Más allá de las precipitaciones registradas durante los últimos días en gran parte del territorio nacional, la intensidad de las mismas no fue suficiente para un repunte ideal del caudal del río Paraguay. Es lo que manifestó el directivo del Centro de Armadores Fluviales y Marítimos (CAFyM), Juan Carlos Muñoz, sobre la crítica situación hidrológica actual por la que se atraviesa.
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El representante del gremio aseveró que si bien el escenario ya viene arrastrándose desde unos dos años, la bajante persistente está superando todos los registros históricos, catalogándolo como un “extremo catastrófico”.
“Estas lluvias apenas hicieron estacionar la bajante en algunos puntos en Asunción, el día domingo incluso se volvió a registrar un centímetro menos, pero evidentemente las precipitaciones no tuvieron el porte que se necesita para una recuperación sustantiva del río”, expresó Muñoz, en contacto con el canal GEN.
Mucho por recuperar
Es así que las previsiones no son muy halagüeñas, mencionó, a pesar de los pronósticos de lluvias importantes que se esperan, incluso hasta el próximo mes de enero del 2022, pero que todavía faltaría mucho para la recuperación total del caudal.
Al respecto, las zonas más complicadas serían en especial al norte sobre el río Paraguay, donde se siente con mayor fuerza la bajante, ya que se está operando muy por debajo de las capacidades de las bodegas de las embarcaciones, quizás en un 50%. Así también, en el sur de Asunción el cauce está bastante complicado, por lo que están abocados en la solución de los productos estratégicos, sobre todo como el combustible, poniendo todas las capacidades para que puedan llegar hasta la zona de San Antonio, donde se encuentran las principales terminales de líquidos del país.
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En cuanto a los efectos de la bajante, Muñoz indicó que en términos del comercio internacional ultramar es realmente importante, por el derrame sobre los costos totales de la economía que se está haciendo sentir de a poco, precisó.
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Nivel del río Paraguay se encuentra “estacionado” y la navegación aún es restringida
El jefe del Departamento de Navegación e Hidrografía en la Comisión Mixta Paraguayo-Argentina del Río Paraná (COMIP), Luis María Jara Vargas, habló acerca de la situación de la navegación de los ríos, y si bien las últimas lluvias que se habían registrado en la zona del Pantanal fueron interesantes, todavía no se dio el efecto positivo que se está esperando.
Es así que el panorama actual del río Paraguay es “estacionado”, especialmente en la cuenca media ya que el leve aumento que se dio en la cuenca alta aún no aceleró la expectativa de mejora en la navegación del caudal. Hay que mencionar que esta vía fluvial es la más importante del comercio exterior paraguayo.
La región con mejor nivel actual es la zona norte, en Concepción, donde sí se está empezando a retomar las actividades de las grandes navieras, con cargas mínimas, pero volviendo a la navegación que se había cortado prácticamente desde hace unos dos meses. Mientras que en la región sur la navegación se mantiene restringida.
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A la fecha de hoy jueves 21 de noviembre el hidrómetro en la Bahía de Asunción marca -1,15 m, 4 cm menos que el miércoles cuando estaba en -1,19 m, según la Dirección de Meteorología e Hidrología. Jara explicó que las lluvias más pronunciadas fueron en la cuenca alta del Pantanal, por lo que estaría cargando de a poco la cuenca media y baja, que son los puntos críticos para la navegación local.
Leve repunte
“Las lluvias que se dieron en el Pantanal vienen bajando, pero de a poco, y si bien se dieron precipitaciones a lo largo de la cuenca del río Paraguay, que es lo que permitió el repunte que se dio en el nivel, pero este aumento solo permite una navegación mínima”, expresó a la 920 AM.
El experto señaló que en las condiciones actuales, los convoyes navegan a unos 6 pies que es lo mínimo requerido, por lo que las embarcaciones todavía no están operando con una capacidad mayor de carga, que desemboca en los sobrecostos finales que se viene arrastrando.
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Importaciones de China o Europa son las que más demoran con la bajante
El vicepresidente de la Cámara Paraguaya de Supermercados (Capasu), Gustavo Lezcano, manifestó que las importaciones de China o Europa son las que demoran más en llegar a los puertos a raíz de la bajante del río, pero estas traen los productos no tradicionales, los cuales registraron un aumento leve en los precios aunque no fueron superiores al 7 %.
En tanto, los productos nacionales no sufrieron variaciones, según señaló. “En nuestro mercado los productos aún no han sufrido variaciones de precios, que son el 50 % y el 60 % de lo que consumimos, mientras que el 30 % o 35 % son los importados“, comentó a la 1.000 AM.
Dijo que a medida que el proveedor vaya importando y sintiendo que le impacta en los costos, trasladará la noticia a los representantes del sector. “Es más, hemos sentido por ejemplo algunos quiebres en algunos productos como una galletita, son impactos que se van dando en algunos productos específicos”, comentó.
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Con el correr de los días se podrían dar nuevas listas de precios y los aumentos irían como máximo hasta los G. 500. “No es inmediato, pero con el correr de los días se van dando esas listas, pero llevando a números absolutos van de G. 200 a G. 500 los aumentos en el precio final”, resaltó.
Sobre el contrabando, dijo que se trata de un flagelo que se da en una menor proporción a años atrás porque hoy la Argentina se basa en precios reales y la diferencia entre precios es mucho menor. Lo que impacta es cuando el consumidor final hace el régimen de pacotilla que ya no se realiza con frecuencia. “Hoy al menos el mix se redujo bastante y hoy está en productos muy específicos, pero prácticamente es una minoría”, aseguró.
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Alertan que La Niña podría extender la crisis hídrica
El fenómeno climático La Niña amenaza con prolongar la crisis del río Paraguay hasta inicios de 2025, según advirtió el meteorólogo Max Pastén Castillo. Hasta el momento, el impacto económico de la crítica bajante ha sido significativo: desde el sector naviero reportan que los gastos en logística se incrementaron en un 30 %, con pérdidas estimadas en USD 300 millones de dólares para el comercio exterior.
En entrevista con la Unión de Gremios de la Producción (UGP), el también investigador del Centro Multidisciplinario de Investigaciones Tecnológicas de la Universidad Nacional de Asunción (UNA) señaló que las proyecciones climáticas no son alentadoras. “Estamos entrando en etapa de La Niña y las estimaciones a corto plazo, para 2024 e inicios de 2025, indican que podríamos tener lluvias por debajo de lo normal”, detalló.
SEQUÍA ACUMULADA
De acuerdo con el experto, el escenario actual es resultado de una sequía acumulada desde 2020 y que alcanzó un nuevo récord histórico el 7 de octubre pasado, cuando el río Paraguay descendió hasta la referencia de -1,43 metros en el puerto de Asunción. “La Niña podría afectar el primer trimestre de 2025. En un horizonte más amplio, suponiendo que el fenómeno climático dure solamente lo que resta de 2024 y hasta marzo-abril de 2025, las lluvias tenderían a normalizarse”, enfatizó.
IMPACTO EN LOGÍSTICA
Max Pastén Castillo recordó que, según datos del Centro de Armadores Fluviales y Marítimos (Cafym), el impacto económico de esta crisis elevó los costos logísticos en un 30 %, con pérdidas estimadas en USD 300 millones en importación y exportación. El meteorólogo reconoció que, aunque actualmente es difícil llegar hasta Asunción con ciertos productos, algunas medidas preventivas fueron efectivas para hacerle frente a la bajante.
”La planificación realizada con el dragado dio resultado y, prácticamente en todos los eventos, la bajante fue menos negativa”, señaló. “Aunque el río se recupere, no podemos olvidar que esta situación se repetirá, por lo que debemos estar preparados”, alertó e hizo hincapié en que se requiere del desarrollo de infraestructura adecuada, planes a largo plazo y políticas de Estado que permitan enfrentar futuras crisis similares.
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El descenso del nivel del río Paraguay se acelera y las lluvias no alcanzan
- Por Jimmi Peralta
- Fotos: Jorge Jara / Gentileza
En 120 años de registro no se vivió situación similar. El río Paraguay sufre en la actualidad la bajante más pronunciada de su marcación histórica y es un problema que muchas veces no se logra dimensionar en toda su complejidad. En este diálogo con La Nación/Nación Media, Julián Báez, director regional de América de la Organización Meteorológica Mundial, aporta conocimiento técnico sobre la situación del río Paraguay y el contexto climático que lo aqueja.
Entre otros inconvenientes que acarrea esta situación, se destaca el problema de la navegabilidad. Gran parte de lo que Paraguay compra y vende al mundo se desplaza a través de este río y los inconvenientes en el transporte fluvial hoy afectan tanto a la competitividad de la exportación, así como el costo de las importaciones, como es el caso de los combustibles, lo que repercute nuevamente en el precio final de gran parte de los bienes de consumo.
–¿Cómo le afecta la presente sequía al río Paraguay?
–La sequía es la principal razón de la extrema bajante del río Paraguay. La principal fuente de agua que modula el río es el Pantanal. Por tanto, cuatro años seguidos de lluvias por debajo de la media en esa región repercutieron directamente en el caudal medio del río. Por otro lado, las lluvias en la cuenca media del río Paraguay, entre el río Apa y el Pilcomayo, contribuyen significativamente en mantener los caudales adecuados al sur de Concepción. Asimismo, cuando estas lluvias se dan en exceso son la razón de las inundaciones en Asunción y al sur de esta localidad.
CARACTERÍSTICAS
–¿Qué características tiene el río en su estructura y cómo estas le ayudan o perjudican en esta situación?
–El río Paraguay es un río de llanura con muy baja pendiente y con extensas planicies de inundación. Su naciente al norte se localiza a unos 300 metros sobre el nivel del mar. De acuerdo a varios autores, el río se divide en cuatro zonas: zona 1: región del Pantanal, zona 2, desde el Pantanal hasta el río Apa; zona 3, desde el Apa hasta el río Pilcomayo, y zona 4, del Pilcomayo hasta la confluencia con el río Paraná. El régimen hidrológico del río Paraguay se caracteriza por un caudal medio del orden de 3.000 a 4.000 m3/s (metro cúbico por segundo) con máximos de 12.000 m3/s y mínimos de 800 m3/s. Al ser un río de régimen natural (sin mayores intervenciones), las únicas variables que afectan su comportamiento son el volumen e intensidad de la precipitación y el cambio de uso del suelo en la cuenca. El río Paraguay tiene una geomorfología compuesta de llanuras aluviales extensas y el cauce tiene muchos meandros. Estos, sumados a la gran diferencia de caudal del río Paraná (mucho mayor que el Paraguay), mantiene el canal con agua durante la época sin lluvias. Igualmente, las surgentes de agua subterránea contribuyen a este proceso.
–¿Qué condiciones climáticas e hídricas en la región colaboran para que se agrave su bajante?
–En este momento la principal condición climática que contribuye con la bajante del río Paraguay es la disminución de la precipitación en el Pantanal. La sequía en la cuenca del Amazonas también afecta debido al escaso transporte de humedad de esa región hacia la nuestra (a través de los ríos voladores o ríos atmosféricos). La falta de buenas lluvias entre abril y mayo en la cuenca media del río, así como el descenso de caudales del río Paraná también contribuyeron con el rápido descenso de niveles.
DÉFICIT DE RECARGA
–¿Podría explicarnos cuál es el contexto climático en el que se desarrolla la presente sequía?
–El ciclo normal del río Paraguay en Asunción muestra ascenso de niveles (mayor caudal) en mayo y junio, asociado a la recarga proveniente del Pantanal (a su vez asociado a las lluvias de verano en esa región). El tiempo de traslado de la onda de crecida desde la naciente del río Paraguay hasta su confluencia es de más de seis meses. Por lo tanto, las lluvias de otoño y primavera contribuyen con los caudales medios y mantener el ciclo conocido del régimen hidrológico del río Paraguay. En el contexto actual, el principal forzante es la prolongada sequía en el Pantanal (cuatro años consecutivos) sumado a los incendios forestales en la misma zona. Otro elemento importante es que El Niño 2023-2024 no tuvo ninguna incidencia en las precipitaciones en la cuenca media del río Paraguay, con lo cual no hubo ningún tipo de recarga de agua en el canal. Por último, la sequía en la cuenca del Paraná contribuye a la disminución del caudal de este río y, por tanto, no se produce ningún efecto de remanso que pueda retener el caudal del río Paraguay en su confluencia, acelerando el descenso de los caudales y niveles.
–¿Cuáles serían los comportamientos esperados y en qué actualmente no se cumplen esas estimaciones?
–Actualmente tenemos un escenario de probable establecimiento de La Niña, componente del fenómeno oceánico-atmosférico conocido como El Niño Oscilación Sur (ENOS), muy determinante en el clima local. De confirmarse el escenario de La Niña, las lluvias de primavera y verano, especialmente en la región Oriental de Paraguay y bajo Chaco, serían deficitarias. No obstante, La Niña suele coincidir con el aumento de los caudales en el Pilcomayo. La Niña no tiene un efecto directo en la cuenca del Pantanal, por lo que otras variables inciden en ese sector. Con La Niña, se tiene un escenario de más lluvias en el noreste de Brasil y con ello se podría esperar una recuperación de la cuenca del Amazonas. De ocurrir esto, tendríamos mayor flujo de humedad hacia nuestra región que podría contribuir con mayor volumen de lluvias.
–¿Qué problemas acarrea la bajante y cuáles podrían ser más severos o permanentes?
–Los problemas asociados con la bajante del nivel del río están vinculados a los distintos usos del agua. Lo más relevante es la disminución del agua para consumo humano, especialmente para la capital. El agua para preservar la población ictícola puede ser importante igualmente. Sin dudas, el uso para la navegabilidad es el de mayor impacto debido a lo que representa para la economía de un país mediterráneo como Paraguay.
–¿Cómo afecta el cambio de uso de suelo al comportamiento de los cauces hídricos?
–Esto tiene incidencia directa en el ciclo hidrológico, dado que la zona deforestada retendrá menos la humedad del suelo y aumentará la escorrentía. Es decir, con una lluvia intensa, el impacto se verá muy rápido aguas abajo, con el aumento de la escorrentía y caudal aportante al río Paraguay. Esta situación se vivió en mayo de 2019 y febrero de 2023. Hay estudios que demuestran que la deforestación se asocia con una disminución de la humedad del suelo y, si bien faltan más estudios, puede ser un elemento que suma a la sequía.
DRAGADO
–¿En qué ayuda el dragado y cuál podría ser su desventaja?
–El dragado, que consiste en quitar arena del fondo del lecho, sirve para aumentar la profundidad del río y con ello el calado de las embarcaciones que utilizan el río. La bajante ha forzado a muchas de estas barcazas a quedarse en el puerto de Pilar por la imposibilidad de continuar viaje hacia el norte. El dragado resuelve el problema de la navegabilidad, pero no existen estudios recientes que midan o simulen el impacto de los dragados en la velocidad de las aguas y con ello el descenso más acelerado del nivel del río. La ventaja es que el dragado no se realiza en todo el canal del río de manera continua, sino solamente en los tramos más necesarios, con lo que se puede asumir que el impacto del dragado debiera ser poco significativo en el conjunto. Sin embargo, en la zona de dragado aumentará el caudal porque habrá más agua en movimiento para suplir el fondo del lecho.
–¿Qué otros peligros se proyectan como posibles en este contexto?
–El dragado solo posiblemente no represente ningún peligro. Sin embargo, la modificación de las rocas de fondo o cualquier otra alteración del fondo del lecho puede tener efectos irreversibles. Cualquier acción que implique modificar la geomorfología del río debiera estudiarse muy bien primero y establecer medidas de mitigación que garanticen la continuidad del río como lo conocemos. Cualquier solución debe garantizar la permanencia de un caudal mínimo que permita la navegabilidad, pero también los distintos usos del agua, para consumo, para la producción ictícola, etc.
–¿Cómo incide la acción humana?
–El ser humano en los últimos 150 años ha aumentado en cantidad y actividad económica. Más cantidad implica mayor producción de alimentos y esta producción de alimentos mayor necesidad de campos agrícolas a costa de bosques. La actividad económica se asocia a la producción de energía y esta al consumo de combustibles fósiles, que finalmente emiten gases de efecto invernadero. Está demostrado con datos medidos que estos gases de efecto invernadero han aumentado significativamente en los últimos años. Este aumento de gases de efecto invernadero está causando un desequilibrio energético y, por ende, el planeta cuenta con más energía. El efecto inmediato es el aumento de eventos hidrometeorológicos extremos, es decir, inundaciones y sequías más severas. Las medidas para volver atrás se denominan medidas de mitigación, que consiste en la reducción de los gases de efecto invernadero que generamos. Para ello, habrá que cambiar los hábitos de consumo, la producción de energía eléctrica, parar la deforestación y promover la reforestación, entre otras. Por otro lado, si decidimos adaptarnos, debemos implementar las medidas de adaptación al cambio climático, tales como los sistemas de alerta temprana o las construcciones sostenibles y soluciones basadas en naturaleza.