La práctica del contrabando no tiene un rubro fijo, pues los dedicados a ello se las ingenian para hacer pasar de forma ilegal en las fronteras todo tipo de mercaderías, que van desde prendas de vestir, insumos, hasta alimentos que se exponen en una falta total de inocuidad.
En especial se escucha hablar de productos domisanitarios, de limpieza e higiene personal, de aceite, azúcar hasta huevos y pollos, y ahora también hasta de quesos, según lo indicó el presidente de la Cámara Paraguaya de Industriales Lácteos (Capainlac), Erno Becker. “Este tipo de contrabando afecta siempre a las empresas más pequeñas, porque tienta por sus precios, y las queserías que tenemos en el país están en serios aprietos”, expresó para R800 AM.
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Cultura instaurada
Si bien con la leche, las marcas argentinas no tienen tanta fuerza porque siempre son un poco más caras, indicó que el problema en el sector se da en especial con los quesos, pues en lo general en el vecino país se fabrican quesos artesanales que son los que habitualmente ingresan.
El industrial lácteo lamentó que generalmente se cree que el producto que se trae de afuera es mucho más bueno, algo que también afecta a la producción nacional como una cultura instaurada de desmérito a lo hecho en el país.
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Sobre el mismo tema, mencionó también a la 730 AM que los precios que están afectados ante la imposibilidad de competir con lo que ingresan de contrabando son las líneas sin marca, por lo que están preocupados y abogan por que se implementen controles por parte del Gobierno.
Esto, debido a que el factor precio en el mercado local es muy importante, a más de ser un aspecto muy sensible para el consumidor, ya que el poder adquisitivo está limitado, precisó.