El Banco Central del Paraguay (BCP), a través de uno de sus directores, salió al paso sobre la situación de los precios en el país y aclara sobre la trayectoria de la inflación. El miembro titular del directorio del BCP, Humberto Colmán, explicó que la política monetaria –a través de sus intervenciones en el mercado interbancario para alinear la tasa de dicho mercado a su tasa de política monetaria– afecta directamente las tasas de mercado y a la inflación a través de varios canales.

En primer lugar, a través del canal del crédito termina afectando el gasto de consumo. Además, hay efectos a través del canal del tipo de cambio y quizás lo más importante, el efecto a través del canal de expectativas, afectando con sus decisiones las expectativas de los agentes económicos sobre la inflación en el horizonte de la política monetaria, agregó.

Con la irrupción del COVID-19 se tomaron medidas excepcionales como nunca antes se había hecho. La tasa de política monetaria se bajó a 0,75% desde el 4%, se redujeron las tasas de encajes legales, se habilitaron nuevas ventanillas que permitían hacer líquidas tenencias de bonos del Tesoro, instrumentos de regulación monetaria y carteras de créditos de la mejor calificación.

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Además, se implementaron flexibilizaciones regulatorias para permitir las renovaciones, refinanciamientos y restructuraciones de créditos, sin penalizar la categoría de clientes ni las previsiones de las entidades financieras. La inyección efectiva de liquidez llegó a cerca del 6% del producto interno bruto (PIB), mencionó.

“Luego de la deflación de los meses del gran encierro inicial por el COVID-19 y ahora con eventos exógenos adversos que resultan en la suba de los precios internacionales de alimentos, energía y transporte, y con disrupciones en las cadenas globales de suministro, hay una suba de la inflación en el mundo y en Paraguay. Además, hay otros factores estructurales que explicarían las presiones globales sobre los precios, como la reducción de la población activa en países desarrollados y algunos emergentes”, especificó.

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Humberto Colmán, miembro del directorio del BCP. Foto: Archivo/Christian Meza.

Inicio de normalización

En ese sentido, fue importante el inicio del proceso de normalización de la política monetaria del BCP para mantener alineadas las expectativas de inflación a la meta oficial. Las expectativas de inflación están formadas por experiencias de inflación, con el riesgo de que una inflación efectiva más alta afecte las expectativas, alimentando un esquema de expectativas adaptativas, aclaró.

Las expectativas dependen de la credibilidad del Banco Central, credibilidad que se va formando con la efectividad del Banco Central, por lo cual es muy relevante el proceso de ajuste o normalización de la política monetaria, dijo.

“Varios analistas y comentaristas de los medios de comunicación en unos casos han reclamado el inicio tardío del proceso de ajuste, otros que dicha medida no tendría un efecto sobre la inflación dados los orígenes externos y exógenos de la inflación, y otros se manifestaron preocupados por la suba del costo de financiamiento y su efecto en el crecimiento”, mencionó.

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La inflación total del 6,8% es la mayor comparando con los últimos 11 años. Foto: Gentileza.

En ese sentido, explicó que, con relación a aquellos que refieren a una acción tardía, es relevante recordar que la política monetaria se articula en tiempo real, cuando no se conocen aún los datos y si bien hay proyecciones, las mismas generalmente están sujetas a una significativa incertidumbre, lo que justifica la razón para proceder con cautela en la toma de decisiones. Esta incertidumbre es especialmente alta en eventos de gran significancia, como la pandemia de COVID-19, agregó.

En ese sentido, dijo que un factor importante para la preservación de la estabilidad macroeconómica y el anclaje de las expectativas inflacionarias será el proceso de convergencia fiscal hacia los límites normales del déficit fiscal, así como la recuperación de los márgenes de maniobra, para lo cual bajar la carga de la deuda a mediano plazo. Mantener el plan de convergencia fiscal y seguir con la normalización de la política macro es fundamental para la credibilidad del país.

“La situación actual de inflación por encima del techo de la banda es un nuevo test para las políticas macroeconómicas. Dada la historia reciente, así como la vocación técnica y ausencia de influencias políticas, hay confianza en que esto será otro test superado con éxito en el continuo camino de reducción de la tendencia inflacionaria de las últimas décadas”, finalizó.

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