El cambio climático global es una amenaza realmente seria para la economía del Paraguay, más allá de la riqueza en recursos naturales que posee, por lo que debe ser tomado en cuenta como problemática real y del presente.
Es lo que manifestaron especialistas en materia ambientales durante el debate llevado a cabo por Desarrollo en Democracia (DENDE) sobre la situación ambiental, teniendo en cuenta que Paraguay es un país muy dependiente del clima y del agua.
Alberto Acosta Garbarino, titular de DENDE, recalcó que el motor de la economía paraguaya es el sector agropecuario, ya que el país produce alimentos para abastecer a más de 80 millones de personas en el mundo, pero que no es ajeno al cambio climático, lo cual es una enorme amenaza para la economía nacional, que es muy dependiente del clima.
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“Paraguay tiene una economía clima-dependiente, yo le agregaría inclusive agua-dependiente, porque del agua depende la agricultura, la ganadería, la producción de energía de Itaipú y Yacyretá, y que los ríos que nos llevan al mar, el Paraguay y el Paraná, sean navegables”, expresó Acosta Garbarino.
Al tiempo de acotar que Paraguay tiene que ver cómo se adapta y cómo mitiga el impacto de este cambio climático. Para ver el debate, puede ingresar a: https://fb.watch/7uitQXXU97/.
Avanzar con estudios más profundos
Insistiendo en la misma necesidad de contar con planes definidos y estudios más profundos sobre el suelo, el agua; el investigador científico Norman Breuer remarcó que se puede explorar la posibilidad de un seguro agrícola voluntario o un plan nacional de riego.
“La agricultura sufre en forma directa estos embates, mientras que la ganadería lo siente un poco después, generando un fuerte impacto en la economía”, explicó el experto.
El director nacional de Cambio Climático, Ulises Lovera, señaló en dicho sentido que Paraguay se definió como prioridad la adaptación, para lo cual cuenta con un Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático.
Plan Nacional de Adaptación
El mismo fue actualizado recientemente, estableciendo Planes de Adaptación en siete sectores, con 25 objetivos y 50 líneas de acción, con lo que se busca ser resilientes a los cambios climáticos, lo cual es un avance, pero en materia de recursos destinados aún existe un fuerte rezago.
Por su parte, el también investigador científico Alberto Yanosky asentó que se necesita una visión territorial, de modo a que se clasifiquen los tipos de zonas y su biodiversidad, y, a partir de ahí, definir las acciones. Esto, teniendo en cuenta que el marco legal ya existe, pero está costando implementarlo, por lo cual el objetivo debe ser la fiscalización y el cumplimiento de la ley.
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Por último, Yan Speranza, titular del Club de Ejecutivos del Paraguay y director ejecutivo de la Fundación Moisés Bertoni, destacó que el sector privado es absolutamente clave, no solo porque gran parte de las tierras está en manos de dicho grupo, sino porque lo necesita, ya que los mercados empezarán privilegiar a las economías verdes, lo cual será una gran oportunidad.
Pero es inminente que la institucionalidad se fortalezca, a efectos de lograr una mayor relevancia política, con mayores asignaciones de recursos para el sector ambiental.