Ante la profunda crisis hídrica por la que atraviesa el país debido al fenómeno cíclico ya estructural, surge la necesidad de repensar otras alternativas en varios aspectos que dependen del agua.
Uno de ellos es el sector energético, y más allá de que Paraguay sea reconocido mundialmente como un país que goza de energía renovable, las dificultades de los últimos años y el aumento de la demanda de energía, ponen a la luz la necesidad de diversificarlo.
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Es lo que mencionó el ingeniero Héctor Ritcher, expresidente de la Administración Nacional de Electricidad (Ande) y vicepresidente del Instituto de Profesionales Paraguayos del Sector Eléctrico (IPPSE), durante el debate sobre el Sistema Eléctrico Nacional: Cómo funciona este sector, crítico para el desarrollo, organizado por Desarrollo en Democracia (Dende).
“A la tendencia histórica hay que agregarle el crecimiento vegetativo anual de la demanda de 6,5%, más la capacidad de generación de las tres centrales hidroeléctricas Itaipú, EBY y Acaray, se estaría agotando la potencia en unos 10 años y la energía tal vez en unos años más. De aquí a 10 o 12 años, Paraguay necesitará contar con nuevas fuentes de generación de energía como la solar”, expresó.
Posibles escenarios
En ese sentido, dijo que hay cuatro escenarios para definir el futuro energético: el primero es mantener la estructura actual, pero fortaleciendo a la Ande, con disminución de la burocracia y aprobando tarifas adecuadas.
Como segunda alternativa es permitir mayor participación del sector privado en la transmisión y generación de energía, con leyes adecuadas. La tercera opción es que se privatice parte de las instalaciones, también en transmisión y generación, con algunas nuevas centrales generadoras y venta de energía.
Y por último, la privatización total de la Ande, que es una medida ya extrema a la actual, propuestas que provienen de la sociedad civil, por lo que merecen ser tratadas, escuchadas y debatidas con seriedad.
A su vez, el presidente de la Ande, Félix Sosa, recalcó la necesidad de tomar una decisión política para definir la tarifa técnica adecuada e identificar las trabas para que la estatal pueda realizar las inversiones requeridas.
Para tales apuestas, acompañar la demanda de energía y realizar obras rezagadas, la Ande necesita una inversión aproximada de US$ 6.500 millones en los próximos años, para entregar energía segura y de calidad a los usuarios, dijo.
Revisión del Anexo C
“Uno de los factores fundamentales pasa por la revisión del Anexo C de Itaipú, y qué ocurrirá con la tarifa de la entidad Binacional. Si la misma baja, la Ande tendrá un mayor margen operativo, y si se mantiene, una parte importante del ingreso adicional, y por ende la parte que le corresponde a Paraguay, deberá ser destinada al sector eléctrico, precisamente para realizar las inversiones necesarias, señaló.
El exsecretario ejecutivo de la Organización Latinoamericana de Energía, Victorio Oxilia, subrayó la necesidad de que Paraguay cuente con un Ministerio de Energía. “Estamos hablando de un sistema muy complejo que requiere una gobernanza que coordine los diferentes segmentos entre el sector energético. Tenemos un Viceministerio de Minas y Energía con pocas atribuciones legales, subordinado a un ministerio gigantesco que tiene otras preocupaciones además de energía”, precisó.