Desde hace varios días, los trabajadores del sector panificados se vienen cuestionando si deben o no realizar un incremento en el precio de sus productos, debido a los altos costos que representa actualmente el negocio por los aumentos de las materias primas y por sobre todo, el combustible.
No obstante, por el momento, decidieron no aplicar una suba a los panificados siempre que los insumos no vuelvan a trepar, pues de lo contrario se volverá insostenible la situación y afectará a los empleos. Es lo que manifestó a La Nación, Ramón Villalba, presidente del Centro de Propietarios de Panaderías y Fideerías (CPPF), con relación a los últimos acontecimientos en torno a la presión inflacionaria.
“Está complicada la situación en general y en nuestro caso también porque hay poca venta, todos los precios están subiendo y por el momento lo que estamos haciendo es aguantar, absorber márgenes porque si no, a los clientes también les afecta y dejan de comprar”, expresó.
Señaló que están en constante conversación entre los colegas, evaluando los posibles aumentos, pero prefieren esperar hasta donde aguanten, de modo a que el golpe al bolsillo de la ciudadanía no sea tan fuerte.
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Se gasta el doble en combustible
Con relación a cómo les afecta el tema de los nuevos precios del combustible, explicó que las panaderías tienen que realizar los repartos de sus productos para hacerlos llegar a las despensas y almacenes de barrio, por lo que cada vez les cuesta más caro llegar a los puntos de venta.
“Antes por G. 100 mil cargabas 18 litros en promedio para el recorrido diario, hoy apenas te rinde 10 litros, se debe gastar casi el doble en combustible solo para salir a entregar tus panificados, está muy caro”, agregó Villalba.
Así también están los demás insumos como la harina, bolsas para el empaquetado, la mano de obra, mantenimiento de maquinarias, algunos que utilizan gas, el consumo de agua, la energía eléctrica, además de los impuestos y seguros sociales con los que se tiene que estar al día. Solo por citar algunos, mencionó que el azúcar está en G. 210 mil la bolsa de 50 kg, mientras que la manteca subió a los G. 157 mil el paquete de 10 Kg, además de la levadura y otros componentes.
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Precios
En cuanto a los precios, mencionó que la galleta referencial está en G. 8.000 a 9.000 tras la última suba de hace unas 3 semanas, valor comercializado a las despensas, y estas a su vez vuelven a venderla en promedio a G. 12.000 hasta 15.000. El coquito lo venden a G. 13.000 y los comercios entre G. 15.000 a 16.000.
Aparte, indicó que también sufren de mucha competencia con los supermercados, ya que tienen que luchar con sus precios para seguir trabajando aquellos que pueden, pues solo en el caso de la ciudad de San Lorenzo, de unas 40 panaderías que existían, actualmente quedan unas 25 a lo sumo, lamentó.