La Unión Europea, el gobierno de los Estados Unidos, el del Reino Unido y sus aliados acordaron excluir a varios bancos rusos de la plataforma SWIFT, un sistema de pagos internacionales utilizado por miles de instituciones financieras. La medida tiene como objetivo impactar la red bancaria rusa y su acceso a fondos a través del sistema SWIFT, que es fundamental para la transacción fluida de dinero en todo el mundo.
La Sociedad para la Telecomunicación Interbancaria y Financiera Mundial (SWIFT, por las siglas del inglés, Society for Worldwide Interbank Financial Telecommunication) es el principal sistema de mensajería que utilizan los bancos para realizar pagos transfronterizos rápidos y seguros. Creado en 1973 y con sede en Bélgica, SWIFT vincula a 11.000 bancos e instituciones en más de 200 países.
En síntesis, el SWIFT es una especie de sistema de mensajería instantánea, que informa a los usuarios cuando sus pagos se han enviado o cuando los reciben. Envía más de 40 millones de mensajes al día, mientras miles de millones de dólares cambian de manos entre empresas, gobiernos y personas particulares mediante el mismo día a día. Se cree que más del 1% de los millones de dólares que se intercambian gracias a él involucran a empresas o instituciones rusas.
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¿Quién controla SWIFT?
SWIFT fue creado por bancos estadounidenses y europeos que no querían que una sola institución desarrollara su propio sistema y tuviera un monopolio. La red ahora es propiedad conjunta de más de 2.000 bancos e instituciones financieras. Está supervisado por el Banco Nacional de Bélgica, en asociación con los principales bancos centrales de todo el mundo, incluida la Reserva Federal de EEUU y el Banco de Inglaterra.
SWIFT ayuda a hacer posible el comercio internacional seguro para sus miembros y se supone que no debe tomar partido en las disputas. Sin embargo, a Irán se le prohibió el acceso a la red SWIFT en el 2012, como parte de las sanciones por su programa nuclear. Perdió casi la mitad de sus ingresos por exportaciones de petróleo y el 30% del comercio exterior. SWIFT dice que no tiene influencia sobre las sanciones y que cualquier decisión de imponerlas recae en los gobiernos.
¿Cómo afectará la exclusión de Rusia a nuestro país?
En esta etapa, no se sabe qué bancos rusos serán eliminados de la red SWIFT. Se espera que esto quede claro en los próximos días. Según declaraciones de representantes de la Unión Europea, el gobierno de los EEUU y el Reino Unido, la medida “garantizaría que estos bancos (rusos) estén desconectados del sistema financiero internacional y dañaría su capacidad para operar a nivel mundial”.
El objetivo es que las empresas rusas pierdan el acceso a las transacciones normales e instantáneas proporcionadas por SWIFT. Los pagos por su valiosa energía, petróleo y productos agrícolas se verán gravemente afectados. Es probable que los bancos tengan que tratar directamente entre sí, agregando demoras y costos adicionales y, en última instancia, diezmando los ingresos del gobierno ruso.
Rusia fue amenazada con una expulsión del sistema SWIFT antes, en el 2014, cuando invadió Crimea. Rusia dijo en aquel entonces que la medida equivaldría a una declaración de guerra. Los aliados occidentales al final no la llevaron a cabo en esa ocasión, pero la amenaza hizo que Rusia desarrollara su propio sistema de transferencias transfronterizas, muy incipiente.
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Para prepararse para tal sanción, el gobierno ruso creó un Sistema Nacional de Tarjetas de Pago, conocido como Mir, para procesar pagos con tarjeta. Sin embargo, pocos países extranjeros lo utilizan actualmente. La medida de excluir a Rusia del sistema SWIFT afectaría a nuestro país en términos de recibir transferencias internacionales por vía bancaria por la exportación de carne, lo cual, siendo Rusia el segundo mayor destino para las exportaciones de la misma desde nuestro país, significaría un gran golpe para el sector cárnico.
Si bien aún no se habla de una suspensión total, sino parcial en cuanto al acceso al sistema SWIFT para los bancos rusos, en definitiva la medida podría traer como mínimo demoras y complicaciones, y de hecho las exportaciones de carne desde nuestro país al mercado ruso ya se encuentran temporalmente suspendidas. Otro intercambio que se podría ver afectado eventualmente, ya sea de manera directa o indirecta, sería el de la compra de petróleo crudo, ya que Rusia es uno de los mayores productores mundiales del mismo. Y aunque nuestro país no lo adquiera directamente de refinerías rusas, otros mercados sí podrían sentir el impacto, y como efecto dominó, el nuestro.