Paraguay participó en el primer evento internacional de cáñamo industrial, denominado “Regenerative Cannabis Live”, realizado el jueves 5 de mayo, en la sede de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en Nueva York (EEUU). El enfoque fue el desarrollo de una “economía regenerativa” basada en esta producción del cannabis, con el objetivo de sacar a miles de familias de la pobreza extrema, incluyendo pequeñas granjas familiares y comunidades indígenas, generando así un impacto socioeconómico sostenible.
Tras un largo proceso, Paraguay logró implementar al cáñamo en la diversificación de cultivos, que, por un lado, además de ser un rubro productivo, también se convierte en el primer país del mundo en tener una validación de la captura de carbono en una variedad de aplicaciones de cáñamo industrial, convirtiéndose así en una nación de carbono positivo en los próximos años.
Es lo que manifestó a La Nación-Nación Media, el presidente de la presidente de la Cámara Cáñamo Industrial del Paraguay (CCIP), Marcelo Demp, quien estuvo en el evento en Norteamérica representado al país junto con el ministro de Agricultura y Ganadería (MAG), Moisés Santiago Bertoni. Al respecto, mencionó que, teniendo en cuenta el potencial del cáñamo, se prevé que en pocos años genere un impacto medioambiental, social y económico a largo plazo para el crecimiento y desarrollo del país.
“Paraguay es la primera nación del mundo en trabajar con sectores vulnerables de la población, con un modelo de siembra que va desde el apoyo con materia prima, capacitación y apoyo técnico, y una compra del 100% de la producción de cada familia agricultora campesina e indígena”, expresó Demp. Señaló a la vez que actualmente ya se cuenta con una validación de captura de carbono, lo que demuestra que todas las plantaciones en el territorio nacional son carbono neutral positivo, capturando 72,22 toneladas de CO2 por hectárea.
Economía circular
En ese sentido, desde el gremio se encuentran creando proyectos sociales en conjunto con las entidades del estado, así como alianzas con fundaciones que también luchan contra la pobreza, hecho que llamó la atención de los organizadores del evento internacional, por lo que acercaron la invitación a la delegación nacional.
El titular de la CCIP remarcó que la idea es que desde el Gobierno se pueda explicar el camino que transitó Paraguay para ser hoy un ejemplo de cannabis industrial no psicoactivo, que se viene desarrollando con la agricultura familiar campesina y comunidades indígenas. Reiteró que lo interesante es que se genera un impacto no solamente a nivel socioeconómico, sino que repercute a su vez en una economía circular, capturando incluso carbono, demostrando y buscando aprovechar todo el valor agregado.
La delegación paraguaya fue la seleccionada para cerrar como broche de oro el prestigioso evento, ante unos 260 miembros de países interesados en desarrollar esta industria, a más de discutir estrategias sostenibles para un futuro más inclusivo y próspero desde el rubro a nivel mundial.