La propuesta del Gobierno de subsidiar el precio de combustible a través de un fondo de US$ 100 millones, cuyo origen sería un nuevo préstamo ya aprobado por un organismo internacional, no está siendo aceptada por los sectores económicos y los expertos salen al paso a aportar con sus análisis y recomendaciones.
En este caso, para el economista y exministro de Hacienda Manuel Ferreira, los subsidios hay que mantenerlos en la medida en que se puedan sostener, por un lado, y por el otro, señala que todavía hay mucho espacio en el Estado para aplicar recortes, pero que efectivamente deben ser tratados con prudencia y de carácter especial.
“Deficiencias hay en muchas partes, de donde se pueda recortar, pero no es un proceso rápido. Siempre los subsidios los tenemos que mantener en la medida en que los podamos sostener y si no lo podemos hacer, hay que tratar de evitar eso”, expresó Ferreira en contacto con la 1000 AM.
Por sobre todo, es preciso un gobierno que tenga también mucho poder, lo cual no se está percibiendo mucho, teniendo en cuenta que es una administración que se encuentra al final de su mandato, por lo que indefectiblemente no es fácil y más bien es complicado hacerlo en el corto plazo.
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Alternativas
Como alternativas de dónde se puede evaluar aplicar los recortes, ejemplificó la cantidad de dinero que se utiliza en horas extras, que muchas veces ni se cumplen y que no sirven para nada, también tiene mucho margen, pero habría que ver cómo desenmarañar estos hilos que a la vez tomará mucho tiempo hacerlo como reforma, aclaró.
Así también, mencionó el caso de los alquileres del Estado en los que se gasta mucho dinero en estos inmuebles ajenos, estimando entre US$ 2 millones y US$ 3 millones mensuales. “Un ejemplo es la Casa del Buen Pastor, que no puede estar ubicada en medio de la ciudad”, remarcó el economista. Si bien en el corto plazo será poco lo que se pueda hacer, pero sí son programas que deben encararse permanentemente para generar mejoras en la administración pública.
En ese sentido, el exministro señaló que el principal problema es la reducción que se pueda tener en ingresos públicos y que eso se traduzca en un déficit estructural que al final termine pateando en contra, por lo que también quiso tener mucho cuidado en opinar sobre cómo ajustar las cuentas públicas, acotó.
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