El contrabando sigue haciendo de las suyas en los distintos sectores que logró permear, y uno de los fuertemente afectados es la industria avícola, que al contar con países vecinos grandes productores de pollo y huevo, y al depender de sus economías, el país absorbe lo que generalmente les sobra.
Es lo que manifestó Blanca Ceuppens, miembro de la Asociación de Avicultores del Paraguay (Avipar), en contacto con la 650 AM sobre la situación por la que vienen atravesando desde hace décadas.
“Más de 30 mil personas se dedican a la avicultura en Paraguay y están en riesgo sus trabajos. Mucha gente está sacrificando sus animales y es una pena porque somos una industria nacional que se autoabastece y además tenemos materia prima de primera calidad”, expresó Ceuppens.
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Mencionó que es por el río Paraguay que ingresan masivamente los productos de contrabando y que se vuelve difícil controlarlo, pero que los cálculos estadísticos sugieren que el 30% de lo que se está consumiendo, está ingresando ilegalmente.
Consumo inocuo
De acuerdo con datos que se manejan, a nivel local se consume más de 250 mil pollos por día y unos 75.000 estarían proviniendo de los países vecinos, que actualmente ingresan preferentemente de Argentina, poniendo en riesgo así la salud alimentaria de los paraguayos por no contar con las garantías inocuas para el consumo.
La productora avícola lamentó la situación, ya que pone en riesgo el trabajo de toda una industria, que se debe a los empleados y colaboradores y a quienes se debería garantizar empleos estables y legales.
Ceuppens dijo que al ser un rubro de consumo masivo y primera necesidad, la industria avícola no puede simplemente dejar de abastecer, por lo que como alternativa se está pensando en producir menos, lo que se traduce a la vez en menores requerimientos operativos y de personal, acotó.