Los criadores de ovinos celebran la reciente habilitación para la importación de genética inglesa, con lo que se podrá elevar a otro nivel a este rubro, con la posibilidad de adquirir embriones de las razas Hampshire Down y Texel de altísimo valor genético, para el mejoramiento del rebaño, apuntando incluso a proveer a países de la región.

De esta forma, se demuestra que la ovinocultura está atravesando por un excelente momento, concretando un proceso que se inició hace prácticamente un año ya en pleno avance de la emergencia sanitaria por el COVID-19.

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“La ovinocultura es un rubro pujante con gran potencial y la realidad es que estábamos con un cronómetro esperando el momento nada más, y ahora daremos ese gran paso porque el país necesita manejar volúmenes industriales para posicionarse como potencia de consumo”, expresó para La Nación el presidente de la Asociación Paraguaya de Criadores de Ovinos (APCO), el Ing. Nicolás Peña.

El objetivo es el de posicionar a las razas a nivel nacional en una primera instancia. Foto: Gentileza.

Logro conjunto

El titular de APCO recalcó que hoy pueden celebrar el trabajo conjunto entre diferentes organizaciones, la Embajada británica, el Senacsa, una conjunción de esfuerzos por parte del sector público y privado, el hecho de que los productores ovinos podrán importar genética británica de raza pura.

Es así que la visión es la de posicionar a las razas a nivel nacional en una primera instancia, si bien el posicionamiento ya es bueno con la importación Argentina y Uruguay, y con el material genético del Reino Unido se llegará a un estadio de calidad superior apuntando a exportar a la región, precisó Peña.

“El productor paraguayo si hay algo que sabe hacer es producir, y con el mejoramiento genético de la ovinocultura, con esta herramienta se va a hacer un producto que responderá a altos estándares”, agregó. Ante la consulta de cuánto tiempo llevaría contar con animales ovinos de raza inglesa pura producida a nivel local, Peña mencionó que los procesos duran entre 6 y 8 meses, y entre todo lo que conlleva luego se podría tenerlos para finales del 2022 o inicios del 2023.

Todo dependerá de cómo el productor utilice esta herramienta, dijo, ya que también habrá que saber manejarlo y articularlo, pero al titular de la APCO no le queda duda de que solo se necesitaban las habilitaciones para apostar a una ovinocultura cada vez mejor, y los asociados también generarán las inversiones y estrategias necesarias, acotó.

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Paraguay como centro de producción de genética

El permiso fue otorgado por parte del Servicio Nacional de Calidad y Salud Animal (Senacsa) para la importación de embriones ingleses, apuntando a convertir al país en un centro de producción de genética ovina de primer mundo.

Las razas mencionadas, Hampshire Down y Texel, son carniceras por excelencia, lo que sin dudas potenciará la cría de corderos para su comercialización, y no hubiera sido posible sin las gestiones de la Embajada británica en el país, motivo por el cual el embajador británico Ramín Navai, el próximo 23 de junio, ofrecerá un brindis de celebración por los avances en las labores emprendidas, para la presentación de ovinos de genética británica de las razas citadas.


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