Una buena noticia para los pobladores fronterizos de Encarnación, en medio de las cancelaciones de los corsos por el alto contagio de COVID-19, es que se volvió a reactivar el transporte urbano internacional terrestre entre esta y la vecina ciudad espejo de Posadas, Argentina.

Así lo anunciaron desde la Dirección Nacional de Transporte (Dinatran), que empezó a funcionar nuevamente desde este sábado 8 de enero del 2022, luego de casi dos años de haberse cerrado las fronteras, en marzo del 2020, a raíz de la pandemia.

“Este es un servicio de transporte que une las ciudades de Posadas y Encarnación, es un paso trascendental para la interconexión nuevamente entre ambas ciudades porque beneficiará a cientos de usuarios que todos los días se movilizan en este paso fronterizo”, señalaron desde la institución.

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Hay que mencionar que la reapertura de frontera para el transporte internacional terrestre, para el traslado de pasajeros desde Paraguay hasta la Argentina y viceversa, por este mismo paso se habilitó en noviembre del 2021, luego de un año y nueve meses de permanecer inactivo el cruce.

Con relación a los procedimientos para viajar de Encarnación a Posadas, Juan Velázquez, de la Dinatran, mencionó en contacto con la R800 AM que la frecuencia de buses será de cada 15 minutos por empresa y cada hora por país.

“Durante un buen tiempo no estaba habilitado porque no era rentable como para volver a prestar el acostumbrado servicio”, explicó, teniendo en cuenta que el vecino país ya habilitó la reapertura de su frontera en el mes de noviembre.

El protocolo para realizar el viaje comprende contar con el certificado de vacunación con ambas dosis, tener el test PCR/antígeno, y que todos los pasajeros deben ir sentados, con tapabocas y tener a disposición todos los documentos de identidad y sanitario.

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En cuanto al costo del pasaje, Velázquez indicó que será de G. 12.000 desde Paraguay y 400 pesos para el lado argentino.

Dicha habilitación puede ser un aliado más para la reactivación tanto comercial como del turismo de la perla del Sur, que por mucho tiempo estuvo inactiva por el cierre mismo de la frontera, pues la capital del departamento de Itapúa se dedica en gran medida a la actividad del comercio y el turismo de compra y de disfrute.