En esta nueva entrega de Emprendedores LN acercamos una interesante y peculiar propuesta no tradicional, que involucra a la artesanía junto con lo casero, por un lado, y a la labor de la cocina o actividad militar, incluso.
Estamos hablando de la elaboración de cuchillos. Sí, leyó bien, hoy transmitiremos la historia de un emprendedor que junto a su equipo mayoritario de mujeres elaboran cuchillos artesanales tanto de acero reciclado como inoxidable.
Se trata de Pedro García Miró, quien es profesor ingeniero en ecología humana, egresado de la Facultad de Ciencias Agrarias (FCA) de la Universidad Nacional de Asuncion (UNA), a lo que se dedica actualmente, a más de ser bombero voluntario y liderar el emprendimiento Cuchillería Don Juan.
Para conocer más sobre esta atípica, pero afiladamente envolvente actividad, nos trasladamos hasta la ciudad de artesanos de Carapeguá, donde se encuentra el taller y tienda de arte y manualidades de Pedro y su equipo.
En Cuchillería Don Juan realizan cuchillos artesanales ya sea para los que cocinan asado los domingos, para los chefs, así como también para los uniformados o uso militar, mencionó.
Renunció a su trabajo anterior
En cuánto a cómo surgió la idea de emprender con cuchillos, el emprendedor nos contó que todo comenzó cuando no podía pagar por un buen cuchillo, por lo que empezó a producir su propio instrumento, y así se lanzó con la historia de su inusual emprendimiento.
“No podía pagar un cuchillo, así que empecé a fabricar uno, luego dos, y el tercero ya vendí. Durante dos años se fue desarrollando como un pasatiempo, pero en el 2020, renuncié a mi trabajo como docente en una universidad y me dediqué de lleno a mi emprendimiento”, expresó Pedro.
Variedad de modelos
Es así que el equipo del Sr. Cuchillo, como empezó a llamar a Pedro, elabora todo tipo de cuchillos artesanales, los cuales son elaborados a base de acero reciclado de discos de arados o elásticos, pero también el acero inoxidable nuevo, ideales para las personas que gustan de los buenos cuchillos.
Pero, además de los productos estrella con una gran variedad de modelos que van desde G. 350 mil hasta G. 1.450.000; Cuchillería Don Juan también elabora tablas de picar para el kit asadero, así como delantales y cintos de cuero.
En cuanto al proceso de elaboración de los cuchillos, el emprendedor explicó que al ser un trabajo manual, cada producto en promedio lleva unas 50 horas de producción artesanal, y que los pedidos que están tomando ahora ya son para entrega hasta el mes de enero próximo.
“Estamos súper llenos este año con un promedio de 5 a 7 proyectos entregados por semana, lo cual es buenísimo porque la gente entiende y le gusta lo que hacemos”, recalcó el Sr. Cuchillo.
Posicionar el “made in Paraguay”
Es así que de empezar a hacer cuchillos como un pasatiempo, hoy ya sueña con ser la cuchillería más grande del Mercosur, al tiempo de resaltar que actualmente son la de mayor seguidores del país a nivel de redes sociales, plataforma en la que tienen un crecimiento orgánico, con 1.000 seguidores por día y ya llegaron 65.000 suscriptos solo en el Facebook.
“La gente se vuelve loca con nuestros productos, nuestras redes explotan, crecemos en promedio 1.000 seguidores por día, sin pagar publicidad”, subrayó Pedro.
En ese sentido, comentó que su meta es seguir creciendo y dejar en alto el “made in Paraguay”, y por sobre todo que sea sinónimo de calidad. Y en consonancia a ello, destacó que actualmente cuenta con siete colaboradores trabajando con él, quienes además realizan labores humanitarias, pues todos son bomberos voluntarios; son cinco chicas y dos varones. “Las chicas sin dramas cortan hierro y todo”, dijo.
Pandemia, una oportunidad
Así mismo, aseveró que la pandemia como tal fue una oportunidad para él, ya que siendo empleado se animó a dejar el trabajo para ser dueño de su propio negocio, emprendiendo en la elaboración de cuchillos, con lo que se siente muy feliz de haber tomado tal decisión de ser capitán de su propio barco.
Ante la consulta de si considera difícil elegir el camino del emprendedurismo en Paraguay, respondió que no, ya que la pasión que le ponen a los productos hace que los clientes puedan notar eso, y gracias a ello tienen una altísima demanda, tanto nacional como internacionalmente.
No obstante, asintió que todo fue un proceso de crecimiento constante, de a poco, pero sin pausa. “Lo más difícil es atender la alta demanda de productos que tenemos sin perder la calidad”, reveló.
Por último, para animar a otros emprendedores, compartió su consejo en base a lo que ya pudo recorrer en el ecosistema. “Hay que aprender a ser prudente con la inversión, ser emprendedor es un camino lento y tedioso, pero no por eso imposible. Un 99% se trabaja y 1% se sueña”, precisó.