Según analizó el sector industrial, actualmente los tiempos son inciertos y complicados. Enmarcados en los cuatro años de gestión del presidente de la República, Mario Abdo Benítez, afirmaron que si bien hubo aciertos, también hay una gran cantidad de puntos que mejorar. Por eso la elaboración de una política industrial podría ayudar a que un mejor clima de negocios se establezca en el país.
“Se debe consensuar y mejorar las políticas públicas en cuanto al sector industrial. Debemos pensar y actuar rápido en temas como nuevas unidades de generación eléctrica, sistema de saneamiento y agua potable, transporte ferroviario integrado y mucho otros puntos más”, dijo a La Nación Enrique Duarte, presidente de la Unión Industrial Paraguaya (UIP).
Asimismo, recalcó que la visión respecto a lo económico debe ser más abarcativa. “Siempre alabamos lo macro, pero en lo micro tenemos muchos desafíos como la competencia desleal de una economía informal”, manifestó y explicó que el contrabando es el mayor riesgo para las empresas paraguayas y sus trabajadores.
Sostuvo que como la pandemia ha golpeado a todos los sectores, hay que potenciar a aquellos que generan empleos de calidad y que las cuestiones electorales deben separarse del ámbito económico. “El electoralismo y el populismo político debe tratar de disociarse de todo aquello que tenga influencia sobre los factores que hacen a la economía”, indicó.
Clima de negocios
Sobre el clima de negocios, Duarte apuntó que este es bueno como para generar curiosidad sobre el país, pero que impulsar el plan industrial es necesario para captar nuevas inversiones. “Evitar aquellas acciones que dañen la reputación del país y lograr una verdadera seguridad jurídica y lucha contra la impunidad”, remarcó.
La industria incluso con la pandemia de por medio ha sido capaz de mitigar los efectos de una globalización que reaccionó desconcertada, manifestó el titular del gremio. “Las naciones no pueden renunciar a construir su soberanía sanitaria y alimentaria sin una plataforma industrial, por ello debemos consensuar y trabajar en la elaboración de una verdadera política industrial”, indicó.
Para aumentar el grado de inversión se necesita “previsibilidad, estabilidad, instituciones dirigidas por personas íntegras con medidas y acciones acordes al interés general y no sectorial así como la generación de proyectos de leyes que no aumenten el déficit fiscal”. Las instituciones deben estar preparadas para los cambios sin periodos traumatizantes que perjudiquen a todos, puntualizó Duarte.
Efecto de la pandemia
Desde la Asociación de micro, pequeñas y medianas empresas (Asomipymes) mencionaron que la pandemia empeoró muchos aspectos de la economía. “A lo mejor tuvieron buenas intenciones, pero no se pudieron lograr porque la economía paró en todo el mundo y nos hubiera gustado que hagan más cosas”, expresó a La Nación la presidenta del gremio, Guillermina Imlach.
Temas como políticas públicas, seguridad social y créditos son parte de los problemas que les aqueja. “Hay todavía una gran brecha entre en Gobierno y las mipymes que hay que solucionar. En estos cuatro años tratamos de sobrevivir entre todos porque el Gobierno no sintió la pandemia, a ellos nunca les faltó el dinero“, remarcó.
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También señaló que imperó la falta de equidad en cuanto a salarios. “Esa fue una cuestión que se les escapó y faltó controlar, no podés en plena pandemia estar dando salarios y nosotros tuvimos que bajarlos incluso para poder sobrevivir“, contó.
“Si hay ayuda no económica sino de políticas públicas para el sector como insertarnos en la parte financiera esto mucho más rápido va a despegar“, dijo. También se refirió a las compras del Estado y añadió que solo el 8,5% de los emprendimientos proveen a las instituciones estatales a raíz de que las mismas favorecen a las grandes empresas.
“La micro, pequeñas y medianas empresas no pueden esperar 180 días. Debería haber una política que incluya al sector a 30 días y que estipulen eso“, subrayó Imlach. Del mismo modo, la representante del gremio destacó que los créditos son solo de consumo y no de inversión, por lo que debería existir una diferenciación con las microindustrias.
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