El efecto negativo generado por la prolongada sequía en nuestro país recae sobre varios sectores claves para la economía, especialmente sobre el productivo, donde se incluye a la ganadería, que actualmente viene a ser uno de los más afectados.
La intensificación de la sequía en el primer mes del 2022 afectó las pasturas como también la producción de maíz, dos alimentos principales del ganado de pie, lo que a su vez genera un sobrecosto al sector ganadero que se ve obligado a sustituir estos alimentos con otros balanceados.
De acuerdo a un análisis realizado por la consultora Mentu, bajo estas condiciones de escasez de alimentos y agua, el peso de los animales disminuye, afectando la producción de carne así como los ingresos monetarios de los productores, que venden sus animales antes de lo previsto.
En el año 2021, la cantidad de cabezas faenadas por los frigoríficos del país fue de 2.179.878, logrando 522.453.936 kilogramos, según el reporte del Servicio Nacional de Calidad y Salud Animal (Senacsa). Desde el sector estiman que la cantidad de faena para el primer mes de este año estaría en torno a las 145.000 cabezas de ganado, similar a enero del 2021, señala Mentu.
El campo está un “desastre”
El Dr. Luis Villasanti, expresidente de la Asociación Rural del Paraguay (ARP), expresó en conversación con La Nación que lastimosamente el campo está “un desastre”, especialmente en el departamento de Concepción donde cuenta con varios establecimientos ganaderos.
“En esa zona la ganadería está sufriendo fuertísimo por la mortandad y la falta de agua. La desesperación del animal al ver un pequeño verde en los tajamares, entran allí y se empantanan. El pasto ya no tiene nutrientes, ni verde, es un pasto seco. Hace 47 años que estoy ahí (Concepción) y nunca en mi vida vi algo así, ya no hay agua en los tajamares, no hay crecimiento”, dijo el ganadero.
Agregó que esta situación repercute enormemente en la preñez, en el nacimiento de los animales. “En mi caso me ha repercutido en la marcación, en el estado de las vacas, en la preñez; las vacas necesitan un estado corporal 3 para poder preñarse; sin embargo, el estado actual de las vacas está en 1,50″, señaló al mismo tiempo de reconocer que esta sequía es atípica, ya que hay lugares donde directamente no llueve, pero hay lugares donde sí llovió.
Menor producción bovina
Asimismo, el Ing. Carlos Pedretti, productor pecuario, expresó en entrevista con La Nación que la principal consecuencia de la sequía será la menor producción bovina, ya que afecta con mayor fuerza en la reproducción debido a que repercute en la función del estado nutricional de la sanidad.
“Cuando las vacas no tienen el estado nutricional adecuado, directamente no se preñan, y la que preñaron abortan el ternero. Sequía es igual a mínima producción de forraje, por lo tanto, las vacas tienen que consumir los nutrientes que tienen almacenado, que son básicamente las grasas, consumen las grasas y automáticamente no entran en celo”, detalló.
El productor ganadero insistió en que al tener menor número de terneros, eso significará menor oferta de animales para engorde y, por ende, menor facturación. “El ternero va ser más escaso, va costar más caro, va subir su costo porque necesitará mejores condiciones para crecer. Genera una distorsión tan grande que se necesitará entre 3 a 4 años para recuperarse de esta sequía”, puntualizó Pedretti.
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