El contrabando es uno de los peores males que sufren las industrias paraguayas y que se incrementó en los últimos años ante la poca acción del Gobierno y los órganos competentes.

En el rubro de aceite refinado, el 28% del consumo mensual ingresa de manera ilegal al país. “Por mes se consumen 7.700 toneladas de aceite y unas 2.200 toneladas provenían del contrabando”, sostuvo Sandra Noguera, gerente general de la Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales.

Según estadísticas de la Cappro, las industrias aceiteras tienen una capacidad nominal instalada de 12.830 toneladas por día. Foto: Gentileza.

“La Cappro la conforman 10 grandes empresas, que trabajan en la industrialización en gran medida de lo que el país produce. Las industrias transforman la soja en harina, aceite y cascarilla. La mayor parte se exporta, pero también producimos localmente aceite refinado y balanceado para animales”, señaló.

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Expresó que tienen muchas posibilidades de crecer, ya que lo bueno es que la soja ya se industrializa en nuestro país.

“En este momento la capacidad instalada es del 45% de la producción, lastimosamente a la producción que va creciendo no le acompaña una mayor industrialización. De hecho, estamos bajando el procesamiento de la soja porque las condiciones no son las más adecuadas para competir con industrias de otros países”, sostuvo.

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Precisó que el contrabando del aceite es un problema gigantesco, ya que tenemos en el país dos industrias que refinan el aceite y tienen que competir con esos productos irregulares.

“Cuando comenzó la pandemia, hubo grandes restricciones y se cerraron las fronteras. Hicimos unos análisis para revisar las importaciones legales y nuestra producción y analizamos el consumo promedio mensual en nuestro país y vimos que aproximadamente se consumen por mes 7.700 toneladas y unas 2.000 toneladas provenían del contrabando”, dijo.

Agregó que: “Eso significa que lastimosamente las empresas que están haciendo ese aceite están compitiendo en total desventaja con esos productos de contrabando y a la vez el Ministerio de Hacienda está perdiendo entre 4 a 5 millones de dólares mensuales en impuestos”.

La producción de aceite refinado nacional puede cubrir la demanda interna, sostienen desde la Cappro. Foto: Archivo.

Noguera añadió que solicitaron al Gobierno que haga todo lo necesario para que ese flagelo disminuya y se termine.

“No solo afecta las industrias, sino que también a los trabajadores, además a las empresas que hacen legalmente las importaciones. Se imaginan lo que se podría hacer con ese dinero si se hace una lucha frontal y sostenida contra el contrabando. No me sirve si hoy detienen un camioncito y luego no lo vuelven a hacer”, dijo.

Refirió que, durante las restricciones, además se pudo demostrar que las industrias locales pueden sostener las demandas internas. “Con productos de contrabando es difícil competir, porque incluso se venden a precios menores al costo de producción de nuestras industrias. Ellos no pagan absolutamente nada”, agregó.

Finalmente, la representante de la Cappro manifestó que el consumidor debería ser más consciente al momento de optar por un producto de contrabando porque incluso puede ser malo para la salud, ya que no existe control de calidad. “Muchos de estos productos que se venden por la calle pierden su calidad e incluso su tiempo de validez”, mencionó.

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