Las óptimas condiciones ambientales del Refugio Biológico Mbaracayú dieron lugar a que los integrantes del Comité de Apicultores “Itaipú Poty” consigan producir miel de abeja de alta pureza, permitiéndoles esto a su vez generar ingresos económicos extra para sus familias, cooperando con la preservación de las especies de abejas melíferas y la producción de semillas de calidad. Todo esto es llevado a cabo dentro de la Reserva de Biósfera Itaipú (RBI).
Este representa un caso de éxito más de la producción sostenible y en armonía con la naturaleza que se lleva adelante dentro del Refugio Biológico Mbaracayú, el cual integra el Sistema de Áreas Silvestres Protegidas por Itaipú. Se trata de un refugio localizado en la frontera seca entre los municipios de Salto del Guairá (Paraguay) y Mundo Novo (Brasil). Forma parte además de la zona núcleo de la RBI.
En este espacio natural, el Comité de Apicultores Itaipú Poty inició la producción melera hace ya casi 20 años, siempre respetando las condiciones de preservación del lugar. El emprendimiento arrancó con 10 integrantes y actualmente suman 14, comentó Carlos López, uno de los integrantes del comité. El mismo cuenta con 35 colmenas; la producción, que depende principalmente de la floración y del medio ambiente, ronda los 35 litros de miel por año.
Lea también: Presidente de la Asoban: “Es importante respetar la institucionalidad del país”
Los clientes son en su mayoría pobladores de la ciudad de Salto del Guairá, quienes se informan por medio de las redes sociales de los días de cosecha. López cuenta que aplican un modelo de trabajo colaborativo. Según la disponibilidad de cada integrante, se organizan en grupos para realizar las tareas de cuidado de las colmenas, asegurando que se den las condiciones básicas de producción.
El entorno único que ofrece el lugar favorece la obtención de una miel con características muy especiales. “Acá en Salto del Guairá hay muchas flores, lo que permite producir una miel multifloral, que influye en el sabor. Tampoco se adultera dentro del bosque; acá en la reserva no hay contaminación”, comentó López.
En cuanto a los beneficios que aporta la apicultura al medio ambiente, el productor destacó la preservación de la abeja melífera, la polinización de las flores y la capacidad que tienen las abejas de ahuyentar a los insectos comedores de frutas, lo cual permite a su vez la producción de semillas de calidad, de manera a conservar la biodiversidad de la zona boscosa donde están instaladas las colmenas.
Lea también: La Asociación de Criadores de Brangus del Paraguay eligió a su nuevo presidente