Encontrar un equilibrio entre los ingresos y una buena calidad de vida sería la conjugación ideal para las familias, lo cual no se dará solo con aumentar el salario mínimo actual, sino serán necesarios también otros factores.

Es lo que señaló la economista y directora de Superarte, Adriana Bock, ante la consulta sobre algunas recomendaciones tanto para las familias, sobre qué pueden hacer para intentar contener el contexto actual ante la suba de muchos productos de la canasta básica familiar, el combustible y el gas, así como qué debería garantizar el gobierno.

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“Es una situación desafiante, sin dudas. Si bien afecta a todos, no lo hace a todos por igual y es probable que obligue a ciertas familias a realizar algunos ajustes en su consumo o reduciendo la compra de artículos no imprescindibles”, expresó Bock.

Lastimosamente, otras deberán enfrentarse a una mayor dificultad para lograr cubrir los requerimientos diarios de alimentos, dijo, al tiempo de agregar que la capacidad de respuesta variará según la realidad previa particular de cada hogar, que está relacionada directamente con el nivel de ingresos, de endeudamiento, de ahorro entre otros factores.

Con relación al salario mínimo actual, G. 2.289.324, mencionó que este permite cubrir las necesidades básicas de un trabajador. No obstante, cuando se habla de una familia tipo de 3 a 4 miembros, el requerimiento de ingresos es de 2 a 3 salarios mínimos incluso para subsistir sin mayores carencias.

Y para lograr esto, lo ideal es que el hogar cuente con más de una fuente de sustento, lo que no necesariamente tiene que ser más salarios, ya que las personas también pueden generar ingresos de forma independiente, aconsejó la profesional.

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Sin embargo, sugerir un aumento del salario mínimo puede ser viable, siempre que se cumplan las condiciones establecidas en la ley actual. Pero mejorar la calidad de vida de los trabajadores y sus familias no depende sólo de eso.

Y es ahí donde debe actuar el rol del gobierno, puesto que también juegan un papel muy relevante la mejora de la calidad y cobertura de los servicios públicos cómo salud, educación, transporte y seguridad, invirtiendo en infraestructura con mayor eficiencia y transparencia, subrayó.