La República de Chile está atravesando momentos cruciales respecto a su futuro inmediato como nación. Las elecciones presidenciales libradas el domingo 21 de noviembre, posicionaron a José Antonio Kast del Partido Republicano con el 27,91% de votos y a Gabriel Boric, del Partido Convergencia Social con el 25,82%. De esta manera deberán ir a una segunda vuelta electoral pautada para el 19 de diciembre.

En este contexto, es materia de análisis la posición que podrá tener el país trasandino con respecto a la línea de gobierno que ejercerá cada candidato. Paraguay consolidó en los últimos años una estrecha relación comercial y diplomática con Chile, por lo que las próximas elecciones acaparan la atención de grupos inversores e importantes consorcios que vienen realizando destacados intercambios bilaterales.

En comunicación con La Nación, el presidente de la cámara chileno paraguaya, Carlos Medina, realizó un detallado análisis sobre actual escenario electoral y las implicancias que podría generar la asunción de uno u otro candidato en las relaciones entre ambas naciones. El directivo, expresó que afortunadamente en relaciones internacionales, Chile tiene una política de Estado que no tiene muchas variaciones, independiente del gobierno de turno. Resaltó que cada administración tiene sus tendencias políticas, pero en lo medular no habría grandes cambios.

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En lo que respecta a la línea de gobernabilidad que viene desarrollando Piñera en comparativa con lo que podría ejercer el nuevo presidente electo, expresó que el actual presidente tuvo que enfrentar dos situaciones adversas de gran dificultad y que fueron resultas de manera correcta por parte del Gobierno. Recalcó que el nuevo Gobierno que asumirá en marzo de 2022 deberá continuar con los planes de fomento para que la economía siga generando empleos en la post pandemia y organizar el plebiscito que debería aprobar la nueva Constitución.

Piñera supo manejar una crisis de gran magnitud con decisiones acertadas que permitieron sostener la economía ante una pandemia sin precedentes. Se realizó un agresivo plan de bonos y subsidios a las personas y empresas para mitigar los efectos socioeconómicos que tuvo la pandemia.

“El gobierno de Piñera tuvo que enfrentar dos situaciones graves e inesperadas. Primero el denominado estallido social de octubre de 2019 y luego la pandemia. Ambos problemas fueron enfrentados correctamente. El primero con un gran acuerdo político que derivó en una Convención Constituyente que se encuentra elaborando una nueva Constitución; y el segundo a través de un exitoso programa de vacunación que ha permitido que la economía vuelva a dinamizarse”, destacó Medina.

Respecto a cuál de los dos candidatos chilenos tiene mayor afinidad con la línea de gobernabilidad que ejerce Mario Abdo Benítez, el director expresó que José Antonio Kast guarda mayor cercanía política. Sin embargo, recalcó que las relaciones existentes entre Paraguay y Chile están tan fortalecidas que es casi seguro que sigan la fructífera línea de la actualidad.

“Ambos países han resuelto ser “Socios Estratégicos”, no solo para hacer crecer el intercambio comercial y las inversiones, sino que para cooperar en un sinnúmero de iniciativas en la parte educacional, técnica, científica, cultural y logística. Paraguay y Chile trabajan y lo seguirán haciendo para conquistar nuevos mercados en el Asia Pacífico, el motor del mundo en las próximas décadas”, dijo.

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Sobre las propuestas realizadas por los potables presidentes, ambos líderes expusieron que el intercambio comercial regional es vital para el desarrollo económico de Paraguay y Chile. Kast propuso una reducción en la carga impositiva, mientras que Boric fue más mesurado abarcando el tema económico y las medidas a poner en práctica.

“José Antonio Kast ha propuesto una rebaja impositiva y otra serie de iniciativas pro empresa y pro creación de empleos, en particular hacia las medianas y pequeñas. No obstante lo anterior, el candidato de la izquierda, Gabriel Boric, ha ido moderando su discurso en torno a alzas desmedidas de impuesto y al valor insustituible que tiene la empresa privada como motor del desarrollo en la economía moderna”, enfatizó.

En cuanto a la consulta sobre si la elección de uno u otro candidato podrían desencadenar en inestabilidades sociales y políticas, comentó que en el país trasandino están confiados en que se mantenga la armonía dentro de la sociedad chilena. El pueblo chileno desea seguir viviendo en una democracia liberal capitalista, en un ambiente de paz y orden.

“La clase política debe estar muy atenta a las señales que envía la sociedad. No obstante las innegables mejoras en las condiciones materiales de existencia que ha experimentado la población chilena en los últimos treinta años, los ciudadanos son menos tolerantes a los abusos o desconsideraciones de la clase dirigente. Los ciudadanos son más reactivos cuando se sienten perjudicados por cualquier poder político, económico o cultural”, concluyó el directivo chileno.