El economista César Barreto manifestó que es prácticamente imposible que el sector privado se desarrolle si el Estado se desordena, teniendo en cuenta los desajustes que ocurren principalmente con el Presupuesto General de la Nación 2022.
“Lo que termina impactando negativamente es lo irracional. El Estado va reasignando los recursos que recibe porque la economía ha evolucionado positivamente y eso le genera más ingresos, pero si lo va utilizando en cosas que tiene poco impacto, generalmente termina siendo una carga”, reflexionó.
Aseveró que cambiar el presupuesto es una tarea difícil. “El mismo va reflejando esas decisiones de años anteriores comprometiendo recursos a futuro y en la medida que no se modifique esa dinámica que va guiando esas asignaciones de recursos, para la cual es necesario hacer reformas profundas en las formas que se asignan recursos en el Estado y eso no va a cambiar mucho”, dijo.
Barreto señaló además que todos terminan frustrados, citando como ejemplo el tema de recorte de recursos al Fonacide para financiar la creación de cargos. “Realmente esa es una tendencia que venimos trayendo hace varios años. La estructura de gastos y el uso de los recursos públicos va empeorando año a año”.
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El economista añadió que se deteriora la calidad del gasto. “El Fonacide ha extraído esos recursos que vienen de la compensación que recibe el país por la producción de energía excedente de Itaipú. Se creó una ley especial para el uso de esos recursos, fue difícil su implementación inicial y está orientada a financiar investigaciones, que se hacen en muchas áreas. Creo que es una apuesta muy importante, ya que finalmente nos va a traer conocimiento y capital humano para el país, incluso ya está siendo muy útil en algunas instituciones”, dijo.
Agregó que en los últimos años se dieron muchos discursos pero nada en términos de reforma del Estado. “Los políticos no creen, lo que se recomienda no es una opción para el desarrollo del país. No están convencidos, entonces no asumen compromisos. Hacen el mismo discurso o se comprometen a cosas cuando necesitan aprobar deudas, pero a la hora de tocar las reformas nadie quiere tratar. Hablamos de muchísimas cosas y nada avanza”, expresó.
Finalmente, advirtió que en países como el nuestro es prácticamente imposible que el sector privado se desarrolle si el Estado se desordena.
“Porque eso tiene implicancias en la confianza misma, en la moneda, en las empresas cuando necesitan tomar préstamos en el plano local o internacional. En el sistema financiero, para nosotros, que somos un país subdesarrollado, con instituciones débiles, lo único que nos mantuvo relativamente bien en estos últimos 15 años fue que el Estado se ordenó un poquito. Si desordenamos eso vamos a pasar de un optimismo moderado a un pesimismo muy fuerte”, dijo.