Ayer miércoles, el presidente de la República, Mario Abdo Benítez, anunció con bombos y platillos las reformas económicas en el marco de un plan de “mitigación económica”. Esto evidentemente se da a raíz de que aparentemente Abdo Benítez se está dando cuenta por fin de la preocupante y feroz crisis económica que sufre el país, situación calificada por economistas y profesionales del rubro como la peor de toda la era democrática.

Dentro de la larga lista de deudas del Estado, se encuentra la morosidad del Gobierno con las empresas constructoras, algo que ayer el jefe de Estado ni siquiera consideró en su anuncio. Desde la Cámara Paraguaya de la Industria de la Construcción (Capaco) dicen estar sorprendidos de que el Gobierno no haya hecho una mínima mención al respecto, pero así también apuntaron contra los legisladores porque son ellos quienes deben aprobar los créditos para el pago de deudas.

“Realmente nos llamó la atención de que no se haya mencionado tampoco el próximo pago que habría para subsanar la deuda tan grande que tiene el Estado hoy con las empresas contratistas, no solo vialeras, sino con las distintas empresas que están construyendo todo tipo de obras en el país”, mencionó Daniel Díaz de Vivar, presidente de la Capaco, en el programa Apunto, emitido por GEN/Nación Media.

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“Más allá de eso, creo que es el Parlamento el que tiene que aprobar los créditos que son para el pago de la deuda, pero por la burocracia que hay, estamos estancados”, refirió. Según un censo realizado el primer semestre del año, hubo una pérdida de empleo en el sector de la construcción de unas 38.000 personas, eso sumado a la falta de pagos y reactivación de obras.

“El año 2019 cerramos bastante bien, luego se desaceleró un poco, vino la pandemia, el Estado para mitigar invirtió en obras públicas de modo a poder desparramar un poco y esparcir el dinero en el interior del país a través de las obras, vino el 2020 bastante bien pero a partir del 2021 venimos con un retardo financiero, la cadena de trabajo se está cortando y eso es peligroso porque no existe una proyección de trabajo a futuro”, puntualizó Díaz De Vivar.

El ingeniero dejó entrever que las entidades bancarias están preocupadas porque la deuda que tiene Capaco es precisamente con los bancos. El titular del gremio dijo que es una bomba de tiempo lo que se vive actualmente. “Nosotros les debemos realmente a ellos, y a toda esta situación se debe sumar la inflación de este año, que se disparó en el primer semestre, el ajuste de los precios, el combustible, el hierro, el cemento, todo eso influye en el sector de la construcción, realmente es una bomba de tiempo lo que está ocurriendo”, finalizó.

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