El Banco Central del Paraguay (BCP) se muestra “dubitativo” en la lucha contra la inflación en la forma en que aplica su política monetaria, según expresó el economista y expresidente de la banca matriz Carlos Fernández Valdovinos en un extenso análisis.
Sobre el punto, el doctor en economía indicó que una característica distintiva de la inflación actual es su ubicuidad. A fines del 2021, el 71% de países emergentes y en desarrollo registraba una inflación mayor al 5%. Entre economías avanzadas, este porcentaje era del 44%.
“Claramente existen factores comunes y exógenos (suba en precio de alimentos y petróleo, problemas de logística, etcétera), pero también elementos domésticos (algunos exógenos como el clima, pero otros discrecionales como la política económica) que explican esta mayor inflación”, agregó.
A su vez, estos elementos domésticos ayudan a explicar por qué la “alta inflación” es “más alta” en ciertos países. Con el resultado de febrero, la inflación interanual de Paraguay se ubicó básicamente como la segunda más alta de la región. Y para peor, se muestra muy persistente, enfatizó el economista.
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Amerita reacción de política
En efecto, el “fenómeno” no puede ser considerado un evento transitorio (como es mencionado por ciertas autoridades). La inflación mensual promedio de los últimos 20 meses es de 0,6% (una tasa anualizada de 7,2%). Esto no es temporal y amerita una reacción clara de política, recalcó Fernández Valdovinos.
“Pero el BCP se ha mostrado dubitativo en la lucha contra la inflación. Se observaron ajustes decisivos en la tasa de política en el segundo semestre del 2021 (hasta 125 puntos básicos), pero inexplicablemente los mismos fueron meramente marginales (25 puntos básicos) en enero y febrero de este año”, alegó.
El resultado final es un nivel de tasa de política claramente insuficiente para atenuar las presiones inflacionarias, enfatizó. La misma no solo permanece significativamente negativa en términos reales, sino que es la menor comparada con otros bancos centrales de la región, dijo.
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Giro de política
En ese marco, comentó que, en los años ‘70s, los bancos centrales de muchos países hicieron demasiado poco y demasiado tarde para enfrentar la inflación desatada por el choque petrolero. Los costos de largo plazo (los ajustes draconianos posteriores) fueron mayores, incluyendo la segunda mayor recesión de la posguerra en EEUU.
“La inflación solo es transitoria si se implementa una política monetaria adecuada. Decir que todo es exógeno, es insuficiente. El BCP debe dar un giro a su política reciente para volver a recuperar credibilidad y evitar el desanclaje de las expectativas. Es prevenir, no curar”, finalizó.