La situación económica en Paraguay se agudiza cada vez más, a medida que pasan los primeros días de enero del 2022, a raíz de varios factores que no solo afectan a la producción, sino que también al movimiento comercial. La crisis que se genera con la sequía y la bajante de los ríos también afecta la logística, sobre todo al sector de combustible, que ya “baraja” subir los precios.
No solo por el escenario climático que azota a la región, sino porque tiene múltiples factores que inciden en una inminente suba de precios a nivel local, como, por ejemplo, el incremento internacional del crudo, el fortalecimiento del dólar, entre otros.
Sobre el punto, Ian Dobereiner, CEO de Raizen, compañía representante de la marca Shell en Paraguay, señaló a La Nación que esta situación de presión sobre el petróleo se viene observando ya desde noviembre del año pasado, una situación que golpea a los mercados del mundo, y que en los primeros días del 2022 no paró de subir.
En ese sentido, el representante mencionó que Paraguay, al ser un país 100% importador, es mucho más susceptible al impacto directo de las subas, por lo que desde la compañía toman con bastante celeridad el tema. “Estamos muy preocupados porque sabemos del impacto al consumidor”, comentó Dobereiner.
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Por su parte, Alejandro Guggiari, presidente de la Asociación de Propietarios y Operadores de Estaciones de Servicio y Afines (Apesa), en comunicación con 780 AM confirmó que ya está evaluando la posible suba del precio final de los combustibles, a raíz de varios factores que afectan al sector. Sin embargo, aclaró que también se está analizando una alternativa con el Gobierno para no ajustar el precio por el momento, atendiendo al impacto que tendrá.
“En reuniones que se mantuvo entre los importadores saltó la preocupación del incremento del crudo (petróleo) a nivel internacional, que está por llegar ya casi a los US$ 100 (por barril). Por lo tanto, hay un realidad y no sé en que momento se tendrá que tomar decisiones, pero teniendo el aumento del petróleo, la suba del dólar, sumado al problema de la logística por la bajante del río, que encarece mucho traer el producto a Paraguay”, comentó.
Por su parte, el empresario Miguel Bazán, de la Cámara de Distribuidoras Paraguayas de Combustibles (Cadipac), afirmó que efectivamente hay factores por los cuales se está analizando el ajuste al alza de los carburantes en el mercado, principalmente porque el precio del petróleo está por las nubes y sigue subiendo. “El dólar también presiona, y la situación del río complica aún más”, agregó a La Nación.
Reducción de impuestos
El titular de Apesa mencionó que maneja la información de que Petropar está viendo la posibilidad de encontrar una alternativa con el Ministerio de Hacienda, para paliar la situación por el momento, planteando una reducción del Impuesto Selectivo al Consumo (ISC). “Se buscará esto al menos de forma provisoria, porque un incremento local de los combustibles sería brutal. Si vamos a trasladar todos los factores al precio final, es mucho lo que se tiene que ajustar”, especificó.
Guggiari agregó que lastimosamente Paraguay no produce ni un litro de petróleo, por lo que todos los factores inciden, como el precio internacional, el dólar, la bajante de los ríos, y el impuesto. Cabe resaltar que el aumento del costo ya se concretó 4 veces durante el 2021, en el mes de febrero, con aumento de G. 400, en mayo subió otros G. 400, y en julio se incrementó también otros G. 400 por litro y, por último, el 11 de octubre, G. 600.
Dólar fortalecido
En el mercado local, el dólar sigue rozando la cotización de G. 7.000, paso cortado por el Banco Central del Paraguay (BCP) que no permite un mayor fortalecimiento de la divisa americana en el mercado local, porque eso implicaría una mayor inflación.
La cotización local minorista se situa en G. 6.950 y G. 6.980, en promedio, según las pizarras de casas de cambios, con una tendencia alcista en los últimos días. Por tanto, el precio de referencia o mayorista se encuentra en G. 6.965, de acuerdo publica el BCP en su portal web. A nivel internacional, el billete verde toma velocidad, a raíz de decisiones en torno a política monetaria de la Reserva Federal de EEUU (Fed), entre otros factores.
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Máximo del crudo
La prensa internacional se hacía eco ayer de los precios del crudo referencial que tocaban su máximo desde 2014, ya que las posibles disrupciones en el suministro tras los ataques vividos en el Golfo Pérsico se sumaron a una perspectiva de suministro ya ajustada. Los futuros del crudo Brent subían a US$ 87,25 el barril, mientras que los del West Texas Intermediate en Estados Unidos (WTI) avanzaban US$ 1,19, o un 1,42%, a US$ 85,05 el barril.
Varios factores contribuyen a este incremento. Por un lado, la interrupción de la producción “en Libia, en Nigeria, en Angola, en Ecuador y, más recientemente, en Canadá por el frío extremo”, explicó Hussein Sayed, analista en Exinity. La producción disminuye en países como Angola o Nigeria, que aporta medio millón de barriles diarios menos que a mediados de 2020.
“Los mercados siguen concentrados en el delicado equilibrio entre oferta y demanda, que parece tener un impacto bastante importante en las fluctuaciones de precios a lo largo de toda la recuperación económica pospandemia”, indicó Walid Koudmani, analista en la firma XTB.
Tensiones geopolíticas
También influyen las tensiones geopolíticas entre Rusia y Ucrania, que podrían perturbar el suministro de gas a Europa, o en el golfo Pérsico, donde los rebeldes hutíes de Yemen reivindicaron un ataque contra unas instalaciones de suministro de petróleo en Emiratos Árabes Unidos.
Estos incidentes “atizaron aún más los precios” del petróleo, explicó el analista de ING Warren Patterson. Junto a estas presiones sobre la oferta, la demanda sigue en aumento a medida que la economía mundial regresa paulatinamente a su nivel de actividad prepandémico, pese a las inquietudes por la aparición de la variante ómicron.
Además, el precio del gas natural, que todavía está en un nivel alto, contribuye al encarecimiento del petróleo, porque provoca un “aumento de la demanda de diésel y de fuel como un reemplazo del gas natural”, señala Bjarne Schieldrop, del grupo de análisis SEB.