La nueva variante del COVID-19 marcó una tendencia sostenida de circulación en todo el país y se evidencia diariamente en los informes difundidos por el Ministerio de Salud Pública. El aumento de contagiados e internados genera incertidumbre en varios sectores que vaticinan nuevos efectos negativos.

Es sabido que la cifra que arroja este nuevo periodo de suba de casos pone en alerta no solo al sistema sanitario, sino también al económico, puesto que se ve afectada principalmente la reactivación comercial que estaba experimentando resultados positivos tras el alargado confinamiento que se vivió a inicios del 2020.

Ante esa situación, las nuevas inversiones y la generación de empleos serían las principales afectadas generando bajos índices de crecimiento económico en el país. En ese sentido, La Nación conversó con el economista Rubén Ramírez Lezcano, quien aseguró que por la propagación de la nueva variante persiste la dificultad de ingreso en las familias más vulnerables.

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El cambio climático y el aumento de contagiados e internados podrían empeorar la situación en el sector de la producción. Foto: Archivo.

Señaló que este sería nuevamente un año con grandes desafíos ante la coyuntura actual que genera el aumento de enfermos y el cambio climático que afectó de sobremanera la productividad dejando a su paso grandes pérdidas a este sector.

“De acuerdo con la Cepal, los efectos en nuestra región se van a dar en los bajos índices de crecimiento económico. Esto se debe a que persisten las dificultades de ingresos en las familias más vulnerables, dado por el impacto de una menor inversión, por la aversión al riesgo; una menor producción y productividad; el desempleo o empleo formal no logra ser resuelto en la medida que el riesgo sanitario persista”, expresó.

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Manifestó que la inflación es una de las más graves consecuencias que se observa desde el inicio de la pandemia, lo que significaría una nueva razón para dar lugar al miedo al riesgo de exponerse a un mercado amenazado por un posible nuevo encierro para evitar el aumento agresivo de contagiados o internados.

Si bien esta nueva variante es menos grave, el riesgo de propagación es mucho más alto debido al fácil contagio y la baja tasa de vacunación. Para Lezcano, pese a que las personas inoculadas están más protegidas, no existe un seguro de inmunidad, lo que sugiere que ómicron sigue siendo una amenaza para la salud y la economía.

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