A muchos pareciera que la guerra entre Rusia y Ucrania les resulta ajena o muy lejana de la realidad nacional, lo cual es un error, pues los actos bélicos también inciden indirectamente en la economía local perjudicando a la población. Sobre el tema opinó el empresario y miembro de la Cámara de Anunciantes del Paraguay (CAP), Carlos Jorge Biedermann, en contacto con la 1330 AM, quien brindó sus apreciaciones en cuanto a las afecciones del contexto para el mercado interno.
Indicó que, sin duda, el conflicto genera mucha incertidumbre y que viene a complicar la situación luego de que el mundo fuera azotado primero por una pandemia, y cuando esta aparenta llegar a su etapa final, surge una guerra a la que calificó como despiadada y agresiva del siglo XX para atrás. Pero el mundo ya no es el del siglo pasado, pues en paralelo también se contrapone un nuevo modelo de guerra, la de la sociedad del conocimiento, en el que muchos países y potencias mundiales le están bloqueando al Estado ruso por los ataques producidos contra el Estado ucraniano, dijo.
“El mundo como nunca está teniendo problemas y nosotros vamos a agregar más problemas económicos a todo esto. Para algunos en nuestro país solo preocupan las cuestiones internas, que de hecho son nuestros problemas, hay que entender que esto es desafío, es un peligro porque es un tema planetario desde que se habla de amenazas nucleares”, expresó Biedermann.
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Consecuencias inmediatas
En cuanto al efecto dominó que produce un acontecimiento como la confrontación entre estos países, a Paraguay, en primer lugar, afecta el tema del petróleo y, en segundo lugar, el transporte. Esto teniendo en cuenta que Rusia es uno de los países con mayores flotas en el transporte de petróleo, que al haber sido bloqueado este servicio, como represalia por muchos países, afectará a la cadena de suministro a nivel global.
“Estamos sufriendo las consecuencias, no olvidemos que nosotros no producimos un litro de combustible fósil, importamos todo y se va volver más caro o va a llegar con más dificultades, que igualmente generan sobrecosto porque Rusia es un gran productor de petróleo y gas”, explicó el empresario.
Por consiguiente, al encarecerse o experimentar una menor oferta del carburante, otros sectores dependientes también se ven obligados a aumentar sus precios, lo que a la vez genera un efecto rebote en beneficio del contrabando, sostuvo. “Así el contrabando está feliz, disfrutando de todas las garantías y libertades posibles como nunca, porque a medida que los precios se encarecen y los países vecinos tienen políticas cambiarias o monetarias que a nosotros nos vienen mal, la compra informal está cada vez mejor”, remarcó.
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Esta situación se da a la vez debido a que la población que tiene menos dinero o menores condiciones busca siempre estas supuestas “mejores opciones” en precios y dejan de lado lo que es legal, generándose así los cierres de empresas y despidos, lamentó Biedermann.
En tanto que el sistema público a cargo de controlar hace lo mínimo o no hace nada, a más de seguir controlando solo a los legales, asediando a las empresas formales y dejando completamente de lado a los ilegales que están con “arco libre”, acotó.
Es así que como país se deberían tomar todas las medidas necesarias para prever peores escenarios, empezando por gastar mejor el poco dinero que tiene el Estado, manejar con mucha más responsabilidad el gasto público y contar con una reserva de contingencia para enfrentar situaciones, pues no se sabe qué puede pasar.