Imágenes de estaciones de servicios vacías, desoladas y sin automóviles que recargan sus tanques son la constante en los emblemas del sector privado tras la aprobación del subsidio a los combustibles de Petropar, la petrolera estatal, con reducción en los precios. Situación que, sin duda, pone en desventaja al rubro del sector privado.
El empresario y miembro de la Asociación de Propietarios y Operadores de Estaciones de Servicio y Afines (Apesa), Alejandro Guggiari, catalogó al contexto actual como “catastrófico”, atendiendo que son más de 2.250 los establecimientos que no pertenecen a Petropar y que emplean entre 12 a 18 funcionarios cada uno los afectados por la coyuntura actual.
“La verdad, estamos en una situación catastrófica. El pasivo que va a generar al Estado la subvención que se hizo a los combustibles de Petropar parece que ni se imaginan. Acá lo preocupante es que al valor que se vende el combustible a través de la estatal es una supuesta solución, hoy, pero significa hambre para mañana”, expresó para La Nación.
Caída en ventas de 40% a 50%
Guggiari mencionó que el alto precio de los combustibles responde a un problema mundial, totalmente ajeno al gobierno local, a raíz de la crisis del petróleo como consecuencia de la guerra entre Rusia y Ucrania. Sin embargo, no hubo ninguna previsión y la medida que se tomó finalmente no es la mejor para el rubro.
Es importante aclarar que Petropar ya vendía combustible por debajo del valor real, fuera del subsidio, pero ahora comercializa ciertos tipos de combustibles hasta a G. 2.500 menos por litro. Monto con el que es imposible de competir.
“Ojalá que se identifique y se responsabilice a estos actores, porque a través de presiones de cierre de ruta forzaron a aplicar una ley de subsidio a un producto que es 100% importado. Cuando termine esto, además de lo que Petropar ya le debe a PDVSA, acumulará otra importantísima deuda, que terminará siendo pagada por los contribuyentes que, incluso, no llegarán a beneficiarse con esto”, agregó.
El empresario señaló igualmente que las estaciones de servicio de los emblemas privados ya registraron caída en las ventas, de entre 40% a 50%, por lo que lamentó que los parlamentarios hayan aprobado una “ley parche que representa una bomba de tiempo”. Al parecer, no entendieron las consecuencias que acarrearían al replicar malas experiencias de países de la región, remarcó.
Otra realidad que describió el referente de Apesa es que Petropar no tendrá la operativa logística para garantizar el abastecimiento de todo el mercado nacional, ya que cuenta solamente con 230 sucursales, incapaces de cubrir la demanda de todo el país, por no contar con la cantidad suficiente de camiones.
Sin intervención
Sin bien para el sector privado no hay dudas de que existe una competencia desleal en el rubro a causa del subsidio a Petropar; desde la Comisión Nacional de la Competencia (Conacom) señalan que básicamente no pueden intervenir, debido a que la ley del subsidio fue aprobada vía excepción.
“Respecto de las facultades de la Dirección de Investigación de la Conacom, nos veríamos imposibilitados a intervenir por la existencia de una excepción legal, que fue como se aprobó la normativa”, sostuvo a La Nación el director de investigaciones de la Conacom, Gustavo Benítez.
Esto, con base en la Ley Nº 4956 de “Defensa de la Competencia”, inciso 4, que señala que el ejercicio de un derecho, facultad o prerrogativa excepcional otorgada o reconocida por Ley, no se considerará práctica anticompetitiva ni abuso de posición dominante, precisó Benítez.