Desde el inicio del año se hablaba de una economía en crisis, que se fue profundizando al cierre del primer trimestre del 2022. Hoy, los datos a corto plazo del Banco Central del Paraguay (BCP) confirman la caída económica, ya que en febrero la actividad interanual fue de -4,3%. Esto provoca una retracción económica en el primer bimestre del año de 0,8%.
Todo indica que la caída abrupta está relacionada a la producción, pues el Índice Mensual de la Actividad Económica Paraguaya (Imaep) sin agricultura ni binacionales registró un aumento interanual de 3,4% y, con este resultado, acumula un crecimiento de 6,5% en lo que va del año.
El reporte divulgado por el BCP indica que el comportamiento interanual del mes incidieron principalmente los desempeños negativos registrados en la agricultura, la generación de energía eléctrica y la ganadería. No obstante, los resultados positivos de los servicios, las manufacturas y la construcción han atenuado la caída de la actividad económica.
El resultado de la actividad agrícola, en base a las últimas informaciones disponibles, verifica una contracción debido a los menores niveles de producción agrícola, fundamentalmente de la soja, afectada por condiciones climáticas adversas (sequía).
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La generación de energía eléctrica de las binacionales continúa mostrando un resultado negativo, debido al reducido caudal hídrico del río Paraná. Por su parte, la ganadería mostró una dinámica negativa, debido al menor nivel de faenamiento de bovinos, porcinos, aves y, en menor medida, por una contracción en la producción de huevos y de leche cruda.
Servicios y manufacturas
En los servicios, se destacan los desempeños positivos verificados en el comercio, restaurantes y hoteles, servicios a las empresas, servicios a los hogares, transportes e intermediación financiera. Sin embargo, verificaron resultados negativos los servicios gubernamentales, las telecomunicaciones y los servicios de información.
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Dentro de las manufacturas, las actividades que incidieron positivamente fueron la producción de aceites, molinerías y panaderías, lácteos, bebidas y tabacos, químico-farmacéuticos, productos del papel, madera y minerales no metálicos. No obstante, estos resultados favorables fueron atenuados por las variaciones negativas verificadas en la producción de carnes, textiles y prendas de vestir, metales comunes y la fabricación de productos metálicos.
La actividad de la construcción presentó un incremento interanual. Esto también se reflejó en un aumento en la demanda de los principales insumos empleados por el sector.