Édgar Ortiz, miembro de la Asociación de Cañicultores de Troche, manifestó que necesitan un nuevo tren de molienda para aumentar la capacidad de producción de la caña de azúcar para la planta de Petropar. Denunció que hace tiempo se adjudicó la construcción a una empresa, pero hasta el momento no se avanzó con la obra.
En comunicación con la radio 1020 AM, el agremiado afirmó que la empresa adjudicada con la obra ya recibió el 20% del pago para la construcción de esta obra, unos US$ 6 millones, que costará un total de US$ 28 millones. Explicó que quisieron investigar sobre la obra, pero hasta el momento no tuvieron respuestas; en tanto, tienen información que desde el Brasil aún no avanzaron con el equipo que se deberá instalar para el nuevo tren.
Comentó que ante la falta de un nuevo molino están entrando en pérdidas millonarias sin la posibilidad de vender su producción en tiempo y forma, por lo que siguen luchando por la construcción de esta planta. “Hasta el momento no tenemos respuestas, mucho menos de Petropar. Ese señor que se fue (Denis Lichi) nunca puso la cara como responsable de Petropar”, expresó Ortiz.
Atendiendo todo el dinero que ya se depositó, refirió que la obra tendría que estar con un avance del 70%, también según lo establecido en el cronograma de trabajo. Aclaró que en el mes de febrero del año próximo se debía estar entregando ya el nuevo tren de molienda a fin de inaugurarse en marzo de ese mismo año, pero hasta el momento no se observan avances.
Aseguró que la situación está bastante complicada para los explotadores de este rubro debido a que desde hace cuatro años están vendiendo muy por debajo del precio de producción, pese a que este año, tras una conversación con el gremio, llegaron a un acuerdo de subir unos G. 20. Detalló en ese sentido que actualmente se está vendiendo a unos G. 240.000 por tonelada, mientras que ellos habían solicitado unos G. 280.000.
Tras esta incierta situación, expresó que todos los miembros del gremio decidieron parar la producción debido a que ya no abastece y dejaron de proveer alcohol a la planta petrolera estatal. Este complicado panorama afecta a unas 45.000 familias, quienes dependen de todo el trabajo que se realiza en la zona con este rubro en específico.
Leé más: Comerciantes de Salto del Guairá reportan panorama desalentador