El Paraguay tiene gran potencial de alimentar al mundo, incluso puede triplicar su capacidad de producción para abastecer la demanda global, pero para ello, el Estado debe garantizar las políticas públicas necesarias que fomenten las inversiones, pues el sector agrícola representa una de las mayores oportunidades de desarrollo social y económico para el país.
Es lo que concluyeron los referentes del sector, Marcos Medina exministro de Agricultura y Ganadería y Héctor Cristaldo, titular de la Unión de Gremios de la Producción (UGP), en el espacio de Plaza Pública Dende en el que abordaron el rubro agrícola, la soja como motor de crecimiento para unos, causa de problemas sociales y ambientales para otros,
“Paraguay es uno de los países que no solo tiene la oportunidad de proveer, sino que tiene la gran responsabilidad de hacerlo y creo que tenemos que ser muy conscientes del rol que tenemos actualmente en el mundo. Para eso, es preciso llegar a niveles de producción rentables con incorporación de tecnología y conocimiento”, expresó Medina.
Es allí donde el rol del Estado es sumamente importante, pues si bien el sector privado financia investigaciones y apoya a los pequeños productores, se necesita de políticas públicas que permitan mayores oportunidades a las pequeñas fincas, proveyendo información y realizando investigaciones para mejorar la productividad, aseveró el exministro.
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Para fortalecer al sector, es preciso además alianzas público-privada, y si bien el Estado aún es débil y desorganizado en muchos aspectos, dijo, es necesario aliarse con el sector privado y que este último, debe empoderarse en la medida de las posibilidades también financiar las políticas públicas de interés para el sector.
Apuesta al pequeño productor
Para Cristaldo, mejorar la producción pasa por una capacitación constante a los pequeños productores, que permitirá no solo mejorar el rendimiento sino también derribar algunos mitos relacionados con la soja, principalmente, pues 43.000 pequeños productores de menos de 20 hectáreas están tecnificados, ya sea produciendo chía, sésamo, soja, maíz y lograron insertarse en la cadena lechera gracias al apoyo técnico recibido, principalmente del sector privado, remarcó.
“¿Es culpa de los rubros agrícolas o de las políticas públicas ese atraso en el campo? Esa es la gran pregunta que hacemos a los organismos multilaterales, que a pesar de destinar más de US$ 4.500 millones a la pequeña agricultura en los últimos 25 años, no se observan grandes cambios”, sentenció.
Al tiempo de explicar que eso se debe porque quienes elaboran las recetas no conocen la realidad del campo, y no contemplan la corrupción como una problemática real que afecta a los pequeños productores, añadió.
En tanto que el titular de Dende, Alberto Acosta Garbarino, apreció que el complejo agrícola históricamente fue fundamental para el país, pero fue la aparición de la soja la que impulsó el crecimiento acelerado del sector y convirtió a Paraguay en el quinto mayor productor del mundo, generando ingreso de divisas en las últimas décadas.
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