de la cartera económica.