No es nuevo que Brasil sea uno de los destinos preferidos por los paraguayos, pues en plena pandemia, con las primeras medidas sanitarias que empezaron a permitir el ingreso de turistas, fue el primero en ser visitado por sus increíbles playas que invitan a ser una alternativa ideal para los días de descanso y disfrute.
Y conforme a las estadísticas de la Dirección de Migraciones, para esta Semana Santa estuvieron cruzando la frontera al menos 2.000 paraguayos por día con destino al vecino país, situación que ya se había presentado para las vacaciones de fin de año.
Lo que muchos quizás no sabían es que Brasil también resulta una alternativa interesante para realizar turismo religioso, pues cuenta con ocho iglesias que no solo son lugares de devoción, sino un patrimonio arquitectónico que goza de características peculiares desde construcciones barrocas hasta diseños vanguardistas.
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Y efectivamente, los paraguayos se encuentran aprovechando, al igual que las playas, los distintos atractivos en el turismo religioso, según compartió el titular del Instituto Brasileño de Turismo (Embratur), Silvio Nascimento.
Conexión espiritual
“El turismo religioso es tendencia en Brasil, así como en el resto del mundo, y podemos recibir aún más visitantes paraguayos y del Mercosur en busca de esa conexión espiritual que es también una inmersión increíble en la historia y cultura de Brasil, al igual que en Paraguay”, expresó.
Resaltó igualmente que las iglesias esparcidas por todos los rincones del vecino país narran desde la historia colonial hasta el pasado reciente en los años 50 y 60, por lo que ofrece mucho contenido no solo para el turista religioso, sino para todos los amantes de la historia y de la arquitectura.
Es así que citó a tales como la Iglesia de San Francisco de Asís, en Belo Horizonte, un verdadero museo en forma de templo, conocida también como Igreja da Pampulha, encargada por quien fuera alcalde del municipio, Juscelino Kubitschek, al célebre arquitecto Óscar Niemeyer.
Algo que muchos no saben es que en lo alto del Corcovado, en la base que sostiene la estatua del Cristo Redentor, hay una pequeña capilla impecablemente decorada y con vocación internacional, denominada como la iglesia de Nuestra Señora de Aparecida, en el Parque Nacional de Tijuca, en Río de Janeiro. Desde la capilla se pueden divisar las bellas playas de Flamengo, el puente Río-Niteroi, el Pão de Açucar, la laguna Rodrigo de Freitas y las playas de Copacabana e Ipanema.
Le siguen la iglesia Nuestra Señora de Loreto, en Ilha dos Frades, Bahía, convirtiéndose en una de las postales más bellas de la isla. También la iglesia de Nuestra Señora de Brasil en San Pablo, siendo la parroquia el principal punto de referencia del barrio paulistano de Jardim América, ubicado en el oeste de la capital.
Monumentos arquitectónicos
Otra interesante apuesta para visitar es la Catedral Metropolitana en Brasilia, es el primer monumento arquitectónico construido en Brasilia y una de las obras más célebres firmadas por el arquitecto Óscar Niemeyer.
Nuestra Señora de Lourdes, en Canela, Río Grande do Sul, popularmente conocida como Catedral de Pedra, la Iglesia de Nossa Senhora de Lourdes es un hito en la ciudad de Canela, en las Sierras Gaúchas. Así también, la iglesia Nuestra Señora en Portas do Carmo, en Ouro Preto, Minas Gerais, un notorio ejemplo de la tradición rococó en Brasil.
Y en octavo lugar, la Iglesia y Convento de San Francisco, en Salvador, Bahía, una de las más lujosas, fundada en 1686 por el superior franciscano Frei Vicente das Chagas. Con una fachada es simple, pero con un interior para dejar boquiabierto a cualquier visitante por su sofisticación, destaca el boletín de prensa.